Hay obras convencionales que,
además, de dudoso acabado, pueden resultar atractivas. Digamos que el diseño
gráfico acude en rápido auxilio de abaratamiento. Cierto y discreto juego de
líneas que no se atrevió a la travesura cinética, algo de vidrio por los
costados, pareció suficiente al inmueble de arcadas particulares y que – quizá –
pueden adquirir algún día otro color para completar la faena con las líneas
superiores. Claro está, lo que importa es la estratégica ubicación de las
oficinas, cercanas a la Avenida Libertador y a la estación del Metro, aunque –
se ns antoja – deja abierta la posibilidad del rediseño con tan solo experimentar
con otra mano de pintura. Es un antojo de alguien que transitaba el lugar y,
ociosamente, tomando las gráficas, decidió ocupar las pocas neuronas en una
mirada de entera distracción. Gráficas tomadas en Las Delicias de Sabana Grande, Caracas.
LB
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