martes, 25 de febrero de 2020

LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA, POR EJEMPLO

Universidad: mito y realidad
David Ortega / El Mundo

No son pocas las veces que opinamos de las más diversas materias teniendo pocos datos reales sobre las mismas. El rigor siempre es un compañero de viaje aconsejable, especialmente cuando hablamos de temas importantes y, tengo pocas dudas de que el estado de salud de nuestra educación superior es uno de ellos.

Probablemente en el imaginario colectivo reciente del estado actual de nuestro sistema universitario destaquen, entre otras, dos ideas principales: primera, el famoso y explotado hasta la saciedad caso Máster de la Universidad Rey Juan Carlos; y, segunda, que dentro de los rankings internacionales, las universidades españolas no salen muy bien paradas, estando muy lejos de los 200 o incluso 500 primeros puestos. De la primera idea, que dado que es mi universidad conozco bastante bien, la realidad es que de las 2.797 personas que trabajamos en la Universidad Rey Juan Carlos, tan solo cuatro están actualmente encausadas -aún no juzgadas-, lo que representa el 0,1% de la URJC. Respecto de la segunda idea, merece la pena dedicarle algo más de tiempo, pues los datos reales están bastante alejados de tal percepción, como trataré de demostrar.

Desde hace más de dos décadas, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) elabora un muy interesante y lamentablemente poco leído Informe sobre el estado de salud de nuestro sistema universitario (La universidad española en cifras). El último es del curso académico 2016/17, aunque utiliza algunos datos más recientes, consta de 164 páginas y maneja más un millón de datos. Entiendo que aporta una visión bastante real y ajustada de la verdadera situación de nuestras universidades, de las que destaco las siguientes reveladoras y en algunos casos sorprendentes -para bien- conclusiones:

Primera. El sistema universitario español contribuye a la movilidad social en mayor medida que en otros grandes países europeos. Esto significa que familias con menor nivel de renta y cuyos padres suelen carecer de estudios superiores, logran que sus hijos tengan esos estudios. España se sitúa en una posición intermedia por delante de países como Francia, Italia, el Reino Unido o Estados Unidos, estando a la cabeza los países nórdicos, Corea, Austria, Países Bajos y Japón.

Segunda. La implantación geográfica de nuestras universidades ofrece un acceso equitativo a una oferta de enseñanza de calidad a los estudiantes de los diferentes territorios. En Estados Unidos hay una universidad con producción investigadora por cada 753.935 habitantes y en España por cada 751.613. A un nivel parecido está Japón con 720.455; peores cifras tienen Italia y Alemania con 889.706 y 972.941, respectivamente. A la cabeza se sitúan el Reino Unido con 578.947 y Francia con 550.000. Se puede afirmar que España se encuentra en los parámetros de los grandes países desarrollados en la ratio número de universidades con producción investigadora respecto a la población.

Tercera. Hay un dato clave para entender la realidad actual de la universidad española: el gasto en I+D ha retrocedido en España a niveles de hace una década, mientras sigue avanzando en el resto de países competidores. Entre los años 2008 a 2016, China ha aumentado su gasto en un 46,6%; Corea, un 35%;Alemania, un 13,2%;Italia, un 10,5%;la media de la Unión Europea, un 10,1%; Francia, un 9,2%; el Reino Unido, un 3,5%; y España, un -9,7%. Podemos afirmar que éste es uno de los problemas centrales de la economía española, tan solo estamos por delante de Portugal y Grecia. A pesar de ello, en ese mismo periodo, nuestras universidades han registrado una importante mejora de su productividad científica, incrementando un 87% la producción de artículos científicos y un 13% la proporción de los mismos que se publican en revistas científicas del primer cuartil.

Cuarta. La universidad española tiene un alto nivel de empleabilidad y calidad docente. El Graduate Employability Ranking 2019 elaborado por el ranking de referencia internacional QS clasifica a los 500 mejores campus del mundo según la empleabilidad de sus alumnos/as. Europa sitúa 208 universidades entre el TOP 500 y España a 14, estando tres universidades españolas entre las 100 primeras del mundo. Si lo relacionamos con el número de habitantes por país, en primer lugar estaría el Reino Unido, después Alemania y en tercera posición España, por delante de Italia, EEUU, Francia y Japón. Por cierto, según los últimos datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte sobre afiliación a la Seguridad Social de los universitarios, la URJC se sitúa como la primera universidad madrileña en empleabilidad de sus egresados a los dos años de haberse graduado.

La realidad no demasiado conocida de las universidades españolas es que, si dejamos a un lado los rankings de investigación, enormemente influidos por la inversión I+D de cada país, donde somos claramente deficitarios, las universidades españolas están entre las mejores del mundo respecto de la empleabilidad de sus egresados, según el citado Informe. Igualmente nos pasa en calidad docente, donde el dato es que, dentro de las 242 mejores universidades europeas, tenemos 42 universidades españolas según el Europe Teaching Ranking 2018.

Quinta. Por último, nos queda el dato más conocido y utilizado por los medios de comunicación respecto de los rankings internacionales y la posición de las universidades españolas. La clave a destacar es que se centran principalmente en la actividad investigadora. De los diferentes rankings existentes, los expertos señalan el ranking ARWU como el más antiguo, consolidado y objetivo de los existentes. Hay otros rankings como el ya citado QS o el THE. En el del año 2018, dentro de las 1.000 mejores universidades del mundo aparecen 33 españolas (32 públicas y una privada). Si tenemos 84 entre públicas y privadas, representa el 39% de nuestras instituciones de educación superior. El dato sin duda más interesante y positivo es que, dentro de las 200 mejores del mundo en los diferentes campos científicos, nos encontramos con 18 universidades públicas españolas.

En este sentido podemos extraer la siguiente conclusión global del dato manejado. Según el Fondo Monetario Internacional, España se sitúa como la 13ª economía del mundo en el año 2018. Sin embargo, en relación con el gasto en I+D ocupamos, según el Banco Mundial para ese mismo año, el puesto 25. No obstante, y ésta es la noticia positiva en términos relativos, ocupamos el puesto 13º en el TOP 500 del ranking ARWU 2018.

De todos los datos aportados, sin duda el más decisivo es el importante retraso que tiene España en gasto en I+D. Éste sí que es un tema de interés nacional y decisivo en el que nuestros políticos deberían entrar, especialmente porque los países que colocan en los primeros puestos a sus universidades, todos, salvo Rusia, gastan más del 1,19% del PIB en I+D que invierte España. El asunto de fondo desde luego no es menor, todo lo contrario, pues, según afirma el Informe en su página 103, «la consecuencia más importante del bajo nivel de gasto I+D es, sin duda, la progresiva debilidad de nuestra economía en términos de competitividad tecnológica y de innovación y la pérdida que ello implica de oportunidades de crecimiento y de bienestar para los españoles».

Nuevamente, una información detallada de los temas decisivos en la vida pública y también privada de nuestra querida España, nos ayuda a formarnos una opinión más acertada de dónde están nuestros verdaderos problemas y si son las universidades o los presupuestos aprobados por nuestra clase política quienes no están haciendo sus deberes. Por lo demás, y no me cansaré de insistir en ello, no deja de ser verdaderamente preocupante, por no decir absolutamente vergonzoso, que estos temas claves y esenciales de nuestras vidas, no ocupen prácticamente ningún espacio en los medios de comunicación ni en la agenda pública, la mayor de las veces rellenada de asuntos vacíos y realmente inútiles.

(*) David Ortega es catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Rey Juan Carlos.

02/08/2019:
Fotografía:

No hay comentarios:

Publicar un comentario