Del ocurrente perezjimenismo de Nicolás
Luis Barragán
Las memorias y cuentas ministeriales pasan por debajo de la
mesa, priorizando la sobreviviente opinión pública otras y más urgentes materias, pues, respecto
a aquéllas, las sabe una estafa en un país en el que padecemos una evidente
crisis humanitaria. Por lo menos, las
remotas dictaduras guardaban las formas, como – tampoco – se le ocurre hacerlo
la actual.
En días pasados, Maduro Moros se refirió a Pérez Jiménez y,
más que una mención de ocasión, apenas despuntó la crasa y desinhibida ignorancia
que lo caracteriza. Empero, activista y agitador antes que líder político,
valga la presunción, está debidamente autorizado por la vieja literatura de
inspiración leninista que le concede una cierta prestancia moral a la mentira
(1).
A modo de ilustración, tenemos a la mano un ejemplar del
“Mensaje presentado por el coronel Marcos Pérez Jiménez, Presidente de la
República, al Congreso Nacional en sus sesiones ordinarias de 1954” (Imprenta
Nacional, Caracas, 25/04/54). Un texto tan expedito, de una economía y
sobriedad del lenguaje capaz de intimidar a los hoy gobernantes, comienza
concatenándose con los discursos pronunciados en oportunidades anteriores para
señalar las varias facetas de la gestión, por cierto, indicando tres
agrupaciones de organismos públicos que atienden los problemas (alta política,
producción y servicios).
E, independientemente de las consideraciones de fondo que
pueda suscitar el mensaje (2), el contraste es dramático: lo lenguaraz de
Maduro cruza las fronteras de la perenne temeridad rayando en la ridiculez, con
intervenciones públicas de más de cinco horas en las que recicla las anécdotas;
las contradicciones, incoherencias e inconsistencias del discurso, llevan la
impronta del agitador supuesta e ideológicamente legitimado que nos arrastra a
todos al precipicio de las realidades; ha auspiciado e implementado un complejo
de instancias vicepresidenciales que, además de excusarlo para presidir el
Consejo de Ministros, merecedor de una nota aparte, duplica innecesaria e
inútilmente competencias y funciones que redundan en la ineficacia. Por ello,
aún deseando la impunidad de sus comentarios, en sí mismo Maduro Moros es una
curiosidad de la historia venezolana.
Finalmente, hagamos mención del Consejo de Ministros, pues, impedida la prensa de una libre indagación y comprobado por las incontables improvisaciones de sus integrantes, más la demora y los equívocos en las publicaciones de la Gaceta Oficial, dudamos de sus regulares, ordenadas, deliberantes y votadas sesiones. Seguro reflejo de la personalidad del conductor, ha de configurar una instancia para todas las complicaciones también administrativas, quedando las orientaciones políticas para otros canales alternativos de comunicación.
Finalmente, hagamos mención del Consejo de Ministros, pues, impedida la prensa de una libre indagación y comprobado por las incontables improvisaciones de sus integrantes, más la demora y los equívocos en las publicaciones de la Gaceta Oficial, dudamos de sus regulares, ordenadas, deliberantes y votadas sesiones. Seguro reflejo de la personalidad del conductor, ha de configurar una instancia para todas las complicaciones también administrativas, quedando las orientaciones políticas para otros canales alternativos de comunicación.
(1) Por
ejemplo, el germano-oriental Georg Klaus escribía por 1971: “… A un agitador
socialista que formula una afirmación falsa no se le puede llamar mentiroso. A
la mentira no se le puede contraponer la verdad, sino la veracidad; se trata de una mentira cuando el declarante
está convencido de la falsedad de su afirmación; en cambio, hay veracidad
cuando el que la formula está convencido de que su afirmación era
verdadera” (“El lenguaje de los
políticos”, Editorial Anagrama, Barcelona, 1979: 257 s.).
(2)
Deliberadamente, a guisa de ilustración, citamos una clase dictada por Domingo
Alberto Rangel (UCV, 12/04/1962), en la que, siempre confiado en las cifras del
Banco Central, como en el presente le alarmaría la retrasada publicación y
sospecharía de sus resultados, habla del consumo alimenticio entre 1949 y 1958
(“Historia económica de Venezuela”, Pensamiento Vivo, Caracas, 1962). Obra e,
incluso, autor por entonces parlamentario, docente universitario y propulsor de
la subversión marxista, francamente desconocido por los actuales asesores de
Maduro Moros, coloca un importante acento en un renglón en el que éste,
igualmente beneficiario de los más altos ingresos petroleros obtenidos por Venezuela en toda su historia, exhibe un
desempeño incomparablemente inferior al de todos los regímenes precedentes, por
lo menos, los del siglo XX.
Brevísima nota LB: El Tweed ejemplifica que todavía hay dolientes del perezjimenismo, como los hubo de Gomez, crespistas connotados y hasta carujistas de ocasión.
18/04/2016
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/26051--del-ocurrente-perezjimenismo-de-nicolasBrevísima nota LB: El Tweed ejemplifica que todavía hay dolientes del perezjimenismo, como los hubo de Gomez, crespistas connotados y hasta carujistas de ocasión.
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