domingo, 8 de marzo de 2020

PALABRAS QUE NOS ATAÑEN

Evangelio Dominical: La Transfiguración
José Martínez de Toda, S.J.

Comentario dialogado al Evangelio que se proclama el 2° Domingo de Cuaresma, ciclo A, correspondiente al domingo 8 de marzo.  El texto bíblico es tomado de libro de San Mateo 17, 1-9

"Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escúchenle"

Dice el evangelio que Jesús apareció de una forma deslumbrante. ¿Por qué aparece Jesús de esta forma tan llamativa?

Jesús quiso dar una lección a tres de los discípulos

Entre la gente que seguía a Jesús, corrían dos interpretaciones de lo que debía ser el Mesías:

Una era la política y militar. La mayoría pensaba que el Mesías devolvería el poder y la gloria al pueblo judío.

Otra la de la entrega hasta la muerte, a pesar del sufrimiento, que era la de Jesús. Precisamente "seis días antes de la Transfiguración, Jesús había dicho a los discípulos: "El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y letrados; sufrir la muerte y resucitar luego de tres días" (Mc 9, 2-10).

Estas palabras de Jesús sembraron la alarma entre los discípulos.

El mismo Pedro trató de disuadirle (Marcos 8:31-33), porque esto no cuadraba con sus expectativas gloriosas de mando y poder.

¿Y qué hace Jesús?

Ante esta confusión Jesús decide confirmar la fe de sus discípulos en Él, dándoles un anticipo de su Resurrección. Y esto se convirtió en la validación de su interpretación como Mesías.

¿Qué hace Jesús para probar que su interpretación del Mesías es la verdadera?

En primer lugar, aparece en una forma gloriosa. Se transformó: su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blanco.

El evangelio utiliza la palabra griega 'metamorfosis', que usamos para describir el proceso por el que una oruga se convierte en mariposa, una dramática transformación. En este pasaje de Jesús sólo hay una transformación de su apariencia externa.

En segundo lugar, aparece conversando amigablemente con Moisés y Elías.

¿Por qué aparecen Moisés y Elías junto a Jesús?

Porque eran los dos máximos exponentes de la tradición bíblica:

- Moisés, que fue el gran dador de la Ley y de los 10 Mandamientos 1.200 años antes. Pero además es el gran Liberador. Dios envió a Moisés a liberar al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto y a conducirlo a una tierra de libertad que mana leche y miel.

- Elías era el gran profeta, que inició una gran renovación espiritual en Israel 800 años antes de Cristo. Elías era muy cercano a Dios. Y Dios se le hacía presente de forma muy íntima.

Elías en el monte Horeb, vio que "el Señor no se dejó sentir ni en el viento fuerte, ni en el terremoto, ni en el fuego que pasó por delante de la cueva donde estaba, sino en un sonido suave y delicado", ante el cual Elías se cubrió la cara con su capa.

Estos dos hombres encarnan la Ley y los Profetas.

Y en tercer lugar, con la voz del Padre: en medio de esta escena, "apareció una nube, que se posó sobre ellos. Y de la nube salió una voz, que dijo: "Este es mi Hijo amado: escúchenlo".

¿Qué simboliza la nube?

A través de todas las Escrituras, la nube simboliza la presencia de Dios. Así ocurrió durante la travesía del desierto de los israelitas:

- Dios caminaba delante de su pueblo en una columna de nube (Éxodo 13,21).

- Y en el Sinaí, mientras Dios hablaba con Moisés, se escondía detrás de una nube.

¿Qué es lo más importante en este evangelio de la Transfiguración?

Es la frase de Dios Padre: "Este es mi Hijo amado. Escúchenlo" (Marcos, 9, 7). Estas son casi las mismas palabras que Dios Padre dijo en el bautismo de Jesús. Entonces las dijo a Jesús. Ahora la voz de Dios Padre se dirige a los discípulos.

Así pues, la transfiguración significó la validación de Jesús, como el Señor ungido, 'mi hijo amado'.

Y Pedro quedó satisfecho: "Hagamos tres tiendas".

¿Estas palabras nos tocan también a nosotros?

Las necesitamos. Hay tantas voces hoy día. Y todas las voces parecen sabias y atractivas. Son de eruditos, internautas, comentaristas, políticos y gurús religiosos, celebridades... Nos prometen salud, riqueza y felicidad, pero raramente cumplen sus promesas y frecuentemente nos llevan a la ruina. ¿Hay una voz confiable en medio de toda esta cacofonía? Dios Padre nos responde: "Éste es mi Hijo muy amado. Escúchenlo".

Todos los símbolos -monte sagrado, Moisés (la Ley), Elías (los profetas), la nube (que también aparece en el Éxodo), la luz resplandeciente-, van a indicar que en Jesús se cumplía todo lo anunciado por los antiguos escritos del pueblo de Israel. Aquí se dio una "teofanía" (aparición de Dios), al estilo de muchas de las teofanías del Antiguo Testamento a Moisés (Éxodo 24, 9-11), a Elías (1 Reyes 19, 9-14) y a Ezequiel (Ezequiel 1, 1-28).

¿Por qué les prohíbe decírselo a nadie, sino después de la resurrección?

Los discípulos aún no están preparados para hablar correctamente de Jesús. Aún no han entendido bien el mensaje de Jesús, su interpretación de cómo debe ser el Mesías, y por lo tanto no serían capaces de proclamar su mensaje fielmente.

Fuente:
https://radioevangelizacion.org/noticia/evangelio-dominical-transfiguracion-3
Cfr.
https://www.youtube.com/watch?v=4r6ozqlvl0I
Ilustración: Givi Siproshvili.

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