Luis Barragán
Cierto, ha llovido, pero no lo suficiente. Quizá, por ello, salió un curioso aviso en las redes sociales en solicitud de donación de agua para el Jardín Botánico de la Universidad Central de Venezuela.
No hablamos de un país de ínfimo territorio, completamente helado o desértico que haga de un modesto riachuelo, todo un monumento nacional. Versamos sobre la Venezuela fluvial, donde escasea el agua potable, tal como lo haríamos con la otrora potencia petrolera que increíblemente está quebrada.
Puede aseverarse, hay más pólvora y artefactos lacrimógenos que agua digerible por persona. El vital líquido ya no llega con la regularidad antes acostumbrada a las casas para hervirlo o filtrarlo para el consumo humano, mucho menos para bañarse o limpiar hasta sin detergente.
Aquélla sentencia del agua que no se le niega a nadie, por abundante y también sana, ya no tiene la vigencia acostumbrada. Simplemente, no la hay, y las tuberías se ofrecen como residencias palaciegas o de tránsito para toda suerte de insectos.
Por lo demás, tampoco asombrará que también, en casas y hospitales, se pida el favor de algunos litros para la prole y los pacientes, como ocurre con los alimentos, medicamentos, sangre, etc. Y los donantes sepan hacerlo con los mendigos de la calle, en un país … fluvial.
23/07/2018:
http://www.ventevenezuela.org/2018/07/23/donantes-de-agua-por-luis-barragan/
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