martes, 3 de agosto de 2010
nada fatuo
De una advertencia
Luis Barragán
Suele desecharse la perspectiva contrafactual de la historia, enviando al cesto de basura todo dato imposible. Sin embargo, la disciplina ayuda al diseño de los escenarios de un presente que puede tomar caminos jamás adivinados. El triunfo de Hitler en la “última” guerramundial, es – para mucho – un ejemplo de la necedad que nos agobia. Sin embargo, hay elementos o factores que pueden llevar al mediano o corto plazo a situaciones semejantes y con desenlaces nefastos, por confiados y arrogantes.
Unión Repúblicana Democrática (URD), pudo alcanzar el poder en Venezuela casi como una apuesta horoscopal, por obra de Wolfgang Larrazábal o Jóvito Villalba. Y es que, en virtud de las radicales y difíciles circunstancias de los sesenta, incluyendo el derribo del betancouriato, tales expresiones pudieron constituir una alternativa de recuperación de la democracia representativa, otrora amenazada por el golpismo y la insurrección de izquierda y derecha. Sin embargo, el fatal desarrollo de la vida interna del partido atentó contra la mismísima probabilidad de aumentar las votaciones y ganar la justa electoral, por ejemplo, en 1963 o 1968, diluyéndose lenta y penosamente hasta abandonar las curules que parecían por siempre irrenunciables.
Acaso, tácitamente le correspondía al trío encarnar una suerte de izquierda democrática, de acentos liberales o gramscianos, si se prefiere, acorde con la preservación, presencia y compartimiento del juego político con los Ojeda, Herrera Oropeza, Rangel o Ugarte Pelayo, por citar tres dirigentes destacados al anunciarse el derribamiento de Pérez Jiménez. No sólo la extraordinaria fulanización del partido, con un Villalba del más celoso y suicida instinto de conservación que no tuvo Caldera en el COPEI de las juventudes rebeldes, produjo el fracaso, sino el más desventurado y extremo pragmatismo ocasionó el desalojo los espacios ideológicos.
Nada fatuo puede ser, ejercitar sobre el URD que pudo ser. Y esto, por la más incómoda pero suprema urgencia: repetirán su historia no pocos partidos de la actual oposición, deshaciéndose cuando apague el fuego artificial y celebratorio de la ida de Chávez Frías.
Fuente:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/5303-de-una-advertencia
Fotografía:
J. Villalva y W. Larrazábal se saludan durante el brindis aniversario del diario (El Nacional, Caracas, 04/08/1960)
Etiquetas:
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