NOTITARDE, Valencia, 15 de Agosto de 2010
La asunción de la virgen maría (Lc. 1, 39-56)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes
Hoy los cristianos católicos celebramos uno de los dogmas de nuestra fe, confesamos que la santísima virgen maría, madre de la segunda persona de la santísima trinidad, el hijo de dios (dios y hombre verdadero); por tanto, madre de dios y madre nuestra, fue llevada en cuerpo y alma al cielo.
Es un día de alegría para los cristianos católicos, porque creemos que lo que ha sucedido en maría como primicia, se realizará en nosotros, según la promesa de nuestro señor, jesucristo. dios ha vencido a la muerte, el amor ha vencido al pecado, la vida ha vencido y ha quedado al descubierto que el amor es más fuerte que la muerte y que dios tiene siempre la última palabra sobre el ser humano, sobre el mundo y la existencia.
El evangelio de hoy, de esta solemnidad, narra la visitación de maría a su prima isabel y expone el cántico de alabanza de la santísima virgen que proclama la grandeza de dios en su vida y en la vida del mundo. ella pone de manifiesto que dios es grande y quien vive en él se hace grande, por humilde o pobre que sea, se hace fuerte, valiente y no sólo goza de su presencia en esta vida, sino que su existencia se prolonga para la vida eterna. dios no quita nada al hombre, no lo rebaja, no compite con él; al contrario, como lo contemplamos en maría y como ella misma lo proclama, dios eleva al hombre a su plenitud, lo hace libre, lo llena de su amor y le ofrece vida sin fin. el cristiano católico, al estilo de maría, necesita proclamar ante el mundo las grandezas de dios; enseñar a otros como él transforma integralmente al ser humano, como lo hace libre y lo diviniza. necesitamos darle espacio a dios en nuestras vidas, en la vida pública, en la vida social, en la cultura, en la política; él tiene que ser grande en medio de nosotros; porque sólo dios nos hace verdaderamente humanos y aquí está la tarea de los cristianos; salir como maría, recorrer los caminos a llevar a cristo, a llevar la luz de dios a los hombres, a llevar la presencia del espíritu santo que ilumina las mentes y los corazones y nos hace comprender la verdad.
El canto del "magnificat" (proclama en latín), deja ver la familiaridad de María con la palabra de dios; todo este canto resuena y resume, de alguna manera, las enseñanzas del antiguo testamento; María vivió siempre de la palabra de dios, fue fiel a esa palabra y por eso, en un momento determinado de la historia, pudo abrir su vida a esa palabra viva, para que hiciera morada en ella. maría, nos enseña que el cristiano necesita ser el hombre de la palabra, que vive, medita, anuncia la palabra de dios; que siempre está en comunicación e intimidad con ese dios amor que da vida y que comparte nuestra historia, que camina junto con nosotros; es más, que vive dentro de nosotros y nos alienta. así lo vivió y entendió maría; esa fue la fuerza que la motivó a decir sí al anuncio del ángel, que la acompañó en su peregrinar a la casa de isabel y la mantuvo firme, de pie hasta el final en el madero de la cruz. por eso, ella es proclamada bienaventurada, feliz, dichosa; por eso los cristianos católicos la amamos como madre nuestra, la veneramos como madre de dios, según las palabras de jesús al discípulo juan al pie del calvario y como testamento dejado a nosotros: "he allí a tu madre". por esto, hoy celebramos y confesamos que maría fue llevada en cuerpo y alma al cielo, que así como participó de la muerte de cristo; por los méritos de su hijo jesús, que la preservó inmaculada y virgen; ahora completa en ella su corona, la de ser la primicia de la humanidad redimida, esperanza de la iglesia e impulso de nuestra peregrinación hacia la vida eterna.
María nos enseña en su canto de alabanza, que el cristiano, a pesar de las fatigas y contrariedades de cada día, sabe esperar en dios, confía en su señor que no defrauda ni abandona; es más, se abandona en sus manos amorosas con la certeza que dios nunca dejará solos a sus hijos. maría optando por dios, diciendo sí a dios, tuvo momentos de dificultades, como cualquier ser humano; pero su fe, la que isabel reconoce en ella: "dichosa tú que has creído", la hizo siempre fuerte, firme, fiel y perseverante hasta el final; por eso ahora la proclaman santa madre de dios, todas las generaciones.
Ida y retorno: hoy, día de la asunción, varios sacerdotes de la arquidiócesis celebramos el día de nuestra ordenación sacerdotal. festejamos ese día en que recibimos el inigualable don del sacerdocio que no es sólo para nosotros, sino para la iglesia, para el bien y la santificación de los hermanos. pedimos a cristo, el buen pastor, que nos bendiga, que nos ayude a configurarnos con él, sumo y eterno sacerdote; que nos ayude a ser cada día mejores pastores, santos pastores para el bien de nuestra iglesia y para la salvación de las almas. que la santísima virgen maría, que un día como hoy, vio nacer nuestro sacerdocio, nos proteja, nos custodie como a hijos amados, nos aliente en los momentos de fatiga, nos sostenga en las tentaciones y nos ayude a ser perseverantes hasta el final. que su socorro poderoso nos guarde.
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