SOL DE MARGARITA, 1ro. de junio de 2013
2 notas para 1 sábado de junio
Decía Antonio Gramsci, el político, el ideólogo, el recio luchador italiano opositor al fascismo de Mussolini que luchar contra la hegemonía de las clases dominantes no podía ser resuelta, sólo con la violencia y la toma del gobierno.
Walter Castro Salerno
1/ La visión del Globo: Hay nuevos propietarios en un canal de Tv y por ello hay cambio de dirección, así como de lo que se llama “las líneas” orientadoras en los programas, en la cobertura de los hechos, en los análisis y las perspectivas que de estos se derivan, en torno a la economía, la política, el desenvolvimiento general de la actividad diaria del país. No por azar se muta la programación de un canal de tv de hoy para mañana. Decía Antonio Gramsci, el político, el ideólogo, el recio luchador italiano opositor al fascismo de Mussolini que luchar contra la hegemonía de las clases dominantes no podía ser resuelta, sólo con la violencia y la toma del gobierno. Con la mera y rápida suplantación de una clase por otra en el ejercicio del poder. La cultura, las ideas, los valores de la clase arrojada, con o sin violencia del dominio, del mando, del gobierno, continuaban ejerciendo gran influencia. Perviven durante cierto tiempo Es lo que se conoce como la hegemonía de la clase dominante. Gramsci fue certero. No se cambia de un día para otro todo un “sistema” de ideas y conductas que durante tantos años estuvieron en boga. “Dominando”, así entre ésas comillas, a toda la sociedad. Permeando los tejidos de la misma. Y como la ideología no es una inyección que se le pone a la gente para prevenir el virus AH1-N1, ni un paquete de harina para hacer arepas, pues hay que tratarla y considerarla como parte formal, pero esencial, de un proceso cultural. Didáctico. Aprendizaje y práctica simultáneamente. En el caso del canal de tv, ha sido despedido un periodista de quien lo menos, lo nimio que pueda decirse es que carecía totalmente de objetividad en sus comentarios o apreciaciones sobre la realidad del país. Mucha, por no indicar casi toda la programación de ése medio, estaba vertida hacia la negación, el repudio de lo que ocurría en el país. Ahora se intenta poner al despedido como si fuese una especie de “monstruo sagrado” de la comunicación social en Venezuela. Una suerte de Orson Welles criollo, sin desde luego nunca, ni por milésimas de segundos acercarse a la portentosa figura, casi mitológica, del genial yanqui, revolucionario del 7mo. Arte.
2/ En el Cabello de Dios dado. No tengo relación alguna con Diosdado Cabello. Me fue presentado una vez que fui de visita en la cárcel para ver a unos presos amigos por mi fraternal Jota Erre Núñez Tenorio. Luego le vi un par de veces aquí en Margarita en una de las tantas visitas de Chávez. Ni él tiene nada que darme, ni tampoco este servidor Walter Castro, nada que pedirle. Por manera que lo aquí escribo es simplemente fruto de mi forma de pensar y de ser. Recientemente volvieron varias personas, a propósito de la grabación de Mario Silva, a referirme presuntos hechos de corrupción, de guisos que involucran a Diosdado Cabello. Le pregunto a ellos y a todo el mundo: ¿Hay una sola denuncia, con pruebas en la mano, con las cuales pueda imputarse a Cabello? ¿Dónde estás las pruebas para demostrar ante los órganos competentes la supuesta corrupción de Diosdado Cabello? Como en carne propia sufrí en el pasado acusaciones semejantes y hasta las pagué con exilio y persecuciones, ahora saldré en defensa de quien sea acusado sin que se presenten las pruebas. Se le acusa también de ambición de poder. Pero en dos oportunidades históricas, tuvo la opción de darle una patada a Chávez, y al proceso: cuando el golpe de abril del 2002, y luego recientemente con su desaparición física, y no lo hizo. ¿Entonces?
Fotografía: http://corinariosargentina.blogspot.com/2012/09/odio-los-indiferentes.html
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