“YO SOY LA RESURECCION Y LA VIDA”
Homilía en la Misa por el eterno descanso del Presidente Chávez
Iglesia de Santa María dei Monti, Roma, 7 de marzo de 2013
CARDENAL JORGE UROSA SAVINO, ARZOBISPO DE CARACAS
Queridos hermanos:
¡Yo soy la resurrección y la vida! Movidos por nuestra fe en Cristo Misericordioso y resucitado, y por sentimientos de cristiana piedad, nos encontramos en esta querida Iglesia romana de Santa Maria dei Monti para ofrecer la Santa Eucaristía por el eterno descanso del alma del Cdno. Presidente de nuestra amada República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, recientemente fallecido luego de haber sufrido una larga y penosa enfermedad. Agradezco de corazón al venerable Párroco, Don Francesco Pesce, su gentileza al abrirnos las puertas de este templo para nuestra piadosa celebración.
CRISTO: RESURRECCION Y VIDA
Acabamos de escuchar en el evangelio las consoladoras palabras de Cristo, quien se proclama a sí mismo la resurrección y la vida. El nos dice también:“quien crea en mí, aunque haya muerto vivirá”.
¡Qué grande es nuestra fe! Sabemos que Jesús es realmente la resurrección y la vida pues luego de haber pronunciado estas palabras se dirigió al sepulcro de su amigo Lázaro y con voz potente lo llamó a salir de las sombras de la muerte, para restituirlo a su familia. Y así sucedió, provocando el asombro de los presentes, y la fe de muchos de ellos. Pero más aún, luego de haber muerto en la cruz para librarnos de nuestros pecados, el Señor mismo resucitó triunfalmente, mostrando así la gloria de su divinidad. Cristo es Dios, nuestro Salvador único e irrepetible. Y por ello, las palabras que pronunció a continuación, también son verdaderas y tienen sentido: “el que crea en mí, aunque haya muerto vivirá”.
LA MUERTE A LOS OJOS DE LA FE
La muerte, mis queridos hermanos, es parte integrante de la existencia humana. Con toda su carga trágica y dolorosa, es consecuencia el pecado original. Pues bien: Cristo vino al mundo precisamente para vencer no sólo al mal, al pecado y al demonio, sino también a la muerte. Y lo hace muriendo, ofreciéndose por nosotros a Dios en la cruz, para destruir esa pesada carga que perturba a la humanidad, y para convertirla en el paso hacia la eternidad feliz.
Por eso, aunque la muerte es dolorosa, no es algo definitivo. Los seres humanos no somos como las flores que se marchitan; no somos como los grandes palacios que pueden ser destruidos: tenemos un alma inmortal, y estamos llamados a vivir para siempre. Y estamos llamados a resucitar gloriosamente al final de la historia. “La muerte no es el final absoluto del camino vital del hombre sino el paso definitivo al lugar del consuelo, de la luz y de la paz. …la muerte del bautizado es absorbida en la victoria de Jesucristo, su resurrección (Cf. 1 Cor. 15, 54-57). Por tanto, aunque todos pasamos por el trance de la muerte, si morimos unidos en la fe a Cristo redentor, tenemos la garantía de la resurrección en el día final de la historia humana (Cf. Jn 11,25-26).
Nuestra fe cristiana, pues, nos enseña a ver la muerte como una transición, como el paso de la vida temporal a la eterna. Y esto por la misericordia de Dios, manifestada abundantemente en Jesucristo, quien venció a la muerte; sabemos que la muerte temporal no es el fin de nuestra existencia humana porque tenemos un alma inmortal, y por la misericordia de Dios, que está siempre dispuesto a acogernos en sus brazos, como al hijo pródigo, para hacernos partícipes del reino de los cielos.
CONCLUSIÓN
Mis queridos hermanos:
¡Cristo es la resurrección y la vida! Oramos, pues con viva fe y confianza en Dios, inmensamente misericordioso, por el eterno descanso del alma del Presidente Chávez. En mi condición de Obispo de la Iglesia de Dios los invito a orar para que el Señor le conceda el eterno descanso, le perdone los pecados que pueda haber cometido, y lo lleve a gozar de la eterna gloria. Es bueno recordar que en momentos difíciles de su existencia, cuando en 1992 estuvo preso en el Cuartel San Carlos, y luego en los sucesos de abril de 2002, varios Obispos venezolanos estuvieron cerca de él para protegerlo y ayudarlo.
Como ya hemos afirmado en nuestro comunicado del Arzobispado de Caracas fechado el 5 de marzo, día de la muerte del Presidente Chávez, y en el comunicado de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana de la misma fecha, manifestamos nuestras sinceras condolencias a sus padres, hermanos, hijos y demás familiares, a los poderes públicos, y a sus amigos y seguidores.
Al proseguir esta Eucaristía, oremos también, hermanos, con mucho fervor por nuestra querida Venezuela, para que podamos todos convivir como hermanos, miembros de un solo gran pueblo, y para que podamos resolver nuestros conflictos en paz.
Oremos también para que el Señor nos conceda pronto un nuevo Romano Pontífice, Sucesor de San Pedro, según el corazón de Dios.
Nos ayude a ello la maternal intercesión de nuestra madre amorosa la Virgen de Coromoto, Madre de la Iglesia, Patrona de Venezuela.
Fuente: http://www.arquidiocesisdecaracas.com/
Ilustración: http://www.pelauts.com/pintura/pintura-en-aerosol-de-jesucristo-imagenes-de-jesus.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario