cierre

Lectorado y equipaje
Luis Barragán

Centro Comercial Chacaíto, lunes 17 de Enero de 2011. Concluyendo nuestras actividades, nos acercamos para indagar sobre un libro de Leonardo Padura y el asesinato de Trostky, el cual no hallamos. La sucursal de una cadena de libros, mejor dotada que otras, apenas tiene un distinto título. Y, como es costumbre, nos vamos a la librería “Lectura”, en el sótano.

Embalaje de libros, ambiente de resignación, las vitrinas tienen su malla de cierre. ¿Inventario, alguna feria de la que no sabemos? No. Simplemente, cierran. “Hasta que encontremos otro local”. No es posible. Siempre creemos que no es posible tamaña medida en un país donde se ha agudizado la crisis editorial, la “endógena” y la de importación.

Tratamos de indagar, pero están ocupados con el empaquetamiento. Tomamos las gráficas mediante el celular, sin desear molestar, en menos de diez minutos.
Recordamos el local cuando estuvo en planta baja y, después, quedó en el sótano. Incluso, celebridades que sellaban con su autógrafo el ejemplar vendido. La prensa se hacía eco de las tan concurridas ocasiones.

No olvidamos las vitrinas que varias veces nos deslumbraron con sus portadas. Las visitas al local que se hicieron hábito por todos estos años, aceptando la recomendación de un texto a descubrir, e – incluso – la de no llevarnos otro que ya intuían o sabían que no sería de nuestro agrado.

Deseamos creer en esa nota de optimismo que dejó la entrevista realizada por un diario de circulación nacional al dueño de “Lectura”. Empero, está el cierre vivito y coleando.

Hábito de nostalgia: no sólo por una estrofa recordamos la canción olvidada, como escribió una vez Fernando Paz Castillo sobre la juventud evocada. Hay lugares que, inadvertidamente, forman parte del equipaje de nuestras vivencias de lectores.

Fotografía: LB, alrededor de las 06:00 p.m., lunes 17/01/11