domingo, 15 de diciembre de 2019

CORRER O ENCARAMARSE

La universidad parlamentarizada
Luis Barragán

La universidad es una instancia autónoma y no se entendería que otra igual o superiormente autónoma, como la legislativa, la interfiera. Algo completamente distinto es que la una contribuya a la independencia de la otra, por mandato – faltando poco – constitucional y por exigencia misma de la vida republicana. Por ello, nuestra permanente preocupación y modestas iniciativas con la finalidad de defender toda una conquista histórica, como la autonomía universitaria.

Referido en varias ocasiones, hay o debe haber una orientación moral y conducción política indispensable de la Asamblea Nacional, como deseable dispositivo para el consenso y la transición, en el esfuerzo común por defenderlas frente a la feroz dictadura. Las universidades requieren de un adecuado instrumento legal para afrontar el reto planteado por la tristemente célebre sentencia 0324, a objeto de facilitar  la pronta  realización de sus comicios internos que, en un promisorio oleaje democratizador, permita no sólo renovar a sus autoridades, sino al liderazgo gremial que no lo ha hecho en sus distintos ámbitos ya por años.

Parlamentarizar el problema universitario consiste en auspiciar el debate nacional sobre un drama que no debemos postergar más, dándole soporte y coordinación al esfuerzo de numerosas universidades que, aisladas, no pueden – sencillamente -  defenderse. Por ejemplo, una Ley de Democratización de las Universidades, enunciada por los sectores académicos, luce de oportuna consideración, sanción y promulgación para acelerar los procesos electorales pendientes.

Procesos electorales que debe efectuarse al principiar 2020, preferiblemente el 23 de enero o, mejor, el 4 de febrero para purgar los fantasmas, mitos y artificios que la fecha representa. Por supuesto, existen sectores decididos a las elecciones de acuerdo al artículo 109 constitucional, la Ley de Universidades y el reglamento que se ha dado cada casa de estudios, siendo muy auspicioso que, al mismo tiempo, coincidan en sus jornadas comiciales todas las instituciones. Y sólo esto, le quitaría oportunidades para otros sectores minoritarios que diligencian la comparecencia cohabitadora, bajo las reglas del régimen, o, simplemente, para evadir o escurrir el bulto, escapando o creyendo escapar del desacato que levanta su sombra como una amenazada fría, inminente y  afilada.

Circunstancias recientes, como la designación de un vicerrector administrativo en La Universidad del Zulia por la usurpación, o lo que acontece todavía en la Universidad Simón Bolívar, cuyas autoridades elegidas se reducen sólo a dos (el rector que convalece y el secretario que está de permiso laboral a pesar de lo que se vive), ejemplifica muy bien que la dictadura no está jugando. Y parlamentarizar la materia universitaria, obliga a todos salir adelante con un problema que, al final, nos dio alcance.

16/12/2019:

No hay comentarios:

Publicar un comentario