¿Será necesario aclarar que puede colocarse el cursor sobre la imagen para ampliarla? Es el aviso ineludible...
1.- AHORA, Caracas, 1941: Sorprende la vieja prensa con sus recursos publicitarios. No imaginamos el costo del aviso adherido a la primera plana. Es de suponer que se hizo manualmente, aunque el ejemplar en consideración daba la impresión de una adhesión impecable y, por casualidad, repetido, nos hace también suponer de una máquinilla de pegamento. Al "Sobre de la Suerte", se suma el "Cupón Plata".
Luego, es una página de entrada al diario, sin remilgos. Así lo hemos visto en la prensa del XIX. Se dirá, "sino ay leal, no hay lopa". De modo que la novedad, quizá, es una hipótesis, estuvo en cubrir de noticias el portal del periódico, encarecida la publicidad.
2.- CARACAS ARTÍSTICA, 1906: Una muy céntrica sede en la ciudad capital. Muy movido. Habla de obsequios, aunque seguramente no se tomara el asunto al pie de la letra. El aviso da idea de una nutrida inmigración catalana en la gran aldea, la privilegiada aldea caraqueña. Faltaba demasiado agua por correr debajo de los puentes. Quizá muchos venezolanos ignoran una remota procedencia catalana.
¿Habría algún decidido adelantado del separatismo? Lo cierto es que "Caracas Artística", fue - nada más y nada menos - que un semanario taurino, cuyo director respondió al nombre de Luis Matela. No recordamos haber visto un ehemplar en la biblioteca de Pedro Grases, en la UNIMET, aunque es de presumir que los viejos ejemplares todavía se ofrecían en la ciudad de mediados del XX.
Fabres nos comenta lo siguiente, al pie de la nota sobre el Club Catalán en Caracas en Retrospectiva I: "Nicomedes Febres Luces Estimado Luis, era un hotel de mala muerte de tres pisos a donde llegaban los toreros menores y los cantantes menores de las compañías de ópera y zarzuela que venían a Caracas y quedaba entre Torre y Veroes. Tenía tres pisos y se usaba como hotel de raticos y el segundo piso fue descrita como la Universidad de los Vicios por Guillermo J. Schael pues allí quedaba uno de los mayores garitos de la ciudad. Nos vemos antes de navidad".
Fuente:
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10217567979085901&set=oa.10151736546552039&type=3&theater
Cfr.
http://lbarragan.blogspot.com/2020/01/notas-de-nicomedes.html
3.- EL UNIVERSAL, Caracas, 1928: Por entonces, envidiablemente ubicada la casa. Diez piezas "entabladas", con abundante agua, con dos patios, parecía suficiente para una pensión estable. Por lo demás, la panadería de la no menos céntrica Gradillas, completaba las señas del inmueble. ¿Qué quedará ahí en los días que corren?
Para quienes debían comercialmente dilgenciar a Caracas, aparte del estudiantado que fue muy poco, proveniente del interior, dispusieron seguramente de una generosa oferta de pensiones y hoteles. No cuesta mucho imaginarlo, añadidos los altos precios en canto se acercaba al cuadrilátero de los poderes ministerios, juzgados, sedes empresariale, etc.
No conocemos estudio alguno del tráfico inmobiliario de la ciudad de entonces. No sería fácil vender o alquilar las viejas casas del centro que, a la postre, deteriorándose,quedaban para el hospedaje provisional. Sostenerlas, sería también difícil. Y, aunque no lo precise en cifras, la literatura dará noticias ciertas de esas vivencias "inmobiliarias" de la urbe en ciernes.
4.- LA REVOLUCIÓN, Caracas, 1900: La primera constatación, luce obvia: supimos tempranamente de las pastas italianas. Quizá muy modestas, las fábrics sucumbieron por el oleaje importador de la Venezuela petrolera. La sola existencia de las fábricas, hablan de un consumo cotidiano mínimo. Lo asombroso es que, muy avazado el siglo, la prensa no supiese cómo escribir o deletrear algunos nombres, en relación al espaguetti, por ejemplo (puede verse: https://webs.ucm.es/info/especulo/numero29/notigast.html). Queda la curiosidad que José Rafael Lovera, por citar otro ejemplo, seguramente ha despejado en sus trabajos sobre la historia de la alimentación.
Una segunda, redes mediante, saber de velas "esteáricas". Un ácido que se mezcla con la parafina y, endureciéndolas, hace más duradera las velas. Luego, las habría, en la ciudad desalumbrada, de muy corta duración. El viejo teléfono (nr. 42), ofrece el indicio de un negocio estable o duradero.
5.- RECORTES, San Felipe, 1909: Aunque, si de tráfico inmobiliario hablamos, la oferta de la capital yaracuyana revela un importante ritmo de actividades. "Sita" en el "Barrio de los Bravos", todavía ocupada por Cincinato Cordido, parece atractiva para un local comercial o una posada. Al hacer uso de un apoderado general, Antonio Rivero tuvo quizá varias propiedades. Si una venta o alquiler era difícil en Caracas, según presumimos, más aún lo sería en el interior de la República.
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