jueves, 24 de julio de 2014

PARNASO


Pedro Hernández Camacho sostenía una columna semanal en una revista que, al parecer, era muy ligera, llamada “Escritores de ayer”. Aparece su entrega en Venezuela Gráfica (Caracas, nr. 589 del 18/01/1963), dedicada a Julio Calcaño (1840-1918).
Refiere: "El eminente filólogo Don Julio Calcaño fue una de las figuras que dio gran relieve a las letras venezolanas en España y en los países hispanoamericanos sin necesidad de vivir en otras tierras. En este aspecto tuvo un par en Cecilio Acosta. Sólo que Acosta ganó fama con su prosa y lo logró Calcaño con el verso. Su mérito precisamente estriba en que su renombre en los círculos académicos de España, especialmente en Madrid y Salamanca, como también en las capitales cultas hispanoamericanas lo cimentó a base de su obra y con base en la correspondencia con eminentes poetas, escritores y filólogos de su tiempo, residentes en todas partes del mundo. Estudió la lingüística de la poesía inglesa a través de Byron; y la española a través de las más eminentes figuras del 'Siglo de Oro'".
"Castellano en Venezuela", escrito por Calcaño, se equipara a la obra de Andrés Bello y Rufino J. Cuervo, por ejemplo, mientras que en lo histórico es comparable a Rafael María Baralt. En 1880, publica "Los héroes muertos" y, ocho años más tarde, "Literatura venezolana". Hacia 1892, "El parnaso venezolano". Cuentista y novelista de "gran relieve y de marcada notoriedad", en 1901 entrega "Blanca de Torrestella" y, a ésta novela, le sigue en 1913 "Cuentos escogidos": "Seguramente fué (SIC) una fuente de inspiración para los escritores y cuentistas del presente siglo".
Secretario de la Academia Venezolana Correspondiente de la Española y miembro de la Academia de Historia, integró numerosas corporaciones culturales y científicas de "todos los países europeos". Hizo labor periodística y literaria a través de "El Semanario", el cual dirigió por varios años.
Concluye Hernández Camacho: "No en balde fué miembro prominente de la 'Casa de los Ruiseñores', como se llamó a la de los calcaños. En nuestro país, para decirlo de una vez fué un verdadero exponente del clasicismo, tanto en la prosa como en el verso".

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