EL NACIONAL - Domingo 02 de Junio de 2013 Papel Literario/2
Falso cuaderno
Neoplasia
ANA NUÑO
Venezuela es hoy un país duplicado. Chávez y este es su aporte como gobernante montó en paralelo al existente otro país, con la particularidad de que en su copia todo es aún más degradado y corrupto de lo que era en el original.
Si antes de 1999, por ejemplo, los hospitales públicos ya eran, por decirlo con un eufemismo, disfuncionales, los 14 años de chavismo han acabado de liquidarlos. Y la dichosa Misión Barrio Adentro sobre todo ha servido como las otras Misiones, por lo demás para desviar los recursos que hubiesen debido ir al rescate del sistema de sanidad y salud pública hacia un nuevo monstruo burocrático, marcado por la ineficiencia y el despilfarro, puesto además en manos de unos médicos cubanos cuya formación y competencia los brasileños acaban de decidir que no cumplen los mínimos requeridos para el ejercicio de la medicina en su país. Sigo esperando, por cierto, que alguien me explique, con razones que no sean de mero tacticismo político, por qué la oposición ha elevado las Misiones a la condición de fetiches intocables.
Esto es tanto como aplaudir lo esencial de la desastrosa gestión chavista.
Las instituciones y ámbitos de intervención del Estado, que en Venezuela son todos, se han visto sometidos a ese proceso de duplicación, evocador (lo que no deja de tener su cruel punto de ironía, visto el mal que acabó con la vida de Chávez) del que manifiestan las células cancerígenas. Un cáncer: eso ha sido el chavismo. O la neoplasia colonizaba un órgano, enfermándolo hasta la postración, como sucedió con Pdvsa, o por metástasis se propagaban las células enfermas hasta generar tumores en otros órganos, como puede verse en las llamadas universidades bolivarianas, un sistema montado en paralelo para acelerar la muerte de las universidades autónomas.
Ni el mismo poder se ha librado de la neoplasia chavista, a tal punto que es ya imposible saber quién lo ejerce realmente y que sus verdaderos factores se ocultan tras la fachada que vemos. El principal está ubicado a 2.160 kilómetros de Caracas; Maduro, desde luego, es su fachada. Y gracias al detallado informe oral sometido a su jefe cubano por el bocón de Mario Silva, ahora tenemos confirmación de que su salud mental es materia opinable.
La logorrea de Silva, traicionado probablemente por sus amigotes del G2, algún estropicio hará en las filas del gobierno. Que harán ver que cierran, en un primer momento, antes de hacer rodar, además de la de Silva, alguna otra cabecita roja. Pero el mayor beneficio para el país será la inevitable propagación de eso tan peligroso para cualquier grupo, y mucho más para el que maneja el poder: la deserción. Que, como observaba Nietzsche, es lo que inevitablemente se produce cuando sus miembros más integristas y fanatizados se van de la lengua. O sea, que en medio de tanta desolación y bochorno, alguna esperanza hay. Aunque sólo sea por aquello tan cierto que decía Samuel Johnson: "Toda forma de maldad se abatiría sobre el mundo, si quienes cultivan la perfidia no acabaran siempre siendo
Ilustración: Jorge Luna, "Duendes".
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