sábado, 14 de diciembre de 2019

GUAIREÑIDAD

Historia de El Guaire
Nicomedes Febres

* Como médico todo me gusta medido, pesado y calibrado, y cuando vi el Sena por primera vez le menté la madre al poeta que comparó al Guaire con el Sena, porque esa vaina no se le dice ni en juego a un muchacho fantasioso, y de tonto creía antes de eso que se podía usar nuestro río como vía fluvial. No es verdad que el Guaire fuese alguna vez una vía fluvial de comunicación, salvo atravesar de una orilla a la otra o para regar los sembradíos en su ribera, incluso solo en algunas balsas ligeras los canarios acercaban sus productos hasta donde está Puente Hierro, porque había una suerte de pequeño muelle y de allí llevaban su mercancía en burro hasta la plaza mayor, o plaza Bolívar después. Pero al Guaire le tengo simpatía, pero no lo veo como un río ancestral como lo ve el chavismo para quien es tan entrañable, que hasta luces le ponen como al Ganges algunos hindúes, por aquello de ser el hogar de los ancestros. Puede que sea el mismo credo y con razón esa relación familiar. Pero El Guaire tiene muchas historias y si el Ávila representa el 95% de la iconografía caraqueña, el otro 5% se lo reparten el Guaire y el cerro de El Calvario donde hubo batallas, pero esa es otra historia. El Guaire debió ser un hermoso río que se vadeaba en verano a pie y a su vera pastaban vacas y carneros, y las lavanderas fumando sus tabaquitos Capadares con el tabaco pa’ dentro lavaban la ropa familiar y de eso hay fotos y postales de época. En la zona de Quebrada Honda, allí donde están ahora los museos estaba la poza donde se bañaban hace siglos las monjas de los conventos de Caracas de vez en cuando. Por supuesto las monjitas hacían turnos de guardias contra los fisgones. Era Quebrada Honda zona de temperar en el verano. La contaminación del río es provocado por el asentamiento de los pobres en donde está hoy El Silencio que entonces se llamaba La Otra Banda o El Cardonal y estaba separada de Caracas por la quebrada del Caroata que caía en el Guaire.

Por supuesto echaban aguas abajo los desperdicios, hasta de sus cochineras y así fue como se contaminó el río y por esas prácticas se presentaron varias epidemias de cólera y hubo una donde desapareció el Cardonal, y los caraqueños le disparaban a los habitantes de allá si osaban cruzar la quebrada hacia Caracas, y así desapareció la población al punto que en las actas del cabildo aparece que la Otra Banda era puro silencio por la muerte de los pobladores, y por eso se llamó desde entonces El Silencio, nombre que aparece por primera vez como toponimia en los mapas de la ciudad hacia 1847 o 1848. En el siglo XX el mayor incidente protagonizado por el río fue un desbordamiento en el invierno de 1949 que inundó a El Paraíso cuando algunos caballos del hipódromo se ahogaron pese a que liberaron las puertas de los establos para salvar a los animales. Pero con el chavismo el río ha tomado importancia lustral y espiritual, desde la propuesta del difunto de limpiar el río para bañarse allí, no sé si para buscar el espíritu de sus ancestros, o algo de espiritismo y también por primera vez los mineros del Guaire que se sumergen allí para buscar oro que algo sacan, también fue salvador para los jóvenes que huían de la represión en las manifestaciones de 2017, pero nada como esta oda de las luces para Navidad como homenaje al río, pero bien visto, cada quien jala la brasa para su sardina o para su familia, que también sirve. De modo que entre el Guaire y el chavismo hay una gran identidad física y espiritual. Me parece a mí.

* Por brevedad colocaremos una foto de El Guaire con lavanderas, ropa tendida y carneros pastando de comienzos del siglo XX y El Guaire, muy cuchi, homenajeado por el chavismo casi como árbol de navidad. Podría mostrar también el Guaire en el Arte desde Cabré hasta Juan Toro que fotografió las cuevas donde viven a su vera los mendigos de Caracas, que es la última.

Fuente:
https://www.facebook.com/nicfebres/posts/10220000733389418

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