miércoles, 26 de enero de 2011
reconciliación con la fcu-ucv
EL NACIONAL - Domingo 23 de Enero de 2011 Siete Días/4
entrevista
Diego Scharifker
"La universidad siempre ha sido una piedrita en el zapato para los gobiernos"
El presidente de la FCU le pide una reunión al presidente Chávez. Sin cámaras. Recuerda que la UCV tiene más años que la república. "Han intentado todo para acabar con la universidad venezolana y no lo han logrado ni lo lograrán"
GLORIA M. BASTIDAS
Diego Scharifker Hochman se graduó de bachiller en la Academia Washington con un promedio de 18 puntos. Viniendo de un colegio privado, su destino natural era la Universidad Católica Andrés Bello o la Metropolitana.
Pero su padre, el ex rector de la Universidad Simón Bolívar, Benjamín Scharifker, le sugirió que aplicara, también, para la UCV. Diego cuenta que el día en que fue a presentar la prueba interna sonaba por los altoparlantes de los pasillos el himno universitario. La melodía lo removió profundamente. "Sentí una gran emoción, y dije: yo quiero estudiar aquí".
En octubre de 2008 comenzó sus estudios en la Escuela de Derecho y hace dos meses fue electo presidente de la Federación de Centros Universitarios (FCU).
Nació en Caracas, el 29 de noviembre de 1989. Sus bisabuelos maternos y paternos son oriundos de la frontera entre Polonia y Rusia y emigraron a Argentina, donde nacieron sus abuelos, que luego se vinieron a Venezuela. Forma parte de la primera generación nacida acá: su padre, Benjamín, nació en Buenos Aires (pero llegó a Venezuela antes de cumplir los 4 años de edad) y su madre, Mónica Hochman, en Estados Unidos. El abuelo materno, Isaac Hochman, fue uno de los fundadores del Instituto Latinoamericano del Ombudsman, y el abuelo paterno, Gregorio Scharifker, es activista de la fraternidad hebrea. Diego viene con su propio sello.
Suele decir que pertenece a la generación de 2007: la que salió a la calle a protestar por el cierre de RCTV. Basta verlo en youtube para tantear su potencial como líder: puede aparecer, muy seguro, en el centro de Caracas en una manifestación o, plantadísimo, en Oslo leyendo un discurso sobre derechos humanos en perfecto inglés.
--Yo me siento orgulloso de ser venezolano. Mientras muchos buscan oportunidades para irse, a mí me ocurre lo opuesto: quiero quedarme.
En bachillerato, yo vivía en una bola de cristal. Hay dos Venezuela: la real y la de los que estudian en colegios privados y viven en algunas zonas de Caracas. Y yo sentía la necesidad de romper con esa bola de cristal. Uno ve las necesidades, por ejemplo, del estudiante ucevista, que tiene que utilizar el transporte de la universidad para venir a clase, que no tiene dinero para sacar sus fotocopias todos los días para poder estudiar, que utiliza el comedor porque no hay comida en su casa, y nota que esa es la Venezuela de verdad.
Siempre me ha gustado la política. A mí me empezaron apasionando las relaciones internacionales. Me daba pánico hablar en público. Y los modelos de Naciones Unidas son los que me ayudan a perder ese miedo escénico. Son un entrenamiento de vocerías impresionante. Tanto así que yo empecé sin poder hablar delante de cinco personas y al último modelo que fui tuve que hablar enfrente de 500.
Uno de sus libros favoritos es la novela 1984 de Orwell.
Le encanta leer historias de la II Guerra Mundial y delira por la música cubana. Su grupo favorito es Buena Vista Social Club.
--Esta es la única revolución en el mundo que no tiene apoyo de la juventud. Los grupos oficialistas manejaron mucho dinero aquí en la universidad y apenas sacaron 25% de los votos en las elecciones para la FCU. Esta revolución no nos garantiza ningún futuro. Nosotros no sabemos si mañana vamos a estar mejor que hoy. Hay un discurso sin fondo, sin cambios reales. Uno no se siente identificado con este proceso revolucionario.
Tampoco es que apoyamos la cuarta república. Muchos de nosotros no la vivimos, pero sabemos lo que ocurrió y hay cosas con las que estamos de acuerdo y cosas con las que estamos en desacuerdo. Yo he tenido a Chávez como presidente la mitad de mi vida.
Va por el tercer año de la carrera. Lleva un promedio de 17 puntos.
--Chávez cambió por completo la manera de hacer política en nuestro país. De eso no hay duda. Y hay una cosa que hay que reconocerle: la pobreza empezó a ser la razón principal para hacer política.
Chávez es de una personalidad autoritaria, controladora: no permite la disidencia. Y es llamativo su cambio de tono: el Presidente que vimos cuando vetó la Ley de Universidades es uno completamente distinto al que vimos antes y al que vimos solamente 16 horas después, cuando anunció que era candidato para 2012 y andaba con la espada de Bolívar diciendo: `El que quiera patria venga conmigo y el que no, váyase con la derecha y váyase con los oligarcas’.
Fue presidente de la Federación Nacional de Estudiantes de Educación Media a los 17 años de edad.
--O es un presidente muy hábil políticamente, dependiendo de las situaciones, o tiene personalidades distintas. Nosotros le hacemos un llamado: él dijo, cuando vetó la Ley de Universidades, que se quería reunir con la representación estudiantil: nosotros también queremos reunirnos con él para discutir sobre la universidad venezolana. Y no nos queremos reunir con medios de comunicación, no nos queremos reunir con cámaras. Chávez fue el que nos devolvió a nosotros el Jardín Botánico, pero ahorita es el presidente que quería acabar con la autonomía, con nuestro presupuesto, con la libertad de cátedra, con la libertad de pensamiento, el que quería imponer una idea. Ahí es donde están los choques, las contradicciones importantes con él. Nosotros no queremos seguir siendo enemigos del Estado y no queremos que el Gobierno nos vea como enemigos del Estado. Queremos ser aliados en la construcción de un futuro mejor.
Milita en Un Nuevo Tiempo. No ve en los partidos una suerte de peste.
--Messi no llegó a ser el mejor jugador del mundo en el Barcelona de la noche a la mañana. El Barsa lo captó cuando era pequeño, lo fue formando en su cantera de cuadros juveniles, le fue dando entrenamiento. Y ahorita es el mejor jugador porque son años de entrenamiento.
Ocurre igual con los partidos políticos: van trabajando con sectores estudiantiles para que se vayan formando para cuando tengan que ocupar cargos de representación en la calle. Sí estoy en contra de que los partidos hagan proselitismo político en las casas de estudio. Yo no estaría de acuerdo con que hubiera un afiche de Un Nuevo Tiempo acá adentro en un período electoral. O que haya del PSUV. O de Copei o de AD. Eso viola la autonomía universitaria. Cada vez que me han preguntado si milito en un partido político, yo digo que sí, que milito en Un Nuevo Tiempo. Y aparte, tú tampoco es que tienes que llevar como venezolano un carnet que diga: soy militante de un partido político, manténgase a 50 metros de distancia. Porque es un derecho constitucional militar en cualquier organización política.
Viste pantalón desteñido, camisa a rayas de puro algodón y mocasines de cuero sin medias. Vacante: terminó con su novia hace tres semanas.
--La universidad necesita una transformación. La ley de 1970 ya no representa a la universidad del siglo XXI. Hay estructuras anacrónicas dentro de nuestras casas de estudio, pero lo importante es que seamos nosotros, los universitarios, los que definamos cómo serán esas transformaciones.
Pensamos que deben hacerse varios cambios. Primero, el reconocimiento a la FCU y a los centros de estudiantes como órganos legales de representación estudiantil. Lo que está reconocido es el Consejo Universitario. Pero la FCU no está reconocida como una institución legal de representación estudiantil. Nosotros somos más simbólicos: tenemos un poder más político que poder legal real. Eso es lo primero.
Lo segundo: no es posible que siendo más estudiantes que profesores, en el Consejo Universitario haya cinco representantes profesorales y solamente tres estudiantiles. No es posible tampoco que el personal obrero y administrativo no participe en las elecciones para designar a las autoridades.
Hay discusiones sobre eso.
Nosotros creemos que es importante que ellos participen.
Le echan en cara que pertenece a la "derecha sionista". Un pinchazo telefónico hizo correr su voz en La Hojilla. Él se considera de centroizquierda.
--Hace falta un cambio en las pruebas internas, en los mecanismos de ingreso a la casa de estudios. Nosotros proponemos la masificación del Programa Samuel Robinson, que consiste en garantizar acceso a la universidad a aquellos que vienen de la educación media pública. Si se masifica, la idea sería tener un año cero para nivelarte académicamente y, en vez de realizar una sola prueba un día, presentes varias pruebas durante el año y después ingresas a tu carrera. El problema no es de las universidades. Las universidades no son las responsables de que la educación media venezolana esté en tan mal estado que a sus egresados se les complique el ingreso a las casas de estudio. Pero eso no significa que la universidad le tenga que dar la espalda a la educación media.
¿En qué puntos no están dispuestos a ceder los estudiantes? Diego Scharifker lo dice con todas sus letras.
--Claro y raspao: la autonomía, que abarca muchas cosas.
No vamos a negociar nuestra libertad de cátedra y nuestra libertad de pensamiento. No vamos a negociar la inviolabilidad del recinto universitario.
No vamos a negociar nuestra autonomía presupuestaria.
No vamos a permitir la violación de la autonomía en el sentido de la representación, de cómo el Gobierno quiere imponer desde afuera consejos estudiantiles. No vamos a permitir que ningún gobierno, ni de la cuarta ni de la quinta ni de la sexta, imponga un pensamiento único dentro de nuestras casas de estudio.
En el pasado entraron las tanquetas, en los últimos años han querido hacernos un cerco presupuestario y provocar un cierre técnico. El 23 de diciembre quisieron aprobar una ley que nos perseguía jurídicamente. Han intentado todo para acabar con la universidad venezolana y no lo han logrado ni lo lograrán. La UCV tiene más años que la república. Cumplió 287 años en diciembre. Hay que admitir que la universidad siempre ha sido una piedrita en el zapato para todos los gobiernos, porque la universidad siempre ha estado en contra de todos los gobiernos, pero no ha estado en contra para tumbarlos o derrocarlos, sino simplemente porque el universitario siempre quiere un futuro mejor.
Fotografía: Sandra Bracho
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