EL NACIONAL - Martes 25 de Junio de 2013 Escenas/2
Temas museológicos
ESTO ES LO QUE HAY
ARTES VISUALES
LORENA GONZÁLEZ
Podríamos decir que dentro de los sucesos que se han liberado de los acontecimientos vividos durante la primera década del siglo XXI en la institucionalidad museística venezolana, aparece como el más importante la conciencia general de asentar la experiencia de la labor cotidiana en la legitimidad que pudiera otorgar la academia o el estudio sostenido de lo que sucedió en aquellos tiempos; períodos de una actividad trashumante que se desplazó entre el contexto y la utopía, entre la realidad y las resonancias multiplicadas dentro y fuera de las paredes, las obras, los trabajadores, las estructuras y los oficiantes del museo.
En el primer semestre de 2013 hemos visto la publicación de investigaciones, entrevistas, reseñas, testimonios y descripciones necesarias a la hora de pensar y reflexionar sobre el museo como institución, sobre su historia, sus antecedentes, su desarrollo y su propia confrontación en medio de las inquietas variables del arte moderno, los estallidos de la vanguardia y los quiebres inherentes a los procesos del arte contemporáneo; sin olvidar las repercusiones del entorno y la modificación de los modos de acción e incluso de los perfiles en respuesta directa al contexto que les rodea, episodio que en nuestro caso ha sido uno de los principales agentes (positivos y/o negativos) de la reconducción estructural.
El primer texto sobre el que conversaremos es Umbrales de la museología del curador Félix Suazo, impreso a finales de 2012 y presentado el mes pasado en la librería Kalathos. En sus páginas, el autor compila varias reflexiones desarrolladas en distintos momentos de su labor como curador e investigador, actividad que vio su curso en instituciones como la Galería de Arte Nacional, el Museo de Arte Contemporáneo y El Anexo, iniciativa independiente de la que es director en la actualidad.
Uno de los puntos cruciales que destaca en este libro es la necesaria creación de una ciencia de la museología la cual debería, por la particularidad de sus componentes, ser tratada como una ciencia social, revelando con este comentario uno de los primeros atisbos de la forma como podría consolidarse la museología ya no como diplomado, curso o posgrado, sino como entidad única dentro de las disciplinas académicas.
Con una escritura suave y amplia, plena en contenidos relevantes y ejemplos pertinentes, Suazo estructura desde una mirada personal varios de los tópicos que ocupan la enrevesada trama del museo en sus diálogos fundamentales con la producción visual de la contemporaneidad, eslabones de un pensamiento y una actividad que la mayoría de las veces surgió como contradicción, réplica y deslegitimación de la propia institución que la amparaba.
La figura del curador, las contradicciones entre artista e institución, los reveses entre la obra, la colección y el comercio del arte, las trabas entre el mercadeo de la información, la educación, las demandas de la sociedad de consumo y el lugar real del espectador son algunos de los intersticios que asoman en sus líneas, cargadas incluso de momentos tan agudos que logran cuestionar nuestras verdades y creencias dentro del ejercicio, mientras una detallada secuencia de los dibujos realizados por el propio curador-artista sobre instituciones, dispositivos museográficos y proyectos expositivos nos retornan al lugar inexplicable por el que hacemos lo que hacemos: ese espacio infinitesimal, siempre vacío y siempre lleno, de la maravilla potencial que iniciará la representación.
Cfr. Por cierto: http://genteactiva.net/09042013/maduro-anuncio-que-convertira-miraflores-en-un-museo/
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