El coronavirus no es ideológico
Ramón Escovar León
Li Wenliang, médico chino de 34 años, fue uno de los primeros en advertir el ataque del coronavirus a través de mensajes a un grupo de compañeros de la escuela de medicina.
Por esa advertencia, el régimen lo acusó de difundir rumores e “información falsa”. La costumbre comunista de ocultar la verdad y de mentir fue lo que permitió que el virus tomara fuerza hasta convertirlo en una pandemia mundial. Una primera lección de toda esta tragedia es que los gobiernos deben diseñar sus políticas sanitarias basadas en la verdad: la salud pública está por encima de los intereses “revolucionarios”.
En el caso venezolano, el coronavirus encuentra a un sistema de salud deteriorado y afectado por la falta de atención. Los hospitales carecen de los insumos necesarios para su funcionamiento y el personal es muy mal remunerado. Además de ello, la falta de agua y los constantes cortes eléctricos son moneda de cuenta en la vida hospitalaria (en esta materia estamos a la par de Haití, el país más pobre de América Latina). En Venezuela se ha privilegiado el gasto militar en lugar de atender primero los requerimientos de salud, de educación y de investigación científica.
Pese a la deficiente infraestructura, Venezuela cuenta con la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, que es una de las más reconocidas en América Latina. Asimismo, tenemos el Instituto de Medicina Tropical de la misma Universidad, el cual lleva el nombre de su fundador, el sabio Félix Pifano, que ha hecho valiosos aportes en la lucha contra la malaria, el chagas, la chikungunya, el dengue, la hepatitis y otras enfermedades infecciosas. No debemos olvidar a los sabios Jacinto Convit y Arnoldo Gabaldón, cuyos poderosos aportes permitieron desterrar la lepra y la malaria de nuestro país.
La experiencia del Instituto de Medicina Tropical debe ser utilizada en los planes de contingencia en la lucha contra la pandemia. Igualmente, este instituto y demás organizaciones, como la Federación Médica Venezolana, pueden recibir de la comunidad científica mundial (especialmente de Alemania, Canadá y Estados Unidos) la información necesaria para que los científicos puedan disponer de las herramientas necesarias para el mejor combate contra el covid-19.
En el combate contra el coronavirus deben separarse los intereses políticos y las ataduras ideológicas. La intolerancia política y la represión no pueden mantenerse en paralelo al combate contra esta seria amenaza que nos ha tocado enfrentar. Estamos ante una oportunidad para que el régimen libere a los presos políticos; si no lo desea, que los deje en detención domiciliaria.
Como muestra de las ataduras ideológicas tenemos el caso de la suspensión de vuelos; se impone a Europa, Colombia, Panamá y República Dominicana, pero no se incluye a Cuba, Turquía e Irán. Si alguien quiere viajar de Panamá a Venezuela, tiene que ir primero a Estambul o a La Habana y de ahí a Caracas. Esto es kafkiano, por lo absurdo. Sin embargo, la experiencia nos enseña que las aprehensiones ideológicas evitaron la ayuda de los Estados Unidos con ocasión del deslave de 1999. La población de Vargas fue muy afectada por esta decisión.
Como afirma Michael Levitt, Premio Nobel de Química, el coronavirus ya alcanzó el pico y está en bajada en aquellos países con buenos sistemas de salud y que tomaron las medidas acertadas. Países exitosos han sido Corea del Sur, Singapur, Taiwan, Australia y Nueva Zelanda, los cuales disponen de robustos sistemas hospitalarios y no politizan la salud pública.
La lucha contra la pandemia en nuestro país debe ser dirigida por un grupo de médicos venezolanos que permita orientar a la población con eficiencia. Dejar esto en manos de políticos marcados por el dogmatismo ideológico no puede ser una solución. Al contrario, habría que integrar un equipo en el cual participen el Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela, la Federación Médica Venezolana y la Sociedad Venezolana de Infectología, entre otros, para llevar a cabo el plan sanitario de emergencia que se requiere. La improvisación debe dejarse de lado en obsequio de la seriedad y la prudencia.
Ante esta crisis debe privar la unidad, el compromiso con Venezuela y se deben dejar de lado las solidaridades ideológicas. Todo ello basados en la verdad y la transparencia. Si la dictadura china, en lugar de amenazar y reprimir a Li Wenliang, hubiese escuchado su advertencia, otra sería la situación. Esto demuestra que el combate contra el coronavirus no es ideológico.
Fuente:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/36572-covid-19
Ilustración: Jeremy Geddes.
Cfr.
https://www.diariolasamericas.com/mundo/venezolana-desarrolla-prueba-rapida-deteccion-del-coronavirus-n4195169
https://twitter.com/cristiancrespoj/status/1241026103596199937
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