lunes, 24 de enero de 2011

pescadores del reino


San Mateo: 4, 12 - 23

En su homilía de hoy, el Padre Wilfredo González (SJ) apuntó que la conversión es necesaria para construir el Reino de Dios. Los pescadores dejaron su vida rutinaria para experimentar otra de una enorme intensidad. Hay una ruptura: jamás volverían a ser lo mismo. El cristiano rompe con la rutina, no dice que el centro es Jesús, sino el Reino de Dios, de los excluidos, de los pata-en-el-suelo. Predica el culto a la vida y no el pánico de la muerte.

La lectura de Isaías (8: 23-9,3) apunta a nuestra propia oscuridad y su reconocimiento para hallar la luz, pues no dependemos de la presencia vasalladora y tremenda de Dios, sino de una búsqueda y un encuentro que no se decreta. San Pablo (1Co,10-13, 17), llama a la concordia, unidad, cordialidad y fraternidad que no prescribe: todos somos muy distintos, pero es posible cumplir con ese llamado al unir el hacer, sentir y pensar.

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