El gobierno está electrocutando
lo poco que nos queda de calidad de vida a los venezolanos
“En nada debe sorprendernos la
medida gubernamental que electrocuta lo poco que queda de calidad de vida en
nuestro país, orientada a implantar una situación semejante a la que padece y
angustia al pueblo cubano, cuya dictadura es la panacea del gobierno
venezolano”, señaló el diputado Luis Barragán, coordinador de la Fracción
Parlamentaria de Vente Venezuela sobre la decisión que afectan a los centros
comerciales en materia eléctrica.
“La orden de instalar las plantas
eléctricas en los espacios comerciales que precisamente frecuentamos por
ofrecer el poco respiro que tenemos en materia de seguridad personal, consumo y
recreación, nos permite sospechar que otros servicios privados tildados de
‘grandes usuarios’ sufrirán una medida semejante, acaso las clínicas ya
desbordadas y las instalaciones deportivas. Completamente estatizada, la
empresa eléctrica no puede cubrir la demanda del sector privado, como ocurre
con el propio sector público que ha hecho de la oscuridad un peligroso hábito
en todas las avenidas, calles y callejuelas, con las consecuencias del caso”.
Prosiguió el parlamentario
por el estado Aragua: “El colapso de la
industria eléctrica que anticipada y sostenidamente ha denunciado Vente
Venezuela a través de María Corina Machado, busca remediarse por el camino de
una autarquía imposible. El consumo
deficitario de la energía, festejado como un logro por el gobierno, oculta un
injusto subsidio a la ineficiencia e irresponsabilidad en un país que llegó a
exportar electricidad décadas atrás y que, por cierto, premió al ex – ministro
Jesse Chacón, cuya interpelación parlamentaria fue siempre rechazada,
encubriéndolo, con la incómoda y
sacrificada embajada de Viena”.
Finalmente acotó: “La medida
levanta suspicacia en medio del afán desindustrializador del régimen, porque el
suministro de electricidad dependerá de la habilidad importadora de las
plantas, añadida la ventajosa adquisición de las divisas para distribuirlas y
mantenerlas, incentivando una mera y alterna actividad comercial bajo el empuje
de las nuevas roscas eléctricas. Todo esto, mientras que el gobierno
definitivamente liquide a los centros comerciales que ahora deberán lidiar con
una maquinaria que, yendo más allá de toda circunstancial emergencia, encarece
los costos y genera desempleo. Hablamos de una suerte de buhonería eléctrica,
donde tuvimos también una capaz industria privada dispuesta a invertir y
arriesgarse, que tiende a relevar de responsabilidades a la industria pública
que cada vez menos puede suministrar y garantizar directamente el servicio”.
11/02/2016
http://www.iberoamerica.net/venezuela/prensa-generalista/lapatilla.com/20160211/noticia.html?id=Am4h4xW
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