viernes, 11 de julio de 2014

BARRAS Y ESTRELLAS

EL UNIVERSAL, Caracas, 9 de julio de 2014
Presidente, ¿usted usa Mum Bolita?
Rubens Yánes

Disculpe lo íntimo de la pregunta, pero es que la curiosidad me carcome. La verdad es que no tengo nada en contra del desodorante citado, sólo que a mí no me funciona. Y eso es un problema, ya que es el único que se consigue en los anaqueles de farmacias, perfumerías y automercados, gracias a su política económica.
Yo entiendo que usted es pueblo, al menos eso dicen las vallas que forran el país: "Maduro es pueblo", y que en la concepción socialista el "pueblo" es equivalente a una masa uniforme que avanza hacia las reducciones de los placeres mundanos y alienantes. Muchas veces su "padre" nos explicó por qué ser rico era malo y cómo nos dejábamos devorar por la sed de bienes materiales capitalista.
Pero cónchale, Presidente, la verdad es que la elección del desodorante es un acto "personalísimo". No necesariamente obedece a la vanidad o al gusto, sino depende de variables tan disímiles como el clima, el tipo de trabajo que se hace, el sexo y el ph de la piel. Si en algo se demuestra que no todos somos iguales es en la sudoración. El gusto personal tiene que ver, pero también la imperiosa necesidad de que los demás no noten que tenemos violín. Es elemental, Presidente.
Fíjese que en mi casa mis chamos, que tienen una vida muy agitada pero además andan en la onda de cristalizar su primer amor y ser popular entre las chicas, prefieren el desodorante aerosol al estilo Axe. Un desodorante de barra es tan raro y valioso como un lingote de oro, Presidente, de esos que reposan en las bóvedas del BCV. 
Las chicas de la casa son más clásicas. Tienen que alternar sus actividades profesionales con las labores de ama de casa y por eso prefieren el legendario Aquamarine crema, del cual apenas conservan el recuerdo. Hace poco se vieron obligadas a probar el último Axe de los chicos (era el único desodorante que quedaba en la casa), y el resultado fue catastrófico.
Y yo, que soy el más pasivo físicamente pero el que más suda por mi metabolismo, prefiero usar el Rexona for Men de bolita. Aunque la verdad es que cada cierto tiempo debía cambiar de marca, porque por alguna razón (seguramente atribuible al pernicioso capitalismo) dejan de hacerme efecto después de varios meses. Ese "lujo" hace ya meses que no puedo dármelo y estoy condenado a usar el Mum Bolita.
¿A usted le pasa lo mismo, Presidente? ¿Y cómo le va? ¿No se ha deslizado la Primera Combatiente a su lado del armario para robarle un poquito de su Mum Bolita azul antes de salir a Palacio y le ha dicho que extrañaba... no sé... el Lady Speed Stick? ¿Se acuerda? Aquel de la cuña tipo Tomb Raider...
Porque eso me lleva a otra parte del problema, Nicolás (disculpe la confianza, pero ya que hablamos de desodorantes...) la escasez de productos, la desaparición de las marcas, el achicamiento del mercado no sólo nos afecta a quienes los consumimos, sino a quienes los producen y a quienes les prestan servicios como la publicidad, distribución, comercio, etc. ¡Tantos empleos perdidos! ¡Tanta distorsión de mercado!
Fíjate que el aceite de motor PDV, que no se consigue en las bombas de gasolina, lo venden los buhoneros en Las Mayas... y ese es sólo un ejemplo.
Después le sigo contando, Presidente. ¡Mi Presidente obrero! Tengo que salir corriendo porque me dijeron que llegaron las pastillas anticonceptivas al Farmatodo. ¡No vaya a haber una explosión demográfica en mi casa que nos descuadre más el presupuesto familiar!

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