miércoles, 27 de agosto de 2014

INCURSIÓN EN LA TRAGEDIA

Breve crónica de una difícil visita a Amuay
Luis Barragán


Anunciada la tragedia por el olor que impregnó a la población que rodea el CRP, el 25 de agosto de 2012 una enorme explosión se tradujo  en más de 40 personas muertas, siendo incontables las heridas,  sin que el régimen haya dado respuesta alguna, sobria y convincente, quedando tan triste acontecimiento absolutamente impune.  Todavía Rafael Ramírez sigue atornillado en el poder, acentuándolo increíblemente, negada la correspondiente investigación de la Asamblea Nacional, y, faltando poco,   a pesar de sus fueros, despedidos y perseguidos los líderes sindicales que tuvieron y tienen el coraje de denunciar la situación.

La Movida Parlamentaria nuevamente se apersonó en el complejo refinador, intentando consignar un documento en la sede. Los diputados María Corina Machado, José Hernández, Américo de Grazia, Freddy Marcano y el suscrito, viajamos el lunes 25 de agosto de 2014 a Paraguaná y, apenas, descendiendo del vehículo, se alinearon los efectivos armados de la Guardia Nacional, pretendiendo impedir el paso a la delegación parlamentaria únicamente escudada por lo que reza la Constitución de la República.

Los parlamentarios portaban un documento que actualizó la denuncia formulada un año antes, avalada por un detallado informe de más de seiscientas páginas que elaboró un grupo de expertos en la materia, con el enorme dolor de la pérdida de vidas humanas, de las enfermedades generadas por la tragedia entre los pobladores del lugar, y la tristeza inevitable que provoca el fracaso criminal de una obra que supo del abnegado esfuerzo de varias generaciones que levantaron lo que fue un referente en el procesamiento industrial del crudo. Traspasan como pueden  la barrera y, a las puertas de las oficinas principales, otra más decidida, mejor armada y dispuesta a la agresión física, después de una hora, definitivamente frustró nuestra entrada al sitio, al despacho del gerente general y a la taquilla de correspondencia en la que, sencillamente, debieron recibir la nuestra, apegada completamente a los derechos y garantías constitucionales que nos asisten como ciudadanos, reforzando las responsabilidades que tenemos como representes de la soberanía popular.

Un forcejeo constante con la barrera pauta el prolongado momento,  ausente toda explicación de los oficiales a su mando, quienes alegaban – a lo sumo – no entendernos, rodeados ya por agentes civiles de seguridad que filmaban desde los más distintos ángulos, mientras que, detrás de las vidrieras, dos comisarios políticos – luego nos enteramos – tardaron en obligar a los empleados que tenían a la mano, para batirlas y gritar toda suerte de improperios, con escaso entusiasmo, tolerados por la Guardia Nacional a pesar de la amenaza que representaban frente a los cinco diputados que asistieron solo y solos a plantear e introducir un documento.  El gesto de los oficiales transmitió más nerviosismo que rigor ante una visita anunciada y quizá por el riesgo de una situación que en minutos se convertiría en una innecesaria apuesta del futuro profesional en manos de los jerarcas distantes del sitio, la flaqueza del número de empleados movilizados que gritaban consignas huérfanas de emoción, por la tardanza de una respuesta definidora de Caracas, y, ciertamente, por la entereza, temple y sobriedad de los diputados, no se atrevieron a tocarlos: por ejemplo, el vehemente y a la vez sereno reclamo de María Corina, los intimidaba, decretando un tiempo insoluble de tensión.

Al retirarnos con paso firme, aproximándonos a la puerta principal del establecimiento, en la enorme mancha de sol que calcinaba el aire del extenso lugar, dos empleados se atrevieron a reconocer el esfuerzo, diciéndose también prisioneros políticos de un gobierno que los amenaza con el pan de sus hogares. Uno de los efectivos militares que inicialmente procuró impedir nuestro acceso, comentó entredientes que a lo mejor lo sancionarían por no atreverse a golpearnos, como hubiese deseado el superior que ansiaba no tener que hacerlo él mismo, porque en el fondo todos los que ahí laboran están demasiados conscientes de la irresponsabilidad que “todavía está pegada en la frente del gobierno”.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2014/08/breve-cronica-de-una-dificil-visita-a-amuay/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1048977

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