domingo, 17 de abril de 2016

SE VE CADA COSA



Del ocurrente perezjimenismo de Nicolás

Luis Barragán

Las memorias y cuentas ministeriales pasan por debajo de la mesa, priorizando la sobreviviente opinión pública  otras y más urgentes materias, pues, respecto a aquéllas, las sabe una estafa en un país en el que padecemos una evidente crisis humanitaria.  Por lo menos, las remotas dictaduras guardaban las formas, como – tampoco – se le ocurre hacerlo la actual.

En días pasados, Maduro Moros se refirió a Pérez Jiménez y, más que una mención de ocasión, apenas despuntó la crasa y desinhibida ignorancia que lo caracteriza. Empero, activista y agitador antes que líder político, valga la presunción, está debidamente autorizado por la vieja literatura de inspiración leninista que le concede una cierta prestancia moral a la mentira (1).

A modo de ilustración, tenemos a la mano un ejemplar del “Mensaje presentado por el coronel Marcos Pérez Jiménez, Presidente de la República, al Congreso Nacional en sus sesiones ordinarias de 1954” (Imprenta Nacional, Caracas, 25/04/54). Un texto tan expedito, de una economía y sobriedad del lenguaje capaz de intimidar a los hoy gobernantes, comienza concatenándose con los discursos pronunciados en oportunidades anteriores para señalar las varias facetas de la gestión, por cierto, indicando tres agrupaciones de organismos públicos que atienden los problemas (alta política, producción y servicios).

E, independientemente de las consideraciones de fondo que pueda suscitar el mensaje (2), el contraste es dramático: lo lenguaraz de Maduro cruza las fronteras de la perenne temeridad rayando en la ridiculez, con intervenciones públicas de más de cinco horas en las que recicla las anécdotas; las contradicciones, incoherencias e inconsistencias del discurso, llevan la impronta del agitador supuesta e ideológicamente legitimado que nos arrastra a todos al precipicio de las realidades; ha auspiciado e implementado un complejo de instancias vicepresidenciales que, además de excusarlo para presidir el Consejo de Ministros, merecedor de una nota aparte, duplica innecesaria e inútilmente competencias y funciones que redundan en la ineficacia. Por ello, aún deseando la impunidad de sus comentarios, en sí mismo Maduro Moros es una curiosidad de la historia venezolana.

Finalmente, hagamos mención del Consejo de Ministros, pues, impedida la prensa de una libre indagación y comprobado por las incontables improvisaciones de sus integrantes, más la demora y los equívocos en las publicaciones de la Gaceta Oficial, dudamos de sus regulares, ordenadas, deliberantes y votadas sesiones. Seguro reflejo de la personalidad del conductor, ha de configurar una instancia para todas las complicaciones también administrativas, quedando las orientaciones políticas para otros canales alternativos de comunicación.

(1) Por ejemplo, el germano-oriental Georg Klaus escribía por 1971: “… A un agitador socialista que formula una afirmación falsa no se le puede llamar mentiroso. A la mentira no se le puede contraponer la verdad, sino la veracidad;  se trata de una mentira cuando el declarante está convencido de la falsedad de su afirmación; en cambio, hay veracidad cuando el que la formula está convencido de que su afirmación era verdadera”  (“El lenguaje de los políticos”, Editorial Anagrama, Barcelona, 1979: 257 s.).
(2) Deliberadamente, a guisa de ilustración, citamos una clase dictada por Domingo Alberto Rangel (UCV, 12/04/1962), en la que, siempre confiado en las cifras del Banco Central, como en el presente le alarmaría la retrasada publicación y sospecharía de sus resultados, habla del consumo alimenticio entre 1949 y 1958 (“Historia económica de Venezuela”, Pensamiento Vivo, Caracas, 1962). Obra e, incluso, autor por entonces parlamentario, docente universitario y propulsor de la subversión marxista, francamente desconocido por los actuales asesores de Maduro Moros, coloca un importante acento en un renglón en el que éste, igualmente beneficiario de los más altos ingresos petroleros obtenidos  por Venezuela en toda su historia, exhibe un desempeño incomparablemente inferior al de todos los regímenes precedentes, por lo menos, los del siglo XX. 
 
18/04/2016
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/26051--del-ocurrente-perezjimenismo-de-nicolas
Brevísima nota LB: El Tweed ejemplifica que todavía hay dolientes del perezjimenismo, como los hubo de Gomez, crespistas connotados y hasta carujistas de ocasión. 

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