domingo, 14 de septiembre de 2014

ASPECTOS QUE ANGUSTIAN

Reinicio de clases
Ox Armand

Varias son las expectativas del regreso a clases. La adecuada administración del tráfico autor que ha debido constituirse en una conquista política y, por tal, ciudadana, es un detalle trivial a la hora de los contrastes. La asfixia de las comunidades educativas que las desean comunalizadas y obedientes al gobierno, la desescolarización mil veces disfrazada, el delito que ha hecho escuela en niños y adolescentes, la transportación, el deterioro de las instalaciones escolares, el costo educativo y la presión tenaz contra el sector privado, el calzado y la vestimenta,  la protesta juvenil que se avecina, los elevados precios de los útiles escolares, la brecha digital,  el culto a la personalidad presidencial, el salario del docente, la desatención médica, odontológica y sanitaria,  son algunos de los aspectos que concitan la angustia colectiva. Sin embargo, nuevamente está a prueba la movilización ciudadana, porque es tanta la tormenta sólo en este sector sobresaturado de problemas, que luce necesario optar por atacar una o dos opciones. La implacable censura impide la libérrima manifestación de las demandas. Pretende reducirlas y expresarlas exclusivamente el gobierno.  Por supuesto que a favor.

Contamos con organizaciones no gubernamentales que intentan asomar la cabeza al radical conflicto, tan radical como riesgoso y solapado. Mas, solemos no contar con los partidos para que digan algo. Por supuesto que, desespecializados, el magisterio es escasamente militante. Pesa también que el patrono por excelencia es el Estado que juega con la titularidad y provisionalidad de los cargos. Los sindicatos y demás gremios de la enseñanza están aterrorizados. Pero ha sido costumbre en quince y tantos años que los partidos no digan ni hagan nada. Quizás la MUD nos obsequiará con un documento alusivo. A lo mejor los promotores del Congreso Ciudadano denunciarán la situación y propondrán las salidas … educativas correspondientes. Empero, falta una extendida y contundente campanada colectiva. Sobre todo porque no existe una relación de premios y castigos para una básica moral social. Centenares de miles de jóvenes sin oportunidades de estudio o trabajo, se consuelan alegando que por muy calificados que puedan ser académicamente, en ada contribuye o contribuirá a su supervivencia. Hay desilusión y conformismo  que se anida en lo más recóndito del subconsciente, actuando inadvertidamente.

Angustia esa inmensa resignación inoculada por el gobierno nacional. El mismo, desde finales del siglo pasado. No apostamos por una hecatombe protestataria, sino por la manifestación abierta de los problemas que nos aquejan y la búsqueda de soluciones. El reinicio de clases parecerá un ritual más. El ritual de la sobrevivencia frente al totalitarismo que ha echado vuelo desde hace un buen rato.

Reproducción: Aviso. La Luz del Farol, Caracas, nr. 3 del 14/09/1901.

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