lunes, 22 de febrero de 2016

A PROPÓSITO DE UN TWEED YA RESPONDIDO

El Esequibo no es prioritario
Luis Barragán


Estamos acogotados de problemas, porque – el colmo – al alza del precio de la gasolina y sus ya impredecibles consecuencias, se suma el desabastecimiento de alimentos, medicinas, agua, luz, electricidad, e impide que nos dediquemos a otros asuntos como eso que llaman el Esequibo y de esos que ya ni sabemos si son venezolanos o guyaneses.

El territorio en reclamación es cosa de historiadores ociosos que gozan de los favores de seguros bachaqueros que, así, los autorizan para trotar y deleitarse con viejos argumentos. En fin, intelectuales y activistas desocupados que aspiran a imponernos una agenda de prioridades, cuando la principal es – simplemente – sobrevivir. Y, además, total, desde hace más de cien años que perdimos un juicio arbitral y, a duras penas, podemos habitar el casi millón de kilómetros cuadrados que nos sirve de hogar (debidamente enrejada la casa).

A propósito de cumplirse – recientemente – medio siglo de la suscripción del Acuerdo de Ginebra, los párrafos anteriores ejemplifican los supuestos argumentos para referirse a la histórica reclamación esequibana también escuchados. Muy bien, de los indiferentes y hasta rechazantes del tema, puede aseverarse que, de ser consultados por algún encuestólogo en 1811, hubiesen asegurado que 300 años bastan para continuar siendo colonia.

El problema está en que, a la inmediata escasez de los insumos básicos, podemos legitimar – a mediano y largo plazo – la del propio territorio, como ocurrió algo semejante en la Venezuela del siglo XIX que, colmados de guerras y escaramuzas civiles, poco importaba que nos quitaran espacio  y riquezas, ocupados por salvar el pellejo. Nuestro drama, repetido drama, es que, golpeado un elemento existencial del Estado, como es la población, ésta se verá sin territorio, el otro elemento existencial, o quedará reducida al hogar o la casa  que el régimen nos deje, por cierto, mil veces hipotecada – como si faltase poco – con China, entre otros países.

Nadie niega la prioridad de la inmediata supervivencia, cuya solución principal está en el cambio de régimen, pero deben aceptarse otras prioridades (las urgencias admiten el plural). E, igual, nadie trae a la mesa problemas que no nos afecten en lo inmediato: a sabiendas de nuestras vulnerabilidades, Guyana presiona, como no lo hace Colombia con la delimitación del golfo, por ahora, por lo que se puede atender – mascando chicle y caminando a la vez – el asunto esequibano al mismo tiempo que el asunto de la supervivencia de cada día.

22/02/2016

Breve nota LB: El artículo tuvo por orígen un desventurado Tweed. El  autor- bajo pseudónimo de protección - tuvouna ocurrencia que también puede decirse lógica y hasta legítima, porque el debate ha de ser libre y, si no, es un simulacro de debate. Mas, no respondió a nuestro mensaje. Empero, como lo suponíamos (y, en realidad, fue la trampa), resultó peor la mensajería de Noticiero Digital, incluyendo el craso error ortográfico.

Es obvio que el o la autora del segundo mensaje, por breve que fuese, no leyó el artículo y se despachó una interpretación rápida, portátil y grandilocuente. Entonces, si un breve texto no le resultó atractivo, por mucho que molestara su patriótica sensibilidad, ¿cómo imponerse de una complejada reclamación histórica? Cosas veredes, querido Sancho.

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