viernes, 24 de febrero de 2012

ACOTACIONES


EL NACIONAL - Viernes 24 de Febrero de 2012 Escenas/
LIBRO Paul Auster presenta Diario de invierno
"Hay una generación entera sin futuro"
El escritor estadounidense reflexiona sobre la familia, la política y la situación crítica que afrontan los jóvenes
JOAN FOGUET
EL PAÍS BARCELONA SERVICIO EXCLUSIVO DE EL NACIONAL

Paul Auster se esconde del sol mañanero tras unos lentes tipo aviador. Irónico y siempre sutil, agradece la pausa entre entrevistas de promoción de su más reciente libro, Diario de invierno (Anagrama), para poder fumar un cigarro holandés con tabaco de Sumatra. Caladas largas, disfruta de un placer "casi prohibido", como dice mientras bromea con el poco tiempo que tiene cuando visita una ciudad como, en este caso, Barcelona, España. Extremademente gentil y curioso, pregunta por todo. Le da por hablar bien de los mosquitos de Minessota y bien de la paternidad: "Sólo el padre de la hija puede entender ese tipo de amor que surge, como si fuera un enamoramiento apasionado entre ambos, lo dice mi mujer y creo que tiene razón".

La familia es uno de los temas transversales que atraviesan Diario de invierno: "Ella es todavía el centro de la sociedad estadounidense, sin duda, pero eso se está transformando porque la gente no se casa como antes; se ha perdido el sentimiento de sacramento".

Sobre la oportunidad y el motivo del libro que publica ahora cuando cumple 65 años de edad, Paul Auster asegura que no sabe por qué lo escribió.

"Puedo saber cómo, cuándo, quién y qué escribo, pero nunca por qué. Creo que nunca un escritor puede contestar eso".

En esta entrevista, grabada buena parte de ella en video, el autor neoyorquino habla sobre las heridas vitales que se enumeran en Diario de invierno y si en su balanza pesa más el sufrimiento o el placer ya pasados. "Ambos, placer y sufrimiento cuentan igual en la vida", indica el autor de Trilogía de Nueva York. Y luego apunta: "Este libro es sobre el cuerpo humano, concretamente sobre el mío, y cuando atraviesas la memoria de heridas y de enfermedades que has sufrido te das cuenta de que por todos lados has recibido, pero no soy sólo yo, es una verdad universal".

Auster no cree que ese particular diario tenga un eje temático concreto, aunque insiste en el placer como leitmotiv: "El placer viene por el sexo, por la comida, por sentarte al sol o tomar un baño caliente; pero también hay que tener en cuenta el dolor porque sin uno no existe el otro, hay que contar con ambos".

El escritor asegura que a pesar de estar en edad de jubilación, este libro no es para hacer balance ni tampoco una salvación ni una declaración sobre nada. "Sólo es un informe sobre el ahora", expresa.

Recuerda que empezó a escribirlo el 3 de enero de 2011, "cuando nevaba, nevaba y nevaba en Nueva York" y que lo terminó en primavera, muy rápido. De ahí el nombre, Diario de invierno, aunque admite que lo ha medio copiado de Franz Schubert y su Viaje de invierno (que en inglés tienen una sonoridad tremendamente similar). De hecho el título esconde una metáfora que se entiende en la última frase del libro.

Fuga literaria. Llama la atención el método narrativo escogido por Auster. Es una pieza escrita en segunda persona, vocativa. La idea, según el autor, es conseguir un ritmo musical. "Es una colección de fragmentos, no una biografía", insiste Auster. "Trato de construir lo que en música se conoce como fuga". Son varios bloques separados por espacios.

Por ejemplo, el compendio de los 21 lugares donde ha vivido durante su dilatada trayectoria. Auster va para adelante y para atrás con maestría, sin mareos, en la línea de sus recuerdos. "En el mundo de la memoria todo es simultáneo", señala.

Siempre implicado en la política y en cuestiones sociales, afirma que ahora es el momento en el cual hay que apoyar más que nunca a Barack Obama. Admite que cuando votó por él ya sabía que era moderado: "No es tan progresista como yo hubiera deseado, pero está en el lado adecuado".

El autor de Leviatán reconoce que Obama se ha equivocado, pero entonces lanza el contraataque: "Es que si vas al lado opuesto sólo encuentras imbéciles del Partido Republicano, totalmente idiotas". Lejos de detenerse, Auster prosigue: "Sus ideas son una bancarrota, no saben de qué hablan, no tienen nada que ofrecer al país". Por eso y por su hierático optimismo, el escritor predice una amplia victoria de Obama en las elecciones presidenciales del próximo noviembre.

En una entrevista anterior con el diario El País, en 2008, Auster advertía sobre una guerra civil cultural, que cree que sigue viva. De acuerdo con el autor de El libro de las ilusiones, el Partido Republicano "está más a la derecha que nunca y más obstruccionista que nunca en el Congreso, siempre remando contra Obama, al que quiere destruir". La cultura política estadounidense se basa en gran medida en el diálogo entre los grandes partidos y Auster asegura que ahora mismo esto no se da porque "no son razonables".

Una cosa lleva a la otra. ¿Se acaba la política? ¿Qué opina de los indignados y de Occupy Wall Street? No cree que se acabe la política ni el capitalismo. "Otra cosa que es evidente ­dice­ es que hay que repensar desde el mundo occidental, no sólo en Estados Unidos, el capitalismo antes de que todos caigamos".

Auster asegura que los movimientos ciudadanos como Occupy Wall Street son muy significativos para Europa y Estados Unidos. "Debemos repensar cómo vivimos, desde abajo hasta arriba, en lo económico, lo social, en la educación...".

Revela que se siente asustado por el mundo que se le está dejando a los hijos. Afirma que existe "un horizonte cruel". Recuerda que la matrícula anual de una buena universidad es de aproximadamente 40.000 dólares, lo que supera los ingresos de una familia de clase media. "Los jóvenes empiezan con deudas y eso pone a una generación entera en un agujero, se queda sin futuro, y eso es un crimen".

Auster siente curiosidad por Latinoamérica. Dice que no se atreve a leer su propia obra en castellano, pero que sí hojea periódicos en español y le gusta el estilo y las intenciones que se desprenden.

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