Domingo 24 de julio de 2016
José Martínez De Toda, S.J.
“Señor,
enséñanos a orar” (Lc 11, 1 – 13)
Moderador/a: Buenos días. Estamos aquí en el Estudio… (Se
presentan los participantes).
El Evangelio del domingo de hoy
nos dice que para rezar debemos romper todas los esquemas tradicionales.
Escuchémoslo.
Lectura
del santo evangelio según San Lucas (Lc 11, 1 – 13)
NARRADOR/A – Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar,
cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
DISCÍPULO
– Señor, enséñanos a orar, como
Juan enseñó a sus discípulos.
NARRADOR/A
– Él les dijo:
JESÚS – Cuando oren, digan: "Padre, santificado sea
tu nombre, venga tu reino,
danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación".
danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación".
NARRADOR/A
– Y les dijo:
JESÚS – Si alguno de ustedes tiene un amigo y viene
durante la media noche para decirle: "Amigo, préstame tres panes, pues uno
de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle". Y, desde
dentro, el otro le responde: "No me molestes; la puerta está cerrada; mis
niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos."
Si el otro insiste llamando, yo
os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la
importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
Pues así les digo yo a ustedes:
Pidan y se les dará, busquen y hallarán, llamen y se les abrirá; porque quien
pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué padre de
ustedes, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez,
le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si
ustedes, pues, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más
su Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?
Pregunta
1 – Los Apóstoles veían que la oración de Jesús era distinta de la de los demás
judíos. ¿En qué estaba la diferencia?
Los judíos veían a Dios como un
rey lejano, a quien había que rendirle homenaje como rey. Con los reyes había
que cumplir con un ceremonial, pues representaban el poder y la autoridad. Por
eso en las oraciones judías se usaban fórmulas fijas, solemnes, establecidas
por antiguas tradiciones. Además para orar debían subir al Templo de Jerusalén.
El nombre hebreo para Dios es
Yahweh (YHWH). Pero, para no tener el peligro de profanar su nombre, utilizan
la palabra adoni, que significa “mi Señor”.
Pero la oración de Jesús se
apartó de las costumbres religiosas de su pueblo y de su tiempo.
1. La oración de Jesús fue personal,
confiada, constante. Hablaba con Dios, al margen de las leyes litúrgicas.
Estuvo 40 días en el desierto orando. En la noche se iba a un lugar retirado, y
oraba. Antes de tomar una decisión importante, oraba más; por ejemplo, antes de
elegir a los Apóstoles (6,12), antes de preguntar a los discípulos quién es Él
(9,18), en el monte Tabor (9,28), en Getsemaní…
2. Jesús rezaba por otros
(Lucas 22, 31-32; Juan 14, 15-16). En Israel no era frecuente esto. Rezar por
otros era propio de profetas, que sentían la responsabilidad y la preocupación
por los problemas de su pueblo.
3. Jesús recomienda la oración
comunitaria, pues allá está Él más presente.
Tanto les llamó la atención a los
discípulos cómo oraba Jesús, que un día le pidieron: “Enséñanos a orar”. Y les
enseñó el Padre Nuestro.
Pregunta
2 – ¿Qué es lo más importante en el Padre nuestro?
La oración para Jesús es un
asunto entre padre e hijo pequeño, donde hay familiaridad, amor, ternura e
intimidad.
Y así, Jesús llama a Dios “Abba”
(Mc 14, 35-36; Romanos 8, 14-15; y Gálatas 4, 6), que significa ‘papá,
papaíto’, y enseñó a sus amigos a invocar a Dios con esta palabra tan
familiar. “Abba” e “imma” (papá, mamá) son los primeros balbuceos en arameo de
los niños.
Para los contemporáneos de Jesús
era inconcebible e irrespetuoso dirigirse a Dios con la espontaneidad de padre-hijo
pequeño.
Pero, además, el llamar a Dios
‘Padre’ significa que somos hermanos, que nos convertimos en una familia.
Pregunta
3 – ¿Cuál es la estructura del Padre Nuestro?
El Padre Nuestro es un camino,
que empeña toda la vida del cristiano. Aquí Jesús sintetiza el proyecto de su
vida y el de su discípulo. El Padre Nuestro resume todo el evangelio: el amor a
Dios y a los hermanos. Y así, es un proyecto que gira en torno a dos realidades
o polos: Dios y el prójimo.
Las siete peticiones de la
versión de Mateo (Mateo 6:9-13) tiene se dividen así:
Las tres primeras tienen que ver
con Dios: ‘Santificado sea tu nombre’, ‘Venga a nosotros tu Reino’,
‘Hágase tu voluntad’.
Las cuatro últimas peticiones
tienen que ver con cubrir las necesidades de todos - el prójimo -, no
sólo las mías. Por eso se expresan en plural (“danos – perdónanos – no nos
dejes caer en tentación – líbranos del mal”). Esto enfatiza la comunidad de
fe a la que pertenecemos, en vez de quedarnos en nuestras propias
necesidades independientes.
Pregunta
4 – ¿Cómo debe ser la oración?
Estos son los requisitos de la
buena oración:
1. Fe en su amistad: “Tu fe te ha
salvado” (A Bartimeo). Parábolas del amigo en viaje, y del hijo que le pide a
su papá.
2. Perseverancia: Parábola de la
viuda y el juez.
3. Humildad: Parábola del Fariseo
y el publicano. La Cananea.
4. Se requiere orar con el
corazón, no sólo con la boca. Te cuento esta historia:
Te cuento la historia del músico
en el cielo:
Y vio una iglesia donde se
celebraba la misa del domingo. El organista tocaba entusiasmado y sus dedos se
movían con gran agilidad y las teclas subían y bajaban, pero en el cielo, no se
oía ningún sonido. Veía el grupo de cantores, bocas abiertas, pronunciando
todas las palabras, pero no podía oír ningún sonido. Veía al sacerdote y a los
fieles que se levantaban y se sentaban y abrían sus bocas para recitar las
oraciones, pero no oía ningún sonido. Asombrado, le preguntó a Jesús por qué no
se oía nada. Jesús le contestó:
- "Si no oran y cantan con
sus corazones, aquí ni nos enteramos".> (Félix Jiménez, escolapio).
5. Paciencia. “El tiempo es de
Dios”. “Hágase, Señor, tu voluntad”.
Jesús nos pone dos ejemplos. El
primero es “El amigo inoportuno”:
<“Un amigo viene durante la
media noche, y te grita: "Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis
amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle".Y, desde dentro,
tú le respondes: "No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo
estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos."
Si el otro insiste llamando, yo
te digo que, si no se levanta y se lo da por ser amigo suyo, al menos por la
importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
Pues así les digo yo a ustedes:
Pidan y se les dará, busquen y hallarán, llamen y se les abrirá; porque quien
pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre.”>
El segundo ejemplo de Jesús es
“El padre de las cosas buenas”:
<¿Qué padre de ustedes, cuando
el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una
serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si ustedes, pues, que
son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre celestial
dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?>
El escorpión, al enrollarse, se
parece a un huevo.
Y el don del Espíritu Santo nos
hace hijos adoptivos de Dios y nos enseña a gritar a Dios: ¡Abba, Papá! (cf. Rm
8,14-17).
Despedida
Les invitamos a la Misa, a la
Eucaristía, sacramento del amor. Ahí nos reunimos con nuestros hermanos, todos
hijos adoptivos de Dios, y le rezamos el Padre Nuestro, la oración de la
fraternidad.
Fuente:http://www.jesuitas.org.co/homilia.html?homilia_id=1659
Ilustración: Pablo Jansana.
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