Ciudad Universitaria
Luis Barragán
Desde principios de los ’40 del ‘XX, con el solo anuncio de los estudios para la construcción de la Ciudad Universitaria de Caracas, fueron muchas las expectativas que generó, incluso, en el resto del país. Pérez Jiménez tuvo literalmente la suerte de culminar e inaugurar la obra para una universidad que también lo rechazó y la reprimió, valga la acotación.
El vistazo a la vieja prensa, refleja el orgullo suscitado por una extraordinaria obra, edificada bajo la inspiración de Carlos Raúl Villanueva. Además, escenario y epicentro de acontecimientos políticos que, por miles que fuesen las dificultades, no corrió jamás el doble peligro de hoy.
Grosso modo, por una parte, el deterioro es una característica notable del inmueble, cuya vastedad y ramificación acuna las aspiraciones de porvenir de todo aquel que lo transitó, transita y, esperamos, transitará por siempre. No hay recursos suficientes para su mantenimiento y preservación, empeñado el actual régimen en minimizar a la Universidad Central de Venezuela hasta humillarla y doblegarla al costo que fuera.
Por la otra, en el supuesto negado que consiga sojuzgarla, como todavía ocurre con todo el patrimonio histórico y arquitectónico venezolano, la reducirá a una suerte de gigantesca quincalla de jardines hidropónicos, presta a las interesadas y criminales remodelaciones, con el saqueo sistemático y paciente de sus obras. Ya hay precedentes de las actuaciones oficialistas de la universidad que se ubica en las hectáreas de la antigua hacienda Ibarra, propiedad de Bolívar, quien las donó a la vieja Real y Pontificia Universidad de Caracas: por respetable que parezca una pieza de arte, o nobles los materiales de difícil reposición, en la presente centuria han conocido de sendos artefactos explosivos.
Por ello, a propósito de la defensa de la autonomía universitaria, en reciente intervención en la plenaria de la Asamblea Nacional (https://www.youtube.com/results?search_query=dip.+luis+barrag%C3%A1n+27-02-20), sugerimos la constitución de una Comisión Mixta que atendiera exclusivamente la materia con inclusión de representantes de las comisiones permanentes de Cultura y de Política Exterior. Declarada la Ciudad de Villanueva, Patrimonio de la Humanidad, es también necesario denunciar y diligenciar su recuperación ante la propia UNESCO, algo que que la representación diplomática del presidente (e) Guaidó en París, desde ya, ha de ocuparse.
02/03/2020:
http://guayoyoenletras.net/2020/03/02/ciudad-universitaria/
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