Evangelio
Dominical: Fariseo y publicano
José
Martínez de Toda (SJ)
Comentario
al Evangelio que se proclama el 30° Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C,
correspondiente al domingo 23 octubre 2016. La lectura es tomad del
Evangelio según San Lucas 18, 9-14.
"El
que se humilla, será ensalzado?"
¿Cómo se
siente uno siendo perdonado?
Te cuento esta historia de 'El niño que se sintió perdonado'
- "Ya verás cuando venga papá, cómo se va a poner".
Te cuento esta historia de 'El niño que se sintió perdonado'
Al llegar
su padre, fue a esconderse rápidamente debajo de la cama de sus padres. Su mamá
lo había visto, y, cuando entró el papá en casa, lo llevó a su cuarto, y le
dijo al niño:
- "Luisito, sal de debajo de la cama, que ya llegó tu papá y vio el jarro roto".
Este respondió: - "Papá, ¿me va a regañar?" Este respondió:
- "No, te voy a dar un besito". Entonces el niño salió de prisa de debajo de la cama, y corrió a los brazos de su papá. Se había sentido perdonado, salvado y querido>.
El hijo pródigo también se sintió salvado. Y hoy el publicano.
- "Luisito, sal de debajo de la cama, que ya llegó tu papá y vio el jarro roto".
Este respondió: - "Papá, ¿me va a regañar?" Este respondió:
- "No, te voy a dar un besito". Entonces el niño salió de prisa de debajo de la cama, y corrió a los brazos de su papá. Se había sentido perdonado, salvado y querido>.
El hijo pródigo también se sintió salvado. Y hoy el publicano.
¿Qué pasó
con el publicano?
Jesús nos quiere contar y explicar la parábola del Fariseo y el Publicano.
"Dos hombres subieron al templo a orar: el uno fariseo, el otro publicano" (v. 10b).
Jesús nos quiere contar y explicar la parábola del Fariseo y el Publicano.
"Dos hombres subieron al templo a orar: el uno fariseo, el otro publicano" (v. 10b).
¿Quiénes
eran los fariseos?
El movimiento fariseo, compuesto por laicos varones, tenía mucha importancia en tiempos de Jesús. Se calcula que contaba con más de 6 mil miembros entre ricos y pobres.
El movimiento fariseo, compuesto por laicos varones, tenía mucha importancia en tiempos de Jesús. Se calcula que contaba con más de 6 mil miembros entre ricos y pobres.
Pero
reducían la santidad a cumplir un número exagerado de actos piadosos. Habían
establecido en la Ley 613 preceptos. De ellos, 248 mandamientos eran positivos
y 365 eran prohibiciones. Sus comunidades eran cerradas, como sectas. Muchos de
ellos se consideraban los buenos, los salvados, los predilectos de Dios. Y
habían construido una pared para mantener fuera a los pecadores.
Los
fariseos se ven a sí mismos como un baluarte en contra de las presiones del
paganismo, que amenazan la fe judía. Ellos verdaderamente tratan de guardar la
Torá en un mundo donde el poder romano y sus vecinos samaritanos tientan a la
gente.
Los
fariseos son los que proveen el apoyo económico necesario para mantener las
instituciones religiosas. Para entrar a formar parte del grupo de los fariseos
se seleccionaba mucho a los candidatos y había un período de formación de uno o
dos años.
¿Quién es
Dios para los fariseos?
Lo que importa es la idea que uno tiene de Dios. Eso influye en cómo nos miramos a nosotros mismos y a los demás. Y la gente se comporta como el Dios en el que cree.
Lo que importa es la idea que uno tiene de Dios. Eso influye en cómo nos miramos a nosotros mismos y a los demás. Y la gente se comporta como el Dios en el que cree.
Los
fariseos creían en un Dios discriminatorio, que ama a los buenos y odia a los
malos. Así que los fariseos aprendieron rápidamente a amar solamente a los
buenos como ellos mismos, y a despreciar a los malos y pecadores, como los
recaudadores de impuestos.
Para
ellos, Dios es en definitiva un contable excelente: calcula los méritos de cada
uno y le paga exactamente según ellos. O como un vendedor de alimentos: pesa en
la balanza, y te los da según el dinero que le des.
¿Quiénes
eran los publicanos?
Los publicanos, por otro lado, eran los recaudadores de impuestos para los romanos, que habían ocupado Palestina. Pero aprovechaban para robar también lo que podían a los propios judíos. Así que eran considerados como pecadores públicos.
Los publicanos, por otro lado, eran los recaudadores de impuestos para los romanos, que habían ocupado Palestina. Pero aprovechaban para robar también lo que podían a los propios judíos. Así que eran considerados como pecadores públicos.
Los
fariseos los consideraban además 'impuros' por estar manipulando moneda no
judía.
¿Quién es Dios para los publicanos? Por lo menos algunos confiaban que serían salvados, no por los méritos propios, sino por la misericordia de Dios. Creían que en Dios lo más importante es su misericordia. Es como el padre del hijo pródigo o como el papá de Luisito.
¿Quién es Dios para los publicanos? Por lo menos algunos confiaban que serían salvados, no por los méritos propios, sino por la misericordia de Dios. Creían que en Dios lo más importante es su misericordia. Es como el padre del hijo pródigo o como el papá de Luisito.
¿Cómo se
diferencian el fariseo y el publicano al orar?
El fariseo se pone de pie solo, distanciándose de los demás. En su oración no pide nada. Su oración es narcisista. Sólo se fija en lo bueno que es él. Sólo habla de sí y ora desde el Yo. Y lo hace de esta forma:
"Dios, te doy gracias, que no soy como los otros hombres: ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano. Ayuno dos veces a la semana" (y el judío común sólo estaba obligado a ayunar una vez al año). "Doy diezmos de todo lo que poseo" (hasta de las hortalizas de su huerta. El judío común sólo debía pagar diezmos por los grandes terrenos de ganadería y cultivo (v. 12)). El fariseo cumple con mucho más de lo que exige la Torá.
El fariseo se pone de pie solo, distanciándose de los demás. En su oración no pide nada. Su oración es narcisista. Sólo se fija en lo bueno que es él. Sólo habla de sí y ora desde el Yo. Y lo hace de esta forma:
"Dios, te doy gracias, que no soy como los otros hombres: ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano. Ayuno dos veces a la semana" (y el judío común sólo estaba obligado a ayunar una vez al año). "Doy diezmos de todo lo que poseo" (hasta de las hortalizas de su huerta. El judío común sólo debía pagar diezmos por los grandes terrenos de ganadería y cultivo (v. 12)). El fariseo cumple con mucho más de lo que exige la Torá.
Por su
parte el publicano se cree demasiado malo. Ha traicionado a Dios y ha vendido
la vida eterna al demonio a cambio de riquezas terrenales. Y su oración es
simple y directa.
Es
curioso que el publicano no ofrece devolver dinero mal logrado, como hará
Zaqueo (19:8), ni cambiará su forma de ser para hacerse respetable. El
publicano no tiene ningún logro personal con el que negociar con Dios. No puede
reclamar ninguna virtud ni ningún mérito. Su única virtud es la humildad, que
le permite pedir y esperar merced. Esta Parábola nos enseña a orar con
humildad. (Meditación de 'Las Dos Banderas' de S. Ignacio).
Y estando
lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que golpeaba su pecho
diciendo: "¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador". (Ver 1ª
Lectura).
¿Cuál es
el dictamen final de Jesús?
"Les digo que el publicano descendió a su casa justificado, y no el engreído fariseo" (v. 14a). La palabra 'justificado' significa más que ser simplemente perdonado; también incluye el poder tener una nueva relación con Dios.
"Les digo que el publicano descendió a su casa justificado, y no el engreído fariseo" (v. 14a). La palabra 'justificado' significa más que ser simplemente perdonado; también incluye el poder tener una nueva relación con Dios.
En la
palabra 'justificado' no se trata de una justicia ganada, sino de un don de
Dios. El publicano no merece estar en presencia de Dios, pero Dios le trata
como merecedor.
Jesús
aquí toma la ofensiva, estrechando la mano de los pecadores para redimirles y
traerles al rebaño.
Por fin
el rey llegó a la celda de un convicto que permanecía callado.
- "Bien", dijo el rey. "Supongo que tú eres también una víctima inocente".
- "No, señor, no lo soy. Soy culpable y merezco esta condena".
Y el rey, volviéndose al carcelero, le dijo: - "Suelte a este preso. Mándelo fuera, que va a contaminar a toda esa gente tan buena e inocente de la cárcel".>
- "Bien", dijo el rey. "Supongo que tú eres también una víctima inocente".
- "No, señor, no lo soy. Soy culpable y merezco esta condena".
Y el rey, volviéndose al carcelero, le dijo: - "Suelte a este preso. Mándelo fuera, que va a contaminar a toda esa gente tan buena e inocente de la cárcel".>
Fuente:
Cfr.
Ilustración: Yaacov Agam.
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