Luis Barragán
A un año de la Ley de Cultura, Nicolás Maduro faltó a una
responsabilidad que es de Estado
Cumpliendo hoy, 13 de agosto, un
año de sancionada la Ley Orgánica de Cultura, el diputado Luis Barragán, por
entonces vocero de la oposición en la materia, señala “el asombroso limbo en el
que se encuentra el instrumento que no fue devuelto ni promulgado por el Ejecutivo
Nacional, como debió luego hacerlo la junta directiva de la Asamblea Nacional
de acuerdo con el artículo 216 de la vigente Constitución de la República,
transcurrido un tiempo holgado para ello”.
Recordó el parlamentario que la
discusión de una normativa tan compleja y de carácter orgánico, fue agotada en
una semana: “Apenas dos sesiones, las del 6 y 13 de agosto de 2014, bastaron para
que la mayoría gubernamental impusiese la que denominamos la Ley del Monopolio
Estatal de la Cultura, omitiendo todas las observaciones y propuestas aportadas
por la bancada opositora, incluso, con sobrada antelación cuando la Comisión
Permanente de Cultura la encabezó el diputado Miguel Ángel Rodríguez, quien fue
injustamente despojado de la presidencia. El partido de gobierno evidentemente
se apresuró a aprobar una ley exclusivamente consultada con sus militantes, a
pesar de nuestra solicitud para extender el plazo y ampliar la participación”.
Indicó el diputado Barragán que
el aniversario de la sanción de la citada ley revela varias circunstancias:
“Por una parte, aún atentando contra las libertades culturales, luce muy mala
para los propias conveniencias e intereses del gobierno nacional, incluyendo la
creación de un fondo cultural huérfano de convincentes mecanismos de control,
capaz de apuntalar la crisis que lo aqueja en torno al enorme despilfarro de
recursos tan propicio para la corrupción. Por otra, indica una pugna de las camarillas
burocráticas que burlan las propias elaboraciones de sus diputados, por no
mencionar que Nicolás Maduro no asume plenamente sus responsabilidades de
Estado al promulgar o devolver oportunamente las leyes sometidas a su
consideración. Luego, se dice que constituye una ventaja la de no contar con
una normativa precisa en el ámbito cultural para propios y extraños; empero,
esa orfandad es lo que permite la gigantesca demagogia que ha propiciado un
semejante deterioro en el ámbito cultural, parejo al derroche y al
panfletarismo”.
Llama la atención sobre una
similar situación para otras leyes sancionadas, pero no promulgadas o devueltas
por el Presidente de la República, como la Ley para el Desarrollo y la Creación Artesanal, el Código
Orgánico Penitenciario, la Ley Especial sobre el Hurto y Robo de Vehículos y la
Ley que Regula la Compra y Venta de Vehículos Automotores Nuevos y Usados:
“Ésta última, por ejemplo, fue sancionada por consenso de los parlamentarios,
como recientemente la Ley Orgánica de Recreación a la que debemos hacer el
seguimiento correspondiente para que no tenga igual destino. Significa que ni
el consenso genera la confianza del Ejecutivo, acaso desconfiando propiamente
del trabajo que hace la misma bancada oficialista”.
Igualmente precisó que “ya sancionadas y a la
espera de la promulgación por la junta directiva de la Asamblea Nacional, las
citadas materias no pueden ser objeto de la habilitante. El Presidente de la
República no puede ya emitir sendos decretos leyes al respecto, pero sí
intentar explicarse al omitir una responsabilidad que es de Estado”.
Finalmente, el diputado Barragán, miembro de la
Movida Parlamentaria, dijo: “Abierta ayer la convocatoria para el Congreso
Ciudadano, las comunidades culturales libremente podrán plantear también sus
problemas. Y, por ello, las invitamos a participar en las Asambleas de
Ciudadanos que seleccionarán a sus representantes para el Congreso, a objeto de
enriquecer el debate sobre la emergencia cultural que nos agobia, gracias a la opresiva
hegemonía que ejerce el Estado”.
Fotografía: Irene de Souza (Noticias24.com). Congreso Ciudadano, El Hatillo, 12/08/2014.
Fuentes:
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