domingo, 24 de agosto de 2014

PUEBLO DE Y PARA LA VIDA

NOTITARDE, Valencia, 24 de agosto de 2014
"Caminando con Cristo"
Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios (Mt.16, 13-20)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes

El evangelio que meditamos en este domingo nos presenta a Jesús preguntando qué dice la gente acerca de Él y al final pregunta a sus apóstoles acerca de su parecer sobre su persona. Ante la primera pregunta todos al unísono afirmaban que la gente decía que era un gran profeta, otros que Jeremías, Elías o Juan Bautista y ante la segunda pregunta se siente un silencio en medio del grupo de los apóstoles; es la pregunta personal, es la interpelación de la propia fe, la respuesta acarrea una responsabilidad y al mismo tiempo una gran sinceridad y transparencia frente al Maestro que demanda y espera por una respuesta. La respuesta la dará el mayor de los apóstoles, el impulsivo, el experimentado y al mismo tiempo el Pedro leal, cabal, sincero, auténtico, vertical y que profesa una profunda fe en Jesús y en nombre propio y en nombre de todos sus hermanos, al que en aquella respuesta representaba y que recogía el parecer y sentir de todos, pero que ninguno se atrevía a decir, Pedro confiesa y dice: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios viviente". Grande, reveladora, profunda y hermosa confesión de fe por parte de aquel a quien Jesús, inmediatamente también declarará ante todos sus apóstoles y dejará una misión: "Tú eres Pedro (Piedra) y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y ni el poder del infierno prevalecerá contra ella". Jesús delega una misión especial a Pedro (simbolizado en el signo de las llaves, que representan el poder de abrir y cerrar), lo coloca como cabeza visible de la Comunidad de creyentes que Jesús vino a formar, de sus seguidores, sus discípulos. Le dice también, delegando un poder espiritual, que lo que ate en la tierra quedará atado en el cielo y lo que desate en la tierra, quedará desatado en el cielo. Es el poder de perdón, de intercesión ante Jesús, que a la vez intercede ante al Padre, así Jesús comienza a dar forma y fundamento visible a su Iglesia. Se arriesga y al mismo tiempo confía, sostiene, anima, restablecerá de nuevo, como sucederá más adelante en la vida del apóstol, la vida y el futuro de su Pueblo Santo, que será guiado e iluminado por su Espíritu Santo y bajo el "cayado humano" de Pedro.
Hablar, de Pedro, por tanto, es hablar de la intención que tuvo Jesús de fundar una Iglesia. Para eso llamó a los doce y compartió durante tres años con ellos; les distinguió de los demás discípulos y los envió a predicar la Buena Noticia del reino, dándoles el mismo poder que Él había recibido de Dios Padre. Debemos decir a la par de esto que un buen conocedor de la Sagrada Escritura y específicamente de los evangelios sabe que el evangelio de Mateo tiene como línea teológica la eclesiología, es decir, el sustentar el nacimiento de la Iglesia entorno a los apóstoles y específicamente en la figura del Apóstol Pedro que recibe una distinción especial por parte de Nuestro Señor. De hecho, de los capítulos 16 al 18 se busca resaltar la figura de los apóstoles y de Pedro como cabeza visible de aquella Iglesia que Cristo estaba fundando para que continuara y se convirtiera en testigo de su Pasión, Muerte y Resurrección y fuera así sacramento de salvación para toda la humanidad. "Lo que ates en la tierra, quedará atado en los cielos y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos". En segundo lugar, queda claro que Jesús fundó una Iglesia jerárquica: Doce apóstoles bajo la tutela de Pedro cuya autoridad vemos como resalta hoy en el texto que estamos reflexionando: "Tú eres Pedro y sobre esta Piedra edificaré mi Iglesia". Los mismos Hechos de los Apóstoles y los evangelios al narrar la Pasión de Nuestro Señor, Jesucristo, resaltan la figura de Pedro sobre los demás apóstoles.
Hoy en día, los cristianos católicos, fundamentados en la fe apostólica; es decir, siendo herederos y continuadores de aquella Iglesia naciente y guiados por la autoridad legítima del sucesor de Pedro, nuestro querido Papa Francisco y de nuestros obispos, sucesores de los apóstoles formamos ese Pueblo de Dios, esa Iglesia querida y amada por Cristo que en medio del mundo es signo y testimonio del amor de Dios, El que vive eternamente y da vida, que en Cristo constituyó un Pueblo de la vida y para la vida que en medio de sus defectos y errores; es decir a pesar de ser pecadora, cumple la misión de Cristo porque es santa por aquel que la fundó (Jesucristo) y porque se ve animada y guiada por el Espíritu Santo. La Gloria sea para Jesús, nuestro Dios.
IDA Y RETORNO: Como Capellán del Magallanes, agradezco el hermoso e interesante trabajo periodístico que realizó Notitarde, dedicando una revista especial con la historia, personajes y eventos de nuestro Equipo Campeón. Sin duda alguna, que el béisbol para los venezolanos y los carabobeños es parte de nuestra historia, de una de las pasiones y juegos donde nos reencontramos, donde drenamos tantos momentos difíciles y donde juntos aspiramos por una mejor y gran Venezuela, donde todos salimos ganando y celebrando.  Dios nos bendiga siempre y nos permita seguir haciendo buena historia.

Cfr. Isabel Vidal de Tenreiro: http://elimpulso.com/articulo/buena-nueva-ni-el-denomio-puede
Ilustración: José Pedro Costigliolo, 1953.

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