domingo, 26 de febrero de 2012

CAMINATA


NOTITARDE, Valencia, 26 de Febrero de 2012
La Cuaresma: Camino a la pascua (Mc. 1, 12-15)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes

Con el Miércoles de Ceniza, celebrado en días pasados, los cristianos católicos iniciamos el tiempo litúrgico de la Cuaresma (Cuarenta días antes de la Pascua). En este día en que recibimos la ceniza en nuestras cabezas, se nos invita a una conversión radical de nuestra vida a Dios y a recordar que como seres humanos somos limitados y sólo en Dios podemos construir en lo que no perece y es eterno. Este día dentro de la liturgia el sacerdote coloca ceniza en la frente de las personas que asisten a la celebración de la misa y utiliza una de estas dos expresiones: "Conviértete y cree en el evangelio", con lo cual lo invita en nombre de Cristo a renunciar a la vida de pecado, a luchar para que cada día construya el camino de la santidad y acercarse cada vez más a Dios que es la fuente del amor y la manera de hacerlo es a través de Cristo, la Buena Noticia del Padre, la Palabra eterna que da vida al hombre, que ha venido a salvarnos y redimirnos del pecado. La otra expresión: "Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás", con lo cual se invita al cristiano católico no al miedo, no al rechazo de las cosas legítimas de este mundo, pero sí a poner su corazón en lo que perdura para siempre, superando la tentación del materialismo, de la indiferencia religiosa, de no pensar o vivir como si Dios no existiera o como si sólo las cosas de este mundo son suficientes para la felicidad. Todo pasa y sólo Dios permanece con su amor y amistad y quien vive en Dios y busca a Dios alcanza vida eterna y sabe vivir con alegría, con esperanza, con fe y optimismo cada momento de la vida presente.

Colocarse la ceniza en la frente no es, por tanto, un rito mágico, un talismán o especie de amuleto que me libera sin yo comprometer mi vida o mi manera de pensar, sentir y actuar. Como siempre, la vida cristiana pide coherencia, radicalidad en el seguimiento de Cristo, deseos sinceros de santidad, de ser mejores cada día, de vivir en los valores del evangelio. Quien recibe la ceniza en su cabeza, por supuesto, es bendecido por Dios, pero al mismo tiempo está invitado a amar a Dios sobre todas las cosas, a amar al prójimo, a corregir y superar sus errores y debilidades, a ser en definitiva un buen cristiano; ya que no es la ceniza la que nos salva o cambia; es sólo un signo de lo que estamos invitados a realizar y recordar todos los días de nuestra vida cristiana y de manera especial en este tiempo de cuaresma que nos prepara a vivir la Pasión (dolor, sufrimiento), Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. El Miércoles de Ceniza implica, entonces, toda la vida del cristiano católico, del que se dice o se llama discípulo de Cristo. Le recuerda al discípulo que es peregrino en esta vida y va caminando hacia Dios y con Dios.

En el tiempo de Cuaresma, que inicia como hemos dicho con el Miércoles de Ceniza, hay unos signos dentro de la liturgia eucarística o de la Santa Misa que cambian para ayudarnos a vivir con mayor conciencia estos cuarenta días de preparación a la Pascua. El color de la vestidura del sacerdote (estola y casulla) es morado y significa en este tiempo conversión, penitencia y esperanza. Se omite el gloria dentro de la celebración de la misa para cantarlo o proclamarlo solemnemente en la noche en que los cristianos católicos celebramos la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo (Noche de Pascua). Las lecturas de la Palabra de Dios en este tiempo invitan a la oración, penitencia, ayuno, conversión y caridad (amor al estilo de Dios). Sobre todo se insiste en el amor que es el distintivo del cristiano y expresión de una auténtica oración, ayuno y penitencia. La ornamentación del presbiterio y de la Iglesia es sobria, para que luego en la Pascua se note la alegría, la solemnidad y la belleza de saber que el cristiano es feliz porque su Dios y Señor ha vencido la muerte y el pecado, que seguimos a un Dios que está vivo y nos acompaña en la historia, que no nos abandona y siempre permanece fiel a pesar de nuestras infidelidades.

Intensifiquemos en estos días cuaresmales la oración, el acercarnos al sacramento de la confesión, fortalecer nuestra vida espiritual con el ayuno y vivamos en el servicio con los hermanos más necesitados.

Ida y retorno

En una reunión reciente con una comisión convocada por Mons. Del Prette para conmemorar los 90 años de la creación de la Diócesis de Valencia, indirectamente se respondía a una pregunta que se hacen algunos hoy: ¿Los católicos son cristianos? Eminentemente cristianos, somos cristianos católicos. La Iglesia Católica con sus luces y sombras, pecado y santidad, es la Iglesia fundada por Cristo. Católico significa "universal", presente en el mundo entero, entonces católico es un cristiano universal. Hay también cristianos ortodoxos (separados de la Iglesia Católica en el Siglo XI. Año 1054) y los cristianos protestantes o evangélicos (separados de la Iglesia Católica a partir de Martín Lutero en el Siglo XVI. Año 1517). A partir de este siglo hay más de 600 iglesias protestantes, cada una con un fundador.

Fotografía: Obra de Nils Udo.

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