EL NACIONAL - Domingo 23 de Junio de 2013 Papel Literario/2
Falso Falso cuaderno cuaderno
Mundo feliz
ANA NUÑO
Publicada 17 años antes que 1984 , la distopía de Un mundo feliz quedó opacada por la sombría visión de Orwell. Y eso que el libro de Huxley postula también la pesadilla del control social omnímodo, salvo que impuesto no con la panoplia clásica de las dictaduras totalitarias (adoctrinamiento y censura de Estado, torturas y desaparición física, delirios belicistas y conspiranoicos), sino mediante la más dulce de las armas: la hedonista dicha de saberse uno más, felizmente fundido en las balantes masas.
Que 1984 ofrezca una certera y clara descripción de los regímenes comunistas, empezando por el matricial: el de la URSS, y que su lucidez no haya perdido filo cuando se piensa, hoy, en lugares como Corea del Norte o Cuba, no quiere decir, por otro lado, que sea inútil o estéril la otra antiutopía, la de Huxley, tan aparente como realmente de signo opuesto a la orwelliana. De hecho, ahora mismo vivimos en un mundo en el que coexisten las dos pesadillas, y hasta alguna más: la de 1984 , en los restos, cada vez más degradados pero igual de mortíferos que antaño, del "socialismo real"; la del Mundo feliz , en las afluentes democracias occidentales. La tercera pesadilla encarna en las teocracias islámicas, pero son tan premodernas que ni siquiera han inspirado una elaboración distópica.
Un año después de la fatídica fecha de 1984, un sociólogo discípulo de McLuhan, Neil Postman, publicó un librito, Divertirse hasta morir: el discurso público en la era del espectáculo , que es el primero y, hasta donde sé, el único en el que se razona esa idea, la de que la profecía negativa de Huxley se ha hecho realidad en las sociedades democráticas de los países occidentales, gracias al hiperdesarrollo tecnológico de los medios de comunicación y con los mismos efectos descritos en Un mundo feliz . ¡Y eso que en 1985 aún no había Internet ni smartphones ni redes sociales! En el prólogo resume Postman su tesis: "Lo que Orwell temía era a aquellos que prohibirían los libros; lo que temió Huxley era que no hubiera ninguna razón para prohibir los libros, porque no habría nadie que quisiera leerlos. Orwell pensó que se nos privaría de la información; Huxley, que sería tan abundante que nos reduciría a la pasividad y el egoísmo.
Orwell profetizó que la verdad nos sería ocultada; Huxley, que sería ahogada en un mar de superficialidad. Como dijo el propio Huxley en Nueva visita a Un mundo feliz , los luchadores civiles y los racionalistas que están siempre alerta para oponerse a la tiranía "se equivocaron al no tomar en consideración el apetito casi infinito del hombre por la diversión". En 1984 , añadía Huxley, la gente era controlada mediante el dolor. En Un mundo feliz , lo era mediante el placer. En definitiva, mientras que Orwell temió que aquello que odiamos sería nuestra ruina, Huxley temió que nos arruinaría lo que amamos".
Como puede verse, no tiene sentido quejarse: si hasta podemos escoger entre dos rebaños.
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