Tenemos la convicción de que se trata de la misma persona: antiguo militante de URD, alto funcionario del otrora alcalde Claudio Fermín y muy notoria figura en los terribles días de 2002. Discrepamos de sus planteamientos e, incluso, modos de hacer las cosas por aquél 11-A, incluyendo aquélla vanidosa como cándida presentación televisiva con Napoleón Bravo y el nuevo gobierno, que lo (s) llevó a revelar gozosos algunas de las vicisitudes del ascenso de Carmona. En días pasados, a vuelo de pájaro, creímos ver una nota sobre la detención de García, pero quedó pendiente revisarla. Y, ayer, nos encontramos con este comunicado que presumimos pagado. El caso está en que ha quedado solo, pues, que sepamos, gracias a la sobresaturación de noticias, pocos reparan en él. Al respecto, inicialmente, estamos divulgando la nota, pues, lógica simplificación ante tantos eventos, Simonovis sintetiza también el caso de otros presos políticos a los que debemos añadir el de los que no están presos, pero sí con la espada de Damocles encima, como Oswaldo Alvarez Paz, con prohibición de salida del país: país que los olvida pronto. Siempre discrepamos de García, pero no merece el olvido. Sobre todo porque, a diferencia de nuestros radicales y gallardos opositores digitales, que se creen la medida de todas las cosas, los que hacen oposición con nombre y apellido, arriesgan “algo”…
LB
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