¿Viste el bisté?
Nicomedes Febres
* Razón tenía maduro de ir a comer carne en Turquía porque allá no le ponen los ganchos y con los nuevos precios del gobierno aquí no se consigue carne. Si la consigues es además de cara, mala, te la pesan con el poco de pellejos y el carnicero con una sonrisota, como si fuera inocente, te dice: hermano, si quieres te la limpio, solo para ganarse una jugosa propina y uno de pendejo le dice que sí. Aquella limpiada se lleva medio kilo de cada kilo que tenía el lomito, el solomo o la chocozuela. Si eres una mujer de buen ver te dice: mamíta, de paso déjame el número de tu celular para ver si te consigo la morcilla después. De modo que al llegar allá maduro decidió ir a comer un buen pedazo de carne a la parrilla. Y qué bisté. A 200 dólares el plato de cada comensal y esa comitiva comió carne completo y era una chorrera de gente. Si yo hubiese ido en sus condiciones también haría lo mismo, ese pedazote de carne con su chinchurria, digo, la del plato, además con chorizo, morcilla, chuleta de cochino, una tronco de ensalada, que por ser en Turquía no debió llevar ni palmito ni aguacate, pero por lo menos una como la kojak del Aranjuez en Las Mercedes. Caros que están esos carajos. Y qué les parece después una tremenda panqueca flambeada de dulce de leche o de cambur pisado y azucarado. Eso no tiene precio, para todo lo demás su tarjeta de crédito, la de ustedes, no la de él, porque la cuenta de ese gentío la pagamos todos nosotros. La verdad es que el bisté de maduro me recordó la Gran Venezuela de antes porque ahora, la nueva gran Venezuela es solo para los enchufados. Pero si, me recordó los tiempos de CAP 1, y quizás hasta de CAP 2, que si hubiese seguido gobernando sería nuestro país un paraíso, pero el hombre creía que porque Kissinger o Gianni Agnelli le contestaban el teléfono ahora él era también miembro del Jet Set como las Kardashian. Que bolas. Por eso no me gustan los presidentes sin estudios ni los culos abrillantados. Se le olvidó a CAP sobarle el ego a los pata en el suelo y por eso nos jodimos todos. Es que estos tipos ricos no tienen amigos sino intereses. Pero volvamos a la gastronomía. Lo que no sé es si en Turquía, que ahora la domina el musulmán radical de Erdogan en los restaurantes beben el exquisito néctar de los dioses de Escocia, porque esos tipos tienen el mal hábito de ser abstemios y uno con los abstemios debe estar preparado para esperar cualquier cosa rara. Lo que si no me parece de gente seria es el swing del cocinero con eso de bailar “despacito, despacito” mientras corta la carne. Claro, uno no se pone a discutir desarmado con un hombre con tremendo cuchillo en la mano y extasiado mientras menea el rabo bailando despacito. No, eso no es de hombre serio. Mientras veía el vídeo del hombre moviéndose con su swing como la Tongolele me acordé del general Gómez. Ese si es verdad que no andaba con pendejadas ni sifrinerías, ni creía en bultos que se menean. Lo de él era la pisca andina, su arepa de trigo, el picante de leche, unas almojábanas, carato de arroz tostado, queso ahumado del páramo, tinto con papelón todos los días y a puyón clavao. No andaba oliéndole el rabo a los caraqueños ni a los valencianos. No señor, y como le parece al amigo, vea pues. Porque eso de bailar salsa rucaneada o bailar el trencito, burlarse de la gente, matar al pueblo de hambre, como lo hace maduro no, eso no es de gente seria, no señor.
* En la foto la Tongolele hacia 1950. Esas si eran unos hembrones cuando no había cirugía plástica. Dígame ahora, cuando hasta le inflan las nalgas a las mujeres. Sí señor, anjá.
Fuente:
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10216310237289322&set=a.2324650196458&type=3&theater
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