"La vida era así un deletreo constante y ya no podía integrarla, sectorizó el tiempo en porciones y su comportamiento era el de un robot de movimientos rígidos de secuencia impecable. A la hora de morirse descubrió que si aprendía a deletrear al revés se le abrirían perspectivas totalmente nuevas, si bien en simetría".
Hermann Alvino("Amor y tiempo inconclusos", Caracas, ¿1987?: 18)
Fotografía: Obra de Walter de María.
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