En la casa de Tulio
Luis Barragán
Recientemente, presenciamos la consulta que se hizo en el Centro Cultural Tulio Febres Cordero sobre el Proyecto de Ley Orgánica de Cultura, en la ciudad de Mérida. De nuevo, constatamos una convocatoria orientada exclusivamente a los sectores ligados al oficialismo, a pesar de la manifiesta pluralidad y riqueza de la vida cultural andina que tiene también por emblema a la Universidad de Los Andes (ULA).
La nuestra, fue una visita contrastante, pues, integrando la Comisión Permanente de Cultura de la Asamblea Nacional, escuchamos con atención todos los planteamientos formulados en una consulta que luego no tardó en diluirse, constatando la tendencia hegemónica de una visión de las personas, el mundo y las cosas que alarma y preocupa, pero también la inevitable y – acaso - involuntaria resistencia que suscita en el seno del naciente madurato. Logramos apreciar sutiles y, a veces, frontales diferencias con la propuesta, en las mesas de trabajo, e – incluso – nos sorprendió la pregunta misma que nos hizo una periodista progubernamental, cuya respuesta seguramente jamás veremos publicada: ¿Puede regularse la cultura?
Parecía obvio nuestro modesto gesto de solidaridad con los huelguistas de hambre de la ULA, quienes dan un testimonio de coraje frente al gobierno nacional que, más allá de la reivindicación estrictamente económica, habla de la defensa de la autonomía universitaria y de las libertades públicas severamente asediadas. Retardado el sacerdote que daría la misa, por el congestionamiento vial, tuvimos ocasión de compartir una particular y conmovedora escena: como si la misa la oficiase el párroco universitario en huelga, Reinaldo Múñoz, surgió el canto de un grupo de muchachos que, al invocar al Espíritu Santo, impregnó el recinto de una viva serenidad y de una hondura de compromiso extraordinarias.
Posteriormente, volvimos a la casa de Tulio y, como si se ampliara en contra de la voluntad de sus administradores, gracias a la invitación de la Dra. Milagros Cordero, nos trasladamos al Centro de Convenciones de Mucumbarila, para la inauguración de la Feria Internacional del Libro Universitario de la ULA, complacidos por la sobriedad y profundidad de un acto correctamente interpretado al complementar la justa protesta huelgaria. Por cierto, tuvimos ocasión de conocer personalmente a José Antonio Rivas Leone y Luis Alfonso Viloria, luego de tanto tiempo de intercambios digitales, entre otras personas que, lo constatamos, expresaron su inquietud en torno al aludido proyecto de ley, ofreciendo su colaboración para la discusión en la que insistimos.
Al regresar de Mérida, seguimos con esta sensación de las disparidades de una consulta parlamentaria. Y de la necesidad de un ejercicio genuino de la palabra para superarlas, en esta otra etapa de la Venezuela Saudita.
http://www.noticierodigital.com/2013/06/en-la-casa-de-tulio/
Fotografías: LB, Mérida (14/06/13), excepto en la que aparece junto a Eduardo Marín.
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