De las ruinas de la ciudad
Luis Barragán
A propósito de la denuncia que
formulamos sobre el quiste de cemento que ideó y colocó el alcalde caraqueño
Jorge Rodríguez en el Palacio Municipal, vista al cumplimentar nuestras labores
parlamentarias, fuimos generosamente consultados por la periodista Emily
Avendaño para un reportaje en ciernes. Empero, persistió la preocupación sobre
aquellos inmuebles citadinos que, faltándoles poco o mucho para una semejante
prestancia histórica, están molidos – todos estos años – por una ruindad
acentuada luego de aquella infausta gesta gubernamental de la arrogancia,
sintetizada con una expresión inolvidable: “!Exprópiese!”.
Apenas, valgan los ejemplos de
sendos complejos financieros y comerciales como la Torre de David que,
convertida en una ciudadela del deterioro, permitiendo su prolongado
desarrollo, forzó una urgida como inevitable desocupación ya
extenuadas las voces de la advertencia; el Sambill de La Candelaria, inmensa y atravesada piedra en una densa zona
que la estridente medida les evitó responder en torno a los funcionarios que
autorizaron su construcción; o La Francia, edificio de tradición que resumió la
absurda afectación por el Estado de una propiedad que ya le pertenecía,
aparentemente en manos de la Universidad de Oriente (UDO), aunque seguro en las
del ministerio de Educación. El terceto tiene por común característica la
precariedad y el abandono que, frecuentemente, sirve de escenario al hampa.
Ruinas también precoces de la
ciudad, como pueden constatarse en otras, derivadas de una improvisada, impulsiva y bulliciosa
expropiación, pues, nunca supo el gobierno qué hacer con tales complejos, por
reciente que fuese su construcción y, ya tarde, costosa e impensable su demolición, como en el caso de El Sambil.
Excepto que la remodelación, mas no la restauración, abriera las puertas de un
jugoso y muy competido negocio de las sombras, porque generalmente media una
considerable distancia entre el decreto – si lo hay – y la efectiva
recuperación de los espacios, como tuvimos ocasión de denunciar en la Asamblea
Nacional (https://www.youtube.com/watch?v=sy6heKJrJvQ).
Por estos días, cercado el lugar,
la Plaza Miranda conoce de los trabajos que adelanta la alcaldía menor para su
recuperación (http://www.caracas.gob.ve/alcaldiaDeCCS/submit-an-article/blog/updates/jorge-rodriguez-inspecciono-trabajos-en-plaza-miranda),
la que inmediatamente inculpó a la llamada Cuarta República de sus desgracias
(http://www.correodelorinoco.gob.ve/caracas/mas-1000-m%C2%B2-areas-verdes-incorporaran-a-plaza-miranda-tras-recuperacion-sus-espacios/),
como si Rodríguez recientemente hubiese ocupado el cargo y, antes que él,
Freddy Bernal nunca existió. Es muy escasa la información brindada sobre los
fines y procedimientos empleados, ya que no consta todavía opinión púbica y
especializada alguna en torno a la salvaguarda de los espacios, susceptibles de
la injusta partidización que, además de convocar las sombrías sospechas del
caso, diluye rápido la probable e inicial buena intención que se tuvo. No
obstante, nos permitimos una rápida observación.
En los últimos tiempos, el citado
lugar ha sido objeto de trabajos parciales de remodelación que resultaron
inútiles, delatando la poca nobleza de los materiales utilizados y reiterando
la peligrosidad de una zona literalmente de angustioso e inexorable tránsito
que cuenta con añejos antecedentes. Ojalá que hubiere una completa, eficaz y
sustentable recuperación de la Plaza Miranda, limpia y transparente, pero ella
también exhibe una huella que ha persistido en el tiempo: a juzgar por una vieja
crónica de Guillermo Meneses (El Nacional, Caracas, 07/12/1944), nunca se
desprendió del espíritu que legó la ominosa barriada de El Silencio,
reurbanizada por Isaías Medina Angarita de la mano de Carlos Raúl Villanueva.
Agreguemos, una impronta que puede agravar Rodríguez más allá de sus afanes
publicitarios, futuro testador – porque algún día dejará el cargo – de una
ciudad arruinada.
Fotografía: LB, 2016 (antes de que tapasen las cercas).
Nota complementaria: http://lbarragan.blogspot.com/2016/07/nota-complementaria.html
Nota complementaria: http://lbarragan.blogspot.com/2016/07/nota-complementaria.html
04/07/2016
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