lunes, 2 de marzo de 2020

BAJAR O SUBIR

Elecciones en las Universidades
Pablo Aure   
 
Ningún universitario republicano, entiéndase como aquel que está de acuerdo con la alternancia en los cargos de dirección, puede estar en desacuerdo con que se realicen elecciones para la renovación de sus autoridades, cuyos periodos  están vencidos desde hace tiempo. Me refiero a los consejeros profesorales ante el Consejo Universitario ante los de Facultad y Consejos de escuela, también a los decanos y desde luego, a las autoridades propiamente dichas: Rector, Vicerrectores y Secretario General.

Ahora bien, es necesario aclarar ante la opinión pública que en todas las Universidades se han convocado procesos electorales, pero ha sido precisamente el Tribunal Supremo de Justicia quien las ha suspendido, ordenando realizarlas bajo parámetros antiacadémicos, por lo cual las comisiones electorales respectivas se han negado a realizarlas de la manera impuesta.

Recientemente hubo una preocupación generalizada por la emisión de la sentencia 0324 que pretendía obligar a la Universidad Central de Venezuela realizar elecciones antes del 28 de febrero del 2020, estableciendo el voto “paritario” y dividiendo el claustro en cinco (5) sectores, a saber: el de los estudiantes, docentes, obreros, empleados y egresados. Cada uno de los integrantes de estos sectores se contabilizaba como un voto. Imagínense el número del padrón electoral. Por ejemplo de la Universidad de Carabobo han egresado más de ciento sesenta mil (160.000) profesionales, hoy tenemos una matrícula de aproximadamente veinticinco mil (25.000) alumnos y si contamos al resto de los sectores le debemos sumar cerca de diecisiete mil (17.000); es decir más de doscientas mil personas tendrán derecho a elegir a las autoridades. ¡Vaya “democracia” tumultuaria! Desde luego, ese tipo de elecciones no es académica ni tampoco es democrática. No es igualdad en los derechos, porque la igualdad no se mide por votar sino por responsabilidades en el ejercicio. 

Jamás convalidaría una elección que soslaye los principios constitucionales, claramente establecidos en el artículo 109 de la Constitución (El Estado reconocerá la autonomía universitaria como principio y jerarquía que permite a los profesores,  estudiantes, egresados…). 

Puede ser que algunos miembros de la comunidad universitaria estén simpatizando con la variación del claustro para ajustarlo a determinadas exigencias NO CONSTITUCIONALES, pero, así como lo he dicho en privado, hoy en público lo repito: conmigo no cuenten mientras sea miembro del Consejo Universitario de la Universidad de Carabobo defenderé con mi voz la autonomía universitaria. Primero que reformen la Constitución y luego, podemos discutir la variación del claustro, mientras eso no ocurra, jamás alzaré la mano para pisotear la Carta Magna.

Se han dado innumerables debates dentro y fuera de las Universidades, inclusive ese artículo 109 Constitucional, el expresidente Hugo Chávez lo pretendió modificar con aquella reforma que el pueblo le dijo NO. Entonces, mal podemos nosotros vía reglamentaria alterar algo que los ciudadanos venezolanos soberanamente no autorizaron.

Hoy, desde el ejecutivo nacional, algunos togados y otros integrantes de comunidades universitaria (lamentablemente) con ínfulas de curtidos en el Derecho o en la interpretación de las normas jurídicas, enarbolan la Ley Orgánica de Educación para señalar la manera de elegir las autoridades, bajo la errada creencia de hacer respetar el principio de la participación, auspician aumentar la composición del claustro en nuestras universidades, debo decirles que están supremamente equivocadas. Simple y llanamente porque esa Ley (la LOE) NO APLICA a las Universidades autónomas. Me explico. La Ley de marras, de acuerdo al Artículo 2, establece: “Esta Ley se aplica a la sociedad y en particular a las personas naturales y jurídicas, instituciones y centros educativos oficiales dependientes del Ejecutivo Nacional, Estadal, Municipal y de los entes descentralizados y las instituciones educativas privadas, en lo relativo a la materia y competencia educativa. (Cursivas y negritas de quien escribe) Al leer, el artículo dos (2) de la Ley, no puede quedar duda que nuestras universidades SON AUTÓNOMAS y no dependen del ejecutivo. Les aclaro: depender no es asignación de presupuesto, ya que una de las funciones propias del ejecutivo como su nombre lo define es EJECUTAR (decisiones) en este caso el presupuesto que fijen las universidades en sus respectivos Consejos Universitarios.

Para finalizar, si es que acaso todavía existe alguna duda, les transcribiré el artículo 31 de la LOE: “Artículo 31. Una ley especial normará el funcionamiento del subsistema de educación básica, desde el nivel de educación inicial hasta el de educación media en todas sus modalidades y establecerá los mecanismos de coordinación necesarios con la educación universitaria” ¿Ustedes saben cuál era esa Ley especial que iba a regir las Universidades? La Ley de Educación Universitaria que vetó Chávez en el  año 2011.

Así que, por lo pronto, en las universidades seguiremos rigiéndonos por la Constitución de la república de Venezuela y la Ley de Universidades de 1971. Por cierto, estoy de acuerdo con la elección de TODAS las autoridades en TODAS las Universidades, cuando digo todas, incluyo aquellas donde sus decanos, rectores, vicerrectores y secretarios los designa a dedo Nicolás Maduro. Basta de hipocresía.

Amigos, la finalidad del régimen no es realizar elecciones sino anarquizar y aniquilar las Casas de estudio. No hablemos edulcorando las palabras, ya sabemos que el régimen no  ganaría ninguna elección ni que se contabilicen uno a uno los votos de los 5 sectores que el chavismo pretende incluir. Tanto los obreros como los empleados están pasando hambre, al igual que los profesores, estudiantes y egresados. Ellos saben que entregarle la universidad a un destructor es el fin de la educación en Venezuela. 

Por lo pronto les pido a mis compañeros no distraernos ni rivalicemos por las legítimas aspiraciones que se pueda tener en dirigir las Universidades; nuestro único y verdadero objetivo debe ser salir del régimen que oprime no solo a las universidades sino a todo el país, salir de ese régimen que ha destruido a Venezuela.  

“La universidad es el refugio de la patria” No las dejemos solas.

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