martes, 31 de agosto de 2010
ruptura
Lucas, 14: 1, 7-14:
En su homilía de hoy, el Padre Numa Molina (SJ) versó sobre la humildad como característica del cristiano. Contextualizado históricamente el pasaje, observó que Jesús cobraba importancia por lo que el jefe de los fariseos lo invitaba, algo que no hubiera ocurrido cuando tuvo por oficio la carpintería.
Humano es el afán de situarse, de estar por encima de los demás, supeditados socialmente a un complejo sistema de normas y protocolos. Jesús rompe con el rigor de los fariseos, empleando otra lógica. La práctica habitual del cristiano debe ser la de ubicarse en el último lugar por libre elección. Los demás deben darle el puesto.
El Padre Molina recordaba aquella escena de la Madre Teresa de Calcuta, quien se encontraba en la cocina ayudando a lavar los enseres, mientras preguntaban por ella los que concurrieron a un evento vaticano en su honor con motivo del premio Nobel de la Paz.
Hay una segunda lección, y es la de actuar desinteresadamente. Significa compartir con los ninguneados, con los que no nos recompensarán acá. Hallamos así una novena Bienaventuranza sobre el servicio.
Acota el Padre Molina sobre la necesidad de escuchar. Frecuentemente, la oración es habladera. No escuchamos. No meditamos. Por cierto, la humildad no significa dejarse torturar...
Imagen: La Madre Teresa de Calcuta, quién con su ejemplo nos mostró el alcance la palabra de Dios.
(MFSG)
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