El Papa Pancho
Nicomedes Febres
* Nunca he comentado negativamente la actitud del Santo Padre en relación a su posición sobre la tragedia venezolana, cuando al comienzo todos lo querían y lo llamaban con afecto el Papa Pancho y la gente estaba ilusionada con su papado y me irrita ver como es cuestionado masivamente ahora por la cristiandad opositora que es la mayoría de la gente en este país. Cuando lo nombraron Papa me alegré por dos razones, primero por ser argentino, nación por la cual siento profundo afecto y tengo infinidad de amigos allá y creía que podía ser una ayuda para el presidente Macri y un freno a esa lacra mental y moral que es el peronismo, una enfermedad espiritual peor que el chavismo si es que existe una dimensión peor que esto, y en segundo lugar por ser jesuita, que son gente que me simpatiza por ser inteligentes y la mar de disciplinados y con gran conciencia social, cuando para mí la disciplina personal que sale del alma es una de las grandes virtudes del espíritu humano, porque quien es indisciplinado no pasa de ser un indigno esclavo de sus vicios y debilidades. También la ausencia de conciencia social y de ayuda a los humildes ha sido uno de los peores pasivos personales de la cristiandad latinoamericana y allí tampoco el Papa Francisco I se ha pronunciado con énfasis. Pero ya han pasado suficientes lunas desde el ascenso al trono de San Pedro del cardenal Berdoglio y me he abstenido de hacer críticas y comentarios porque en la Iglesia como en cualquier otra institución seria, lo más importante sucede detrás de bastidores y no delante del público ignorante. Se ha dicho de todo, desde que Francisco I es comunista, para aquellos que ven comunistas hasta en la sopa, hasta que maduro y el chavismo tienen mucho dinero en las arcas vaticanas en un momento lúgubre para nuestra Iglesia por el vergonzoso asunto de la pederastia en varias partes del mundo. Creo que el Santo Padre ya debe pronunciarse sobre la represión contra los mártires venezolanos, sobre el atentado permanente contra la libertad y la democracia desde el poder írrito de maduro y la gran tragedia social, económica, democrática y humana que es el chavismo en Venezuela. Confieso que vemos solos a nuestros obispos apoyados por los fieles, los que están luchando contra el despotismo y la tragedia que es esta tiranía, porque del Vaticano lo único que uno percibe de allá es un gran silencio, un ominoso silencio y como dice el dicho popular: el que calla otorga. Así como hay tiempo de sembrar y cosechar, también hay tiempo de oír, ver y callar y hay tiempo de hablar y creo que ahora es uno de estos de hablar con reciedumbre y actuar en consecuencia como papa.
* Los papas en el último siglo se han alternado en sus virtudes, los hay grandes pastores como el Papa Leon XIII, Juan XXIII, o Juan Pablo II, quizás el más influyente del siglo, y papas que han sido grandes jefes de Estado protegiendo a nuestra Santa Madre Iglesia como Pio XII, Pablo VI o Benedicto XVI. Además todos tenemos nuestros papas favoritos y en lo personal recuerdo con especial afecto al papa Juan XXIII y la encíclica Populorum Progressio de Pablo VI.
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