jueves, 5 de agosto de 2010
obligado contraste
EL NACIONAL, Caracas, 22 de Octubre de 1996
El prodigio del Maccsi
ARTURO USLAR PIETRI
El Museo de Arte Contemporáneo Sofía Imber, de Caracas, en el más estricto sentido de la palabra, es un prodigio. Cuando se fundó, en 1973, los museos venezolanos estaban casi totalmente limitados a la exposición de obras de artistas nacionales. En ninguno de ellos existía ni un cuadro, ni una escultura, de los grandes autores que crearon la modernidad del arte a partir de comienzos de este siglo.
Sólo en algunas colecciones privadas era posible contemplar obras de artistas como Picasso, Léger, Braque, Matisse o Miró, para no nombrar sino algunos.
Habría que señalar también, con toda justicia, la admirable presencia de esculturas y vitrales que, comenzando por el gran nombre de Calder, logró reunir en los espacios de la Ciudad Universitaria de Caracas el seguro gusto del arquitecto Carlos Raúl Villanueva.
Se había llegado casi a la resignación de renunciar a la posibilidad de que las obras de esos grandes creadores llegarán algún día a nuestros museos. Bastaría recordar el revuelo que se hizo ante la acaso inaccesible posibilidad de que se adquiriera, para un museo nacional, un retrato de Madame Cézanne que se ofreció en una exposición itinerante. Fue una frustrada tentativa que terminó en desengaño ante la imposibilidad de reunir, de las más diversas fuentes posibles, el monto del precio.
Como todos los prodigios, éste también se produjo inesperadamente y de manera casi inexplicable. Un buen día Sofía Imber, excelente periodista, conocedora de arte y un dínamo de energía y de capacidad creadora, logró que una institución oficial como el Centro Simón Bolívar, constructor de edificios y obras públicas, cediera, en la inmensa estructura de Parque Central, algún espacio para que Sofía Imber, con la eficaz ayuda de su marido, Carlos Rangel, iniciara casi subrepticia e inadvertidamente la fundación de un museo de arte contemporáneo en Caracas.
Lo que logró, con el más tenaz e iluminado esfuerzo, sostenido año tras año, fue que aquella agencia gubernamental, ajena al mundo de las Bellas Artes, se convirtiera en el patrono y en el mecenas de un gran Museo de Arte Contemporáneo, que es hoy uno de los más notables y ricos de toda la América Latina.
Fue una saga de lucha tenaz, de voluntad inquebrantable y arrolladora, de perseguir fines que parecían inalcanzables, la que desarrolló esa mujer excepcional para lograr, en un corto número de años, que se formará en Caracas, milagrosamente, un gran Museo de Arte Contemporáneo, uno de los más ricos y completos del mundo, para darle a los venezolanos la posibilidad de la presencia inspiradora, aleccionadora y educativa del más valioso arte del mundo moderno.
Para los que vivimos la Venezuela de la penuria de los museos, hojear el catálogo de esa increíble institución adquiere la dimensión de un deslumbramiento inagotable. Están allí hoy representados decenas y decenas de los más grandes artistas plásticos del arte contemporáneo. No sólo en obras aisladas sino en conjuntos creativos que permiten seguir el sentido de su evolución y de su búsqueda individual. Están allí Picasso, Miró, Matisse, Poliakoff, Rauschenberg, Vasarely, Adami, Labers, Bacon, Braque, Calder, Chagall, Dubuffet, Herbin y Kandinsky, para sólo nombrar algunos de los más resonantes.
Están también, desde luego bien representados los principales artistas venezolanos contemporáneos: Reverón, Cabré, Narváez, Soto, Otero, Cruz Diez, Jacobo Borges y Zapata.
Todos los días centenares de personas de los más diversos niveles culturales visitan con curiosidad, con asombro y con indudable provecho aquella serie de muestras de lo más valioso del arte contemporáneo. Es inmenso el valor educativo, la formación de la sensibilidad, la ampliación del gusto y la curiosidad intelectual que una institución como ésta ofrece inagotablemente. No es sólo admirable lo que muestra, sino cómo la muestra, con la más exigente técnica museística y los numerosos servicios complementarios, como los archivos y la biblioteca, además de los modernos depósitos que constituyen el conjunto de esta gigantesca empresa cultural que prodigiosamente ha surgido en Venezuela.
EL NACIONAL, Caracas, 27 de Junio de 1997
La UCAB aplaudió la obra de Sofía Imber
``No temo pertenecer a una minoría''
YASMIN MONSALVE
La Universidad Católica Andrés Bello, a través de la Escuela de Comunicación Social, rindió ayer un homenaje a Sofía Imber, periodista y directora-fundadora del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, en el acto ``Sofía, Una obra''. Esta trabajadora incansable, de menuda humanidad e implacable con la puntualidad, escuchó desde su silla las palabras de elogio que le brindaron el rector de la UCAB, Luis Ugalde; Patricia Guzmán, directora de la Escuela de Comunicación Social; Pedro León Zapata, artista plástico; y Simón Alberto Consalvi, ex-canciller.
Patricia Guzmán, explicó que ``con este acto queremos expresar público reconocimiento a la obra de Sofía Imber y no hay allí un gesto arbitrario, al contrario, de esa forma se pone énfasis en la labor esencial de comunicación de esta universidad. A Sofía Imber nadie le discute su obra, es por eso que siempre de alguna forma estamos en deuda con ella''.
Para comenzar a saldar la deuda con Sofía Imber, fueron invitados a dar testimonio de su trayectoria a Simón Alberto Consalvi, quien la retrató como la periodista ``intransigente'' que ha desarrollado una carrera en la prensa, la televisión y la radio, durante 54 años consecutivos; y a Pedro León Zapata correspondió ``dibujar'' a alguien a quien conoce muy bien.
GRITO DE GUERRA
Para el ex-canciller Simón Alberto Consalvi, quien comentó que ``ni en la Cancillería he visto reunidos tantos embajadores'', al saludar la presencia de los representantes diplomáticos de España, Suecia, México e Italia, ``referirse al periodismo de Sofía Imber es más difícil que hacerlo de su papel en aras del mundo del arte. Lo segundo se origina de lo primero, porque ella llegó al arte con el periodismo''.
Continuó Consalvi ``Yo, la intrasigente'' es el grito de guerra, el santo y seña de Sofía Imber en el periodismo, así título su columna durante muchísimos años. Sofía vivió y participó de una época estelar del periodismo venezolano, que surgió a la muerte del general Juan Vicente Gómez y tengo la temeridad de que nunca más vivirá el periodismo una época como esa''.
El relato de Pedro León Zapata se inició de esta manera: ``Uno de los primeros artistas con quienes me relacioné cuando comencé a estudiar fue Salvador Dalí, gloria del arte universal. Al leer su ``Vida Secreta'' me convencí de que era un genio, cosa de la que él también estaba convencido. Dalí era un pintor y escritor de calidad extraordinaria y un hombre -esto si es un lugar común- de una imaginación increíble. Allí, en su ``Vida Secreta'', él contaba lo que le ocurrió cuando estudiaba en la Academia de San Fernando, al presentar un exámen de esos que uno saca un número. El no sabía nada y decidió estudiar sólo un tema: Grecia. Se convirtió en un verdadero experto en arte griego y cuando llegó frente al jurado y le dijeron `saque el número', el sacó el correspondiente a Grecia. El se paró y dijo que no sabía nada de Grecia. Eso fue lo que yo sentí cuando me invitaron a hablar de Sofía, me dieron ganas de decir `No sé nada de Sofía', porque es un tema que aunque no he profundizado tanto como Dalí a Grecia, todo el tiempo he estado siguiendo sus pasos en el campo del arte y en el museo''.
La directora-fundadora del Maccsi agradeció el gesto de la Universidad Católica Andrés Bello. ``Defiendo el hacer, no el soñar ni el elucubrar'', dijo Imber, agregando que los periodistas ``no deben tener actitudes y si acaso las tienen, que sean la inconformidad y la rebeldía. No temo a pertenecer a una minoría, no temo a ser diferente. Eso es algo que le he inculcado a mis hijos y a la gente con quien trabajo'', dijo finalmente Sofía Imber.
EL NACIONAL, Caracas, 5 de Diciembre de 1998
Todo el Maccsi sin pausas electorales
El Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber ofrecerá mañana sus servicios en horario normal mientras se llevan a cabo los comicios presidenciales. Así, el público podrá recorrer sus 14 salas dedicadas a la creación vernácula, descubrir los diseños de Enrique Larrañaga o curiosear por las tiendas, la librería o la biblioteca
Seis entradas permiten que los visitantes accedan desde diferentes puntos de Parque Central a las salas de exposición del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber. Y estas seis puertas permanecerán abiertas mañana, mientras se realizan las elecciones presidenciales.
Fiel a su compromiso de acercar el arte actual al público, el Maccsi mantendrá abiertas sus salas en horario normal: de 10:00 am a 6:00 pm, así como la biblioteca: de 8:00 am a 3:00 pm, la Plaza de las Esculturas, sus tiendas y la librería especializada en material artístico.
El menú que ofrece la institución está integrado por una muestra-homenaje a María Teresa Castillo. En las salas 1 a la 14 la colectiva Arte en Venezuela. Obras de la Colección", exhibe obras de Carlos Cruz-Diez, Paúl Klose, Mateo Manaure, Gego, Jesús Soto, Eugenio Espinoza, Víctor Hugo Irazábal, Cruxent, Sydia Reyes, Juan Calzadilla, Luisa Ritchter, Diego Barboza y otros destacados creadores.
También se puede recorrer el espacio arquitectónico que Enrique Larrañaga y Vilma Obadía han denominado "Lo óptico y lo háptico" (Sala 16), en la cual se encuentra una serie de planos, fotografías y maquetas de proyectos y obras como el "Plan parroquial de ordenamiento urbano de La Candelaria", la propuesta para el "Concurso Internacional Salem Witchtrials Tercentennar y Memorial", la proposición para el "Concurso de ampliación del Museo del Prado en Madrid", el "Desarrollo residencial La Ciudadela, en Cagua", y un grupo de casas y locales comerciales en Caracas, así como piezas de mobiliario, artefactos utilitarios, dibujos y collages.
Los amantes de la naturaleza podrán recorrer el Jardín de las Esculturas, donde se encuentra el trabajo de creadores como Lynn Chadwick, Marcos Salazar, Narváez, Juan Bordes, Mailen García y Eduardo Ramírez Villamizar, así como los pasillos de Parque Central donde resaltan piezas de la Colección Maccsi, entre ellas los murales de Soto y las estructuras ambientales de Gego. Y finalmente, los investigadores y estudiantes podrán utilizar los servicios de la primera biblioteca de arte creada en el país, la Biblioteca Sofía Imber, cuyo archivo computarizado permite acceder a una amplia información sobre el área.
Arte insular Venezuela: destino posible para la plástica cubana es la muestra que, desde el pasado 29 de noviembre, reúne en la Sala Cadafe (extensión oeste del Maccsi), el trabajo de artistas nacidos en Cuba que viven y crean en nuestro país desde hace 10 años.
Pinturas, esculturas, fotografías e instalaciones realizadas por Marta Limia, David Palacios, Sonia Pérez, Eberth Pérez, Félix Suazo, Ermy Taño, Nikolto von Lara e Isabel Sierra, dan cuenta de lo ya avistado por el investigador y escultor Félix Suazo: "Caracas, más discreta que sus homólogos del continente en materia cultural, ha sido un sitio tanto de tránsito como de residencia definitiva para los artistas cubanos de las promociones recientes. Es, entre todas las capitales a las que ha ido a parar el arte cubano, la más extrovertida y menos polarizada".
Según explica la artista y galerista Marta Limia "el grupo está constituido por creadores que llegaron a Venezuela a partir de los años 80 cuando se formó un revuelo de artistas plásticos y el gobierno cubano aceptó que éstos salieran del país y trabajaran en otros lugares sin renunciar a su ciudadanía (...) Hay una variedad de disciplinas y tendencias. Algunos pertenecen al llamado boom de los años 80 como Félix Suazo, un curador que trabaja con una teoría contemporánea sobre la escultura; Nicolás Lara, un pintor, grabador, fundador del Taller de serigrafía artística cubana "René Portocarrero", que desde la pintura trata de manifestar un panorama de fuerzas convergentes dentro de la cultura (como la pintura popular y el expresionismo alemán), y Ermi Taño, quien formó parte del Grupo Puré (conformado por cinco artistas) que tocó los problemas estéticos de la pintura utilizando el kitsch como elemento fundamental de expresión".
A partir de estas tres tendencias generales (el arte conceptual de Suazo, el arte de calle, de Lara, y el terreno intermedio de Ermy Taño) se puede estudiar a los demás integrantes de Venezuela: destino posible para la plástica cubana, cuyas propuestas están fundamentalmente basadas en la pintura, el dibujo y la fotografía. Todos son integrantes del Sistema Nacional de Escuelas de Arte de Cuba y en Venezuela comparten su actividad creadora con la publicidad, la pedagogía, el diseño y la restauración.
EL NACIONAL, Caracas, 22 de Febrero de 2001
De la manera acostumbrada
Ildemaro Torres
¿Sofía Imber?, ¡fuera!; ¿María Elena Ramos?, ¡fuera!; y otro y otro directivo de las instituciones culturales más importantes del país, ¡fuera!; y todos ellos enterándose de su destitución a través del programa radial dominical del primer locutor de la nación. Y es que, como bien sabemos, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela parece no conocer otra manera de tratar a la gente, a despecho de cuán respetable pueda ser ésta o cuán meritoria sea la obra que haya realizado; su opción es el irrespeto y más aún la humillación y la burla, como se empeña en demostrarlo.
Un hecho cierto es que en conductas o medidas como las asumidas oficialmente en esta oportunidad, siempre quien las ejecuta requiere y tiene a mano un fiel servidor, que le prepara en bandeja los basamentos o justificaciones para proceder a hacer lo que en el fondo ese eficiente asistente desea que suceda, pero que obviamente por sí mismo no puede materializar; movido por un sincero deseo de cambios, o como el típico personaje que se frota las manos con gozosa fruición, haciendo creer que lo hace solamente por el contento que le produce servirle a su señor, cuando lo que en realidad celebra en su intimidad es una de estas dos cosas: al fin drenar por interpuesta persona sus propios rencores, frustraciones, envidias, y tantas otras expresiones de pequeñez, o sentirse en posesión de un supuesto poder, sin medir que en la realidad es escaso, circunstancial y efímero. "¡Asumo la responsabilidad!", dijo la mano derecha cultural del jefe.
¡Bravo!, pero ¿qué significa eso hoy?, cuando las posibilidades de réplica son mínimas y el eventual logro de una rectificación se da por inexistente, como hace sentirlo la forma de aplicación de la mencionada medida. Una vez más ha sido de gran ayuda el recurso semántico, que tanto gusta a este Gobierno, y así como los damnificados pasaron a ser por verbo presidencial "dignificados", ahora en vez de admitir que Sofía Imber y otras destacadas figuras gerenciales fueron literalmente "sacadas" de sus cargos, o "ponchadas" por nuestro lanzador estrella, el asesor cultural nos habla de directores "relevados", transformando el típico madrugonazo en "un relevo dentro de un sano ejercicio de alternabilidad"; relevo que por lo demás en circunstancias normales es lo deseable. El mismo funcionario, en alta voz y elocuente además en su lenguaje corporal (hombros echados hacia delante, boca torcida y puños apretados), al describir la que denomina "nueva gerencia cultural", de una vez se refiere y ubica a quien tenga alguna objeción al proyecto cultural revolucionario, en términos de "Allá quienes tienen posiciones contrarias a los intereses nacionales, porque con este proceso de transformación no habrá nada oculto".
Decididamente el comandante en jefe, que va mucho más adelante que cualquiera de nosotros los ciudadanos corrientes, acaba de poner en marcha su revolución cultural. Se entiende sin embargo -y es una de las cosas que preocupa- que un revolucionario que en verdad lo sea, en cuanto a su formación, visión, y proyecto concreto que fundamente su lucha, conoce muy bien aquello que se propone transformar y tiene aún mayor claridad en lo que se plantea crear; y uno se pregunta ante desplantes como éste con el cual él le ha dado inicio a su revolución de la cultura, cuál es su conocimiento real al respecto, cuánta profundidad hay en sus análisis acerca de ese mundo, cuál ha sido su vinculación previa con ese ámbito en el cual incursiona ahora a paso de bravucón, ganado más para el atropello que para el diálogo. Coherente, eso sí, en cuanto a su manejo del asunto en los términos beisboleros que le son realmente familiares; y cabe preguntar hasta dónde, una vez que anunció que se trataba de cambios "en el bullpen", no se estará imaginando que la política cultural lo que requiere es, y bastaría con eso, un pitcher como él trepado en la lomita.
De hecho, todo ha sucedido dentro del estilo conocido, de la manera ya acostumbrada; y a decir verdad, nada nos debe sorprender, porque cualquier cosa es esperable en una revolución cultural que así comienza.
EL NACIONAL, Caracas, 3 de Agosto de 2002
Personas y Personalidades
Sofía Ímber
“Sofía ha vivido su ‘sophia’ en todas las formas posibles, en la prensa, en la radio y en la televisión. En todas ellas ha sido un caso extraordinario de revelar noticias, problemas y personajes. Sin su impertinencia viviente y fecunda seríamos más torpes, más prejuiciados o más ignorantes. Ella nos hace el bien de no dejarnos pertenecer tranquilamente a nada, que es lo mismo que despertar continuamente al hombre que se duerme en nosotros”. Con estas palabras introdujo Arturo Uslar Pietri en el año 1971 el libro de Sofía Ímber Yo, la intransigente (Editorial Tiempo Nuevo) volumen que contenía todas sus columnas del mismo título publicadas durante años en El Nacional. Las palabras de Uslar son lo suficientemente elocuentes para describir lo que ha sido la labor de Ímber en los medios de comunicación del país. Ella describiría luego en el mismo libro su papel de “pelito de tuna”, como le llamaba cariñosamente un amigo, para describir la reputación ganada en toda su vida de “intransigente”. Es licenciada en Periodismo, profesión que ha ejercido desde la prensa, la radio y la televisión y su postura frente al ejercicio de la carrera es tajante: “A menudo los comunicadores, como los llaman hoy, creen que es suficiente con saber preguntar y oír. Yo creo que eso está bien, pero también hay que saber tomar posición” (El Nacional, 28-12-1993). Vivió un año en la ciudad de Bogotá, donde comenzó su carrera cultural al lado de Plinio Apuleyo Mendoza, Germán Arciniegas y Marta Traba y luego se marchó a Francia y Bélgica (1949-1959) junto a su primer esposo, el escritor venezolano Guillermo Meneses, quien se encontraba cumpliendo funciones diplomáticas. Ambos fundaron la revista Crítica, Arte y Literatura (CAL). Bajo una elegante fachada trajeada a lo Chanel Sofía Imber, nacida en Rusia y nacionalizada posteriormente venezolana (llegó a los 3 años de edad), ha sido una de las mujeres más polémicas de la televisión, donde condujo diariamente el programa de corte político Buenos Días (en Radio Caracas Televisión primero y en Venevisión más tarde) junto a su marido Carlos Rangel y a Reinaldito Herrera, quien luego se retiró. En 1968 inauguró el espacio con una entrevista a Arturo Uslar Pietri y, para 1983, el mismo contaba con más de 4600 entrevistas. “(...) Yo creo que lo exitoso de Buenos días fue esa manera de ser sui géneris, de decir lo que pensábamos, de editorializar, de invitar políticos de todas las toldas y de hacer un programa de opinión con la libertad absoluta que teníamos allí” (La Televisión de Venezuela. Los 40 años de Radio Caracas Televisión. Antonio Olivieri, 1992-1993). Incisiva en sus preguntas y en el abordaje al entrevistado, muchos opinan que Ímber llevó siempre la dirección del programa, dejando en momentos opacado a su compañero, mientras otros consideran que ella era la parte frágil del dúo. Sin embargo, la misma Sofía comentó en entrevista realizada por Manon Kübler (Sofía Imber, la intransigente, Grijalbo, 1994): “Nosotros no éramos dos personas, éramos una sola. En cuanto al programa, había temas que él manejaba mejor que yo, e incluso discutíamos en cámara. Pero siento que había mucho equilibrio entre los dos. Carlos y yo coincidíamos en todo (...) ambos deseábamos hacer un buen programa. Lo que es muy raro en Venezuela y aun en el mundo, es que una pareja que trabaje junta todo el día, que comparta el mismo lugar de trabajo, haya llegado a esa empatía”. Más adelante la autora del libro, Kübler, completaría diciendo que Sofía está presente en el periodismo venezolano desde los años cuarenta, cuando comenzó como reportera de Ultimas Noticias. “De modo que podemos hablar de medio siglo, lo cual contado día a día, como debe contarse la vida de los periodistas, son muchos miles de días, de noches sin sueño y de noches de ensueño”. Al día siguiente del fallecimiento de Rangel (15-1-1988), Sofía cambiaría el nombre del programa a Buenos días con Sofía, el cual se mantuvo en el aire hasta 1992. El programa registró los grandes episodios y las grandes controversias del último cuarto de siglo en Venezuela por el que circuló todo el mundo político, convirtiéndose así en uno de los más importantes programas de opinión y al que asistieron personalidades reelevantes a nivel local e internacional. Imber ha tenido también una extensa labor en el ámbito cultural, no sólo como periodista sino como promotora. Su contacto con la vanguardia artística local e internacional, además de su conocimiento de la materia hizo posible que fundara, con un presupuesto de 230 mil bolívares, el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas (MACC) en el año 1974, donde Ímber fue directora. En el año 1990, y por decreto de la Gobernación del Distrito Federal, el MACC pasó a llamarse Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Ímber (Maccsi). Una colección de 4.019 obras de América Latina y Europa, y 650 exposiciones, demuestran el afán cultural que la periodista promovió mientras estuvo al frente de la institución. Con la llegada de la Revolución Cultural, Ímber fue destituida de la dirección del Museo, quedando nominalmente como Directora Vitalicia.
Sofía fue directora de las páginas culturales de El Universal y de la revista Variedades y colaboró en los diarios El Nacional, Últimas Noticias y 2001; El Tiempo, de Colombia; La Nación, de Buenos Aires; Excelsior, de México; y Élite, Páginas, Momento y Kena, de Venezuela. Además, fue productora y conductora del programa de actualidad Sofía, un espacio dominical nocturno en el canal 51 con la participación de entrevistados de los más diversos sectores de la sociedad. Ímber recibió el Premio Nacional de Periodismo en el año 1971.
Fotografía: tomada de la red de redes.
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