De un amargo legado
Luis Barragán
El 7 de septiembre de 1958, el país amaneció con una sangrienta intentona de golpe de Estado que, al parecer, se veía venir, como prolongación de la tentativa del 22 de julio que involucró nada más y nada menos que al ministro de Defensa de la Provisionalidad. Los mayores Juan de Dios Moncada Vidal (JDMV) y José Elí Mendoza, motorizaron las acciones que comenzó con la toma de la Escuela de la Policía Municipal de El Junquito, a la vez que lo hicieron efectivamente con la emisora Radio Rumbos, sublevando al destacamento de la Policía Militar cercano a los palacios de Miraflores y Blanco, obligado Wolfgang Larrazábal a regresar prontamente de la ciudad de Barcelona.
Dudosa la ocupación de la sede ministerial de La Planicie, todas las fuerzas políticas del país y, particularmente, de la ciudad capital se movilizaron hacia el epicentro de los acontecimientos. La prensa de entonces, ofrece una magnífica reseña de una jornada que culminó con un extraordinario acto de masas en El Silencio, finalizada la tarde, con un saldo lamentable de más de veinte muertos y 200 heridos, acelerando el acuerdo de Punto Fijo del 31 de octubre y asegurando los comicios generales del 7 de diciembre.
Un acontecimiento que, luego, disparó la polémica por el resultado del proceso judicial que ocasionó, dejó plasmada una observación – digamos – técnica de Carlos Ramírez Faría. Éste manifestó: “Ha sido norma operativa de todas las conspiraciones en Venezuela formar la mayor alharaca posible. En el caso del 7 de septiembre, fue perniciosa para los conspiradores”, aludiendo a la estridente campaña radial de los complotados que sensibilizó y alertó a todos los sectores del país ("La democracia petrolera”, El Cid Editor, Buenos Aires, 1978: 283).
Sesenta años después, importa recordar tan importante evento que, por cierto, aludido en nuestro blog personal, generó un comentario que no tardó en relacionar la conducta de Samuel Moncada, con la de JDMV (https://lbarragan.blogspot.com/2014/09/incredulidad.html?showComment=1535850309622#c402132166580625945). Nota bloguera que originó la invitación para participar en un video alusivo y también curioso sobre el oficial insurrecto que suponíamos completamente olvidado (https://www.youtube.com/watch?v=-avAsR6bS-Q). No obstante, nos valemos de la ocasión para adelantar dos hipótesis pendientes para un futuro texto.
Respecto a una ilusión histórica, por una parte, en la proximidad de celebrarse el primer aniversario de la intentona, el órgano de prensa del Partido Comunista, condenando la aventura criminal de JDMV, aseguró respecto al de 1958 que “la historia de la Venezuela Socialista al analizar este período pre-revolucionario [ y lo] exaltará”, por sus triunfos populares e inusitado auge de masas (Tribuna Popular, Caracas: 04/09/1959). Huelga comentar que el régimen actual, circunscrito al mito del 4-F, poco o nada le importa, subestimándola, aquélla etapa, cuyo recuerdo es, a lo sumo, quirúrgico, en el caso de JDMV, necesitada toda revolución o pretendida revolución de héroes; por lo demás, demostrado por Migdalia Lezama al abordar la enseñanza de la historia de cara a la transformación curricular entre 2007 y 2017, inserto en una valiosa compilación de trabajos (“Entre el ardid y la epopeya”, Negro Sobre Blanco, Caracas, 2018: 81-120).
Convertido, luego, JDMV en segundo comandante de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), siendo obvio el dramático contraste ideológico para despecho de quienes lo habían condenado anteriormente, por otra parte, nos conduce a un posible desarrollo de la actividad conspirativa como oficio, por entonces. Versamos sobre el arrojo y las destrezas adquiridas, en una época de abierta violencia política, reducidas a un obcecado antibetancurismo.
En todo caso, constatamos, el renacimiento de la era democrática no fue todo lo fácil que, muy después, se supuso en los esplendores petroleros que aligeraron cada vez más la voluntad de preservarla y de perfeccionarla. Y, acotemos, en una rápida minería de datos, JDMV queda relegado a su vinculación con las guerrillas u otros referentes, como Fabricio Ojeda, perdido un específico perfil que rompa o pretenda romper con el amargo legado que dejó por 1958.
Reproducción: Tribuna Popular, Caracas, 04/09/1959.
03/09/2018:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/33406-barragan-l
Cfr.
Reseña: http://circulobolivarianofabriciojeda.blogspot.com/2009/06/el-comandante-moncada-vidal-se-amotina.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario