jueves, 17 de julio de 2014

DE LA CALIDAD DEL DEBATE

Una vicisitud parlamentaria
Luis Barragán


Pésima costumbre, las sesiones parlamentarias suelen convertirse en un escenario para la sistemática descalificación personal propinada por los  oficialistas que carecen de argumentos frente a la oposición.  El mal hábito no puede relevarnos de la reseña, porque – en todo caso – la prensa monopólica del régimen ofrece y difunde su versión, al igual que, por mucho que sea desoída, los frecuentes llamados a la sensatez que formula la unidad opositora no deben desaparecer del firmamento noticioso por presuntamente conocidos.

En la más reciente plenaria de la Asamblea Nacional, por ejemplo,  fue planteada la solicitud de un crédito adicional a favor de la Fundación Gran Misión Nuevo Barrio Tricolor con el “objeto de destinarlos al pago de personal y gastos relativos a la adquisición de materiales, insumos y equipos” y para “el acondicionamiento de los espacios físicos donde funciona la sede de la fundación”, como textualmente señala el Informe de la Comisión Permanente de Finanzas, por más de 85 millones de bolívares.  Obviamente, la petición generó las observaciones correspondientes.

Inscrito en el debate, acordamos con otro colega opositor dispuesto a intervenir,  los planteamientos ante los voceros gubernamentales. Entre otros aspectos, por nuestra parte,  insistimos en la naturaleza excepcional de todo crédito adicional, los principios presupuestarios con los que comulga la propia Oficina Central de Presupuesto, la necesidad de incluir la materia en el presupuesto público ordinario por la importancia que tiene y la que estridentemente el gobierno le da, la reincidencia en el gasto corriente; mientras que el diputado mirandino ejemplificó concretamente el caso, señalando las cifras que anteriormente se le ha concedido a la Misión, la pésima circunstancia de un reclamo de recursos para acondicionar las oficinas, los desafíos que impone una iniciativa para intentar solventar tamaño problema, recordándoles la intención misma que tuvo Chávez Frías al crearla.

Los voceros oficiales, en lugar de replicarnos, inmediatamente ensayaron la ofensa personal y, aunque indicaron que nos fuimos por las “orillas” en el tratamiento del tema, al diputado Fernando Peña, legítimo representante de la soberanía popular gracias a la votación constante y sonante de los electores que avalaron la alianza unitaria de la oposición, fue fustigado – nada más y nada menos – que por su condición de suplente. Además, inventando elementos que sencillamente no figuran en el citado Informe, con más vanidad que convicción, se le increpó porque era la primera vez que hablaba en la cámara, algo incierto, incurriendo en el panfleto de siempre.

Tenemos que, al día siguiente, la prensa gubernamental destacó el trámite y aprobación de los recursos, admitiéndolos para el gasto corriente (http://www.correodelorinoco.gob.ve/economia/an-aprobo-mas-bs-452-millones-para-vivienda-y-barrio-nuevo-barrio-tricolor/).  En los medios independientes, observamos la muy justificada reseña de la larga discusión que generó el proyecto de Acuerdo sobre el consabido bombardeo de Palestina, a la vez que se negó cualquier alusión asamblearia en torno a la violencia y a la inseguridad vial en Venezuela, al lado de otra nota que reporta la venidera sesión con motivo la visita del mandatario chino.

Concluyendo, deseamos subrayar, por una parte, la engañosa exaltación de los recursos destinados a la Misión que no cuenta con una versión equilibrada y veraz que la compense, en medio de la interesada sobresaturación noticiosa del gobierno nacional; la escasa calidad de la polémica parlamentaria, añadida la agresión verbal que un suplente – y yo lo fui – recibió y, aunque no se amedrenta, ilustra la irrenunciable batalla que ha de dar en la boca del lobo; y la serialización de los créditos adicionales, evadiendo principios que los portales digitales del régimen celebran. Por lo demás, lo apuntamos en nuestra intervención en el hemiciclo, una vez más demuestra la fortaleza o pretendida fortaleza del gobierno que contrasta con un Estado débil y debilitado, porque esa Misión no goza de la institucionalidad indispensable, ni el personal de la estabilidad necesaria al someterse a las contingencias de un crédito adicional: agregamos, tampoco de la vocería sindical.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2014/07/una-vicisitud-parlamentaria/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1043056

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