La importancia del arte contemporáneo en nuestra sociedad. ¿Por qué es tan importante el arte contemporáneo?
“Ese bicho raro llamado Arte Contemporáneo.”
Edgar Barroso
Alguna vez se ha preguntado por qué el arte contemporáneo es tan…”raro”. ¿Qué pasó? ¿Acaso todos (o la mayoría) de los artistas se volvieron locos en los últimos setenta años? Confesemos juntos, querido lector, que en alguna exposición o concierto de música contemporánea o experimental nuestra mente nos susurró (quizá en el más absoluto secreto): “¿…y esto qué…? ¿Esto es arte? Espero que se termine rápido, ya tengo hambre, además esto lo puede hacer un niño de tres años.” O me va a decir que no ha sido tentado (aunque sea efímeramente) a decir, “…es que esto…esto ni lo entiendo, ni me gusta, no me produce placer, está horrible.” ¿Pero no se supone que el arte es bello por definición?
Siéntase tranquilo y orgulloso porque sus preguntas, dudas o quejas son igualmente profundas como válidas. Las preguntas ¿qué es arte? y ¿qué es belleza? son imposibles de responder de manera definitiva.Por siglos, y a pesar de todos los avances tecnológicos, que ha logrado el ser humano, no hemos podido (afortunadamente) definir que hace tan escurridizo al arte, o la razón por la cual el concepto de belleza es (en algunos casos) extremadamente subjetivo. Así que usted, cualquier persona, y yo podemos y debemos cuestionar a los artistas y a tener nuestra propia idea de quésignifica el arte y la belleza en nuestras vidas y en nuestro tiempo. Es decir, a reflexionar sobre estos conceptos como creadores y/o espectadores.?Que nadie le diga: “…es que tú no entiendes de arte contemporáneo.” Si alguien se atreve a decir esto con arrogancia, lo más probable es que esa persona de verdad no entienda nada o muy pocode arte. El Arte Contemporáneo no tiene tiempo para la descalificación, este bicho raro está mucho más preocupado por transmitirnos otros gérmenes de los que ya hablaremos.
Ahora que hemos confesado nuestros sentimientos de culpa intelectual e incluso nos sentimos orgullosos de los mismos, volvamos entonces a las preguntas, ¿Por qué los compositores no siguieron haciendo música tonal, en cuatro cuartos y utilizando el sistema temperado? ¿Qué la Pasión según San Mateo de J. S. Bach no es un monumento a la belleza? ¿Por qué los arquitectos no siguieron haciendo esas catedrales góticas maravillosas? O los pintores, ¿por qué nocontinuaron pintandopaisajes naturalistas y hermosos? ¿Por qué las esculturas ahora no tienen “formas” reconocibles? ¿Por qué la música ahora parece ruido? Mi humilde y por supuesto incompleta respuesta es muy simple: por curiosidad.
La curiosidad (primer germen transmitido por este bicho raro) es sobre todo un instinto natural. Es una ventaja evolutiva que nos ha servido para sobrevivir y hacer del Homo Sapiens la especie dominante de la Tierra. Está en nuestros genes, estamos programados para cuestionar, proponer y exponer. No podemos evitarlo, es un impulso tan fuerte como el amor, nuestra personalidad, la libertad o cualquier valor que para usted tenga una fuerza especial, lo dejo a su elección. Esta fuerza, esta necesidad por entender nuestro mundo es lo que hace que el arte y lo bello no puedan tener un solo axioma. Toda vez que alguien expone su propuesta de arte y belleza, estamos listos (programados genéticamente) para cuestionar esa propuesta. Nuestro cerebro hace un juicio dependiendo de nuestras características únicas, nuestro bagaje cultural, geográfico, social, etc. y nos comunica: “Sí, esto nos gusta.” o “No, esto no nos gusta.” Después, irremediablemente viene la segunda necesidad: la de proponer. Algunas personas, cuando están expuestas a una forma o disciplina artística, su cerebro va más allá, y le cuenta: “Esto no nos gusta, pero sí nos gustaría si pasara esto y/o lo otro.” En algunas personas la importancia de cuestionar y proponer es tan grande que dedican parte importante de sus vidas ha aprender las técnicas necesarias para imaginar, producir, y exponer, a juicio de otras, sus propias respuestas respecto al arte y lo bello. Estas personas son a las que llamamos artistas. Pero si tomamos en cuenta que la definición de artista depende de la definición de arte, entonces estamos más o menos donde empezamos.
En sentido literal el arte contemporáneo es el creado en nuestro tiempo. Que si es el que empezó en el París de 1905, que si es el que iniciódespués de la segunda guerra mundial odespués de la caída del muro de Berlín. Que si es premoderno, posmoderno, post-estructuralista, vanguardia, anti-vanguardia, pop, conceptual, experimental, atonal, abstracto, espectral, serial, informal, nueva complejidad, deconstrucción, la lista es interminable. No se deje asustar por esos términos que tienen un sentido más histórico que de percepción Afortunadamente hay personas que se dedican a crear y otras a clasificar. A la mayoría de los artistas, no les preocupa que los etiqueten o buscan pertenecer a alguna corriente específica. Su energía (poder creativo) viene de su curiosidad interna y por su entorno. Es la fuerte convicción por el descubrimiento y constante cambio (individual y/o colectivo) lo que hace imposible clasificar a los artistas,. Quizá lo único en lo que la mayoría está de acuerdo es que el arte contemporáneo busca la ruptura con los modelos tradicionales en sus características esenciales. En el arte contemporáneo todo y nada está permitido.
Muchas personas creen que el arte contemporáneo no les gusta porque no lo entienden. Yo tengo serias dudas de este argumento. Primero, permítame decirle que si a usted no le gusta el arte contemporáneo está en su derecho. Siéntase cómodo y relajado con esa postura. Pero me atrevo asegurarle que la razón por la cual no le gusta tiene que ver más con la frecuencia con la que se enfrenta a este bicho raro, que con sus conocimiento de historia del arte, categorías, fechas, autores y obra. Le sugiero dos cosas, la primera: en lugar de preocuparse por datos, y fechas tratemos de entender mejor a los que finalmente son los progenitores del bicho: los artistas. Y la segunda: quizá la razón por la cual este bicho y usted no se llevan bien es por la falta de enfrentamientos entre este bicho y usted. Le pregunto: ¿cuántas exposiciones ha visto este año? ¿A cuántos conciertos de música contemporánea ha ido en el último mes? ¿Tiene usted un arte o artistas favorito(a)? ¿Está enterado de actividades relacionadas con este él o ella en la ciudad, el estado, el país, el mundo? ¿Ese artista está vivo(a)? ¿A cuántos artistas locales y no locales conoce? Si sus respuestas han sido negativas y poco abundantes, entonces usted no puede decir que no le gusta el Arte Contemporáneo, usted sólo podrá decir que no ha tenido el gusto de conocerlo. Así que lo invito, no, lo reto a que se enfrente constantemente a este bicho raro, no le tenga miedo, lo peor que puede pasar es que aprenda y/o experimente algo nuevo (bueno o malo).
Pero, vamos a tratar de entender a los creadores del bicho. Los artistas son (deben ser) ante todo curiosos compulsivos. Su fascinación por el arte los sublima, los carcome, sin importar si estos impulsos son egodistónicos y egosintónicos. Están llenos de defectos, como seres humanos que son. Algunos son presuntuosos, otros son tímidos, otros son amables, otros son enojones. Lo primero que los captura es la curiosidad por entender ¿Cómo se logra la belleza de un motete de Palestrina? ¿Cómo puede Sergio Pitol escribir con tal claridad de pensamiento? ¿Cómo pudo Horowitz tocar el piano de esa manera y cómo logró su lectura a primera vista? Así que primero la necesidad de saber cómo se logra tal belleza (un tipo de belleza), perfección, emoción, los consume y se convierte en una obsesión, un tanto autista para estas personas. Simplemente necesitan entenderlo. Según Wikipedia, el artista es un explorador incansable que ha desarrollado su creatividad y la capacidad de comunicar a los demás lo sentido y lo pensado mediante el buen (y yo agregaría: y el mal) uso de la técnica, después de todo la palabra arte deriva del griego t???? (téchne)).
Si pensamos que los artistas son curiosos compulsivos, y los responsables de generar arte, no nos debería extrañar tanto que el arte esté cambiando todo el tiempo, y por ende que nadie se pueda poner de acuerdo sobre qué es arte y belleza. Que bueno que es así. Ahora, los artistas no sólo son curiosos con su arte, también lo son con sus espectadores y con ellos mismos. Los artistas tienen la necesidad de buscar reacción en su público (cualquiera que éste sea), tiene curiosidad por la resistencia del otro, sobre el impacto de la fuerza de su arte, quiere exteriorizar un objeto, un movimiento, unas letras que no estaban ahí, para descubrir qué sucede en él mismo (en el autor) y en el otro (el espectador).
El arte se vive. Pregunte a cualquier artista que conozca y todos le van a pedir una sola cosa, su atención (mental y emocional) desenfadada y honesta. Muchas veces (la mayoría) ni el mismo autor sabe como la obra lo va a impactar, únicamente sabe que la tiene que hacer existir en este mundo. Los artistas sólidos tratan (y digo tratan con énfasis) de ofrecer (consciente o inconscientemente) en cada obra de arte una nano-respuesta a las dos palabras que hemos revisado con insistencia, arte y belleza. Por ejemplo, puede usar argumentos tan radicales como: “El arte es la negación de la belleza”. Si el artista es bueno, inmediatamente cuestionará su propia obra: ¿será esto cierto? Si su respuesta le gusta y quiere seguir por ese camino, propondrá otra obra donde nuevamente haga reflexionar sobre el arte como negación de belleza. De lo contrario, se auto-criticará ferozmente. Así seguirá dando respuestas a lo largo de su vida, siguiendo una especie de bitácora en busca de lo que no se puede encontrar. Picasso decía que cada obra es como escribir una página en el diario del artista. Siempre en reflexión, en desafío. Como ya se dio cuenta querido lector, el artista persigue lo inalcanzable. Su curiosidad supera lo racional. Ese es su valor y su condena. Es esta curiosidad implacable lo que lo mueve a pasar incontables horas estudiando contrapunto, a practicar un movimiento hasta la extenuación, a intentar domar sonidos en una hoja de papel, o a aprender lenguajes de programación para animar unos pixeles o unos bits. Busca incansablemente satisfacer esa maravillosa curiosidad por lo que no estaba ahí antes. Lo desconocido. Lo único. Con suerte lo honesto. Su fracaso o triunfo es irrelevante, es el intento por la búsqueda lo que lo dignifica.
Los artistas tiene muchísimos roles sociales, no es casual que en todas las civilizaciones conocidas hayan existido. Uno de ellos es de servirse del bicho raro como portador del virus de la fascinación por el mundo. La capacidad de sorprendernos. Tan simple como vital. Seamos o no artistas, como individuos y sociedad. La curiosidad por lo fascinante del mundo es el motor de muchos pensadores. El mismo Einstein dijo muchas veces: “No tengo talentos especiales, pero sí soy profundamente curioso.” O el filósofo catalán Salvador Pániker mencionó que “la juventud de un ser humano no se mide por los años que tiene, sino por la curiosidad que almacena.” El arte y especialmente el contemporáneo nos recuerda que como adultos está bien ser curiosos. La curiosidad y fascinación querido lector, son un signo de salud (de todo tipo).
Le propongo algo, vamos a hacer un viaje juntos. Imaginemos que es usted compositor (ahora). Empieza aprendiendo guitarra, primero con el implacable círculo de Do-mayor, después empieza a sacar sus primeras canciones “de oído”, hace su grupo de rock, después se da cuenta que la música es mucho más compleja que los acordes de las canciones pop y quiere entender como es que Bach puede combinar dos orquestas, dos coros y solistas, todos cantando simultáneamente y ¡que se oigan increíble! Por lo que decide estudiar música profesionalmente. Estudia contrapunto, armonía, conoce la música de Lassus, Palestrina, Bach, Mozart, Schumann, Beethoven, Debussy, Stravinsky, Lachenmann (por mencionar algunos) y se maravilla ante la genialidad de sus ideas y propuestas. Muy bonito, pero recuerde, usted es creador. Ahora está sólo con un lápiz, hojas de papel y una computadora enfrente. ¿Y ahora qué? ¿Que escribiría usted? ¿Qué va a decir con sonidos? ¿No quisiera decir algo no dicho para que su música se distinga de los demás? Para que sea única, porque el arte quizá es único. No puede imitar a los grandes compositores que crearon lo que la humanidad conoce como “música hermosa” porque de alguna manera sería plagio. ¿Y entonces? Pues lo que hacen los (buenos) artistas es tratar de inyectar nuevos textos o significados a sus expresiones artísticas. A explorar. Redefinir lo más básico, como por ejemplo qué es la música. Así de básico. Esto para poder confirmar o desafiar las definiciones convencionales. En una pieza de arte usted ve, escucha y siente el pensamiento y el sentir de alguien. De alguien que vive en su tiempo y comparte su entorno. Y en este proceso nos escuchamos y nos sentimos a nosotros mismos ¿No es esto fascinante?
El compositor Helmut Lachenmann, uno de los más famosos compositores alemanes de nuestro tiempo me dijo una vez: “la mejor crítica que jamás me han hecho es decirme que mi música no era música.” De alguna manera había hecho música tan nueva, tan original que la gente no la podía reconocer como música. Esto viniendo de una persona con un bagaje musical clásico impresionante y que se puede sentar en un piano y tocar el preludio de la Pasión según San Mateo de memoria (entre muchas otras). En otras palabras, buscar dentro y fuera de sí mismos. Tratar de ir a donde nadie o pocos han ido, ya sea llevando a nuevos límites viejas ideas y proponer formas distintas de comunicarlas. Todo esto en completa libertad. A todos nos gusta hacer lo que se nos pegue la gana ¿o no? Recuerde que hasta el siglo XVIII los artistas estaban a merced de su época. Aprendían música sacra, y escribían música sacra. Había definiciones rígidas de belleza y arte. Además estaban al servicio de un mecenas o un noble y trabajaban solamente por encargo. Si esa falta de libertad es lo único que conoce, entonces quizá no le cause conflicto, pero si conoce la sensación de poder crear lo que quiera, de encontrar su propia voz, su propio método, y además servirse de su tiempo y tecnología junto con otras disciplinas para crear mejores obras ¿volvería atrás? ¿Se pondría a escribir otra sonata para piano al estilo barroco? ¿Para qué? Recuerde usted es curioso, quiere saber qué se puede hacer hoy con las herramientas de hoy. Ya habíamos quedado que éramos curiosos compulsivos. Usted quiere pisar donde pocos hayan pisado y tratar de decir algo respecto de ese nuevo lugar que no haya sido notado. Lo hacemos porque no podemos dejar de hacerlo. Pero como siempre, algunos irán atrás y algunos no. Y es muy válido también. En el arte contemporáneo cualquier transgresión se vuelve inmediatamente convención. Así que seguramente surgirá una oposición casi inmediata a las dos posturas en la cual algunos artistas volverán a cuestionar, proponer y realizar. En palabras de Eugenio DÓrs “todo lo que no es tradición, es plagio.” Y al revés. ¿Confundido? Perfecto, yo también.
Personalmente lo que me parece extraordinario del arte contemporáneo es que nos enseña a ser tolerantes. No podemos descalificar a nadie porque nadie tiene las respuestas. Creo que el arte ahora se trata más de preguntar que de responder y me encanta. Se acabaron los paradigmas rígidos. Esa es la maravilla de este momento artístico. Si alguien puede poner una llanta vieja en un museo y decir que es una pieza de arte, o grabar el ruido de una ciudad por seis horas y decir que es una composición. ¿Quién va a decir que no es cierto? Nadie puede decir que no es arte y nadie puede decir que lo es. ¿Entiende la maravilla del bicho? Somos tan plurales que tenemos distintas verdades y todas ellas co-habitan este mundo. Es un reflejo del mundo, increíblemente diverso y propositivo. Usted eligeque le gusta y que le disgusta. ¡Pero lo importante es que elija! Además, le recuerdo que usted tiene una voz, y hay que usarla. Por ejemplo, el bicho raro nos confirma lo ilimitado y poderoso que son dos palabras, tres letras: “Y si…”. Esas simples dos palabras al inicio de una frase nos ratifican que podemos ser creativos, nos invitan a imitar: “y si hago esto, y si combino esto con lo otro, y si simplifico esto y agrego lo otro, y si le pregunto a alguien si quiere colaborar conmigo. ¿Qué no resolvemos todos nuestros problemas así? Los artistas nos invitan a imitarlos y tomar riesgos, confiar en nuestra intuición y ser creativos. No se engañe, la creatividad se necesita en cualquier ámbito y profesión. El bicho raro está ahí para recordárselo.
Ahora que tiene una mejor idea de los conflictos de estos creadores del arte contemporáneo, se dará cuenta que no la tienen fácil. Y si a eso le aumentamos la precariedad económica, pues peor aún. Aun con todo esto, prevalecen.
El arte contemporáneo, está haciendo un esfuerzo por enfrentarse a usted. Incluso sale de los museos y los teatros. Está tratando de esparcir las bases para una nueva actitud hacia al arte que pueda inspirar una nueva actitud hacia su vida y hacia la sociedad. Nos ayuda a interactuar, a transferir cultura y mejorar el debate de cómo queremos vivir.? Cada obra nueva hace las mismas preguntas esenciales, qué es el arte, y qué es belleza. Y nos comparte sus efímeras respuestas. Nos invita a un goce activo, y a crear un canal de empatía de comunicación con el otro que tanta falta hace en estos momentos en nuestro país. La próxima vez que decida ir a una exposición o un concierto que huela a este bicho raro, piense como sería el mundo si paramos de innovar.? La creatividad es el eje de los humanos y cuando la creatividad pare, nosotros pararemos. Además convivir con estas expresiones artísticas nos ayuda a entender como la imaginación es transformada en materialización (sonora, conceptual, objetiva). Nos ayuda a creer y luchar por nuestras ideas y sueños. El arte es especulación libre, nos da confianza para desarrollar la imaginación (que por cierto es divertidísimo) y es el entendimiento de nuestras habilidades para crear y percibir lo que nos define como personas, nuestro lugar y misión en nuestro entorno. Nos ayuda a mirar adentro y a conocernos a nosotros mismos. Nos da el goce y la voz para expresarnos como creador y como consumidor de cultura. Quien no ha utilizado la música de Schnittke en una noche romántica, o leído un fragmento de “Rayuela” para decir lo que no podríamos nosotros mismos. ¿Y esto no mejoró nuestras vidas? Porque al final se trata de eso, de mejorar vidas.
El arte contemporáneo no es algo que está alejado de la sociedad y sus problemas. Es una fuerza olvidada que mueve a las sociedades hacia adelante y hacia adentro.? La próxima vez que vaya a una exposición de arte contemporáneo busque el valor de ella más allá de lo estético, sino como una inversión a su intelecto y a su alma. Piénsela como un desarrollador comunitario. Una vez que el bicho raro lo atrape, reprodúzcalo, exíjalo y protéjalo como una especie en extinción. Entre más gente sepa de los beneficios de la picadura del (a estas alturas) bicho raro, más gente luchará y exigirá recibirlo. Recuerde si una vez que usted tiene estos gérmenes (curiosidad, reflexión, etc.) usted los puede transmitir. Apoyar las artes es impulsar la innovación y el progreso. El arte, creado, practicado y experimentado son una fuente irremplazable de bienestar y conocimiento. En el artículo publicado en la BBC titulado “God particle signal is simulated as sound” en el cual científicos obtuvieron sonidos producidos por partículas subatómicas como las de Higgs boson, es decir representaron estos datos con sonido. El resultado, encontraron estructuras sonoras claras, algo parecido a música compuesta. De hecho, suenan bastante como algunas composiciones de música contemporánea. Si las partículas subatómicas suenan así, algo debe estar haciendo bien los compositores de música contemporánea. ¿No cree?
Fuente:
http://edgarbarroso.org/la-importancia-del-arte-contemporaneo-en-nuestra-sociedad-por-que-es-tan-importante-el-arte-contemporaneo/
Fotografías: LB, sillas ordenadas intimidades.
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