domingo, 9 de octubre de 2016

EL MOLDE DE CADA CIRCUNSTANCIA

De la armadura de yeso
Luis Barragán


Días atrás, en un acto recreativo tan propio de las redes sociales, replicamos un enlace que, por cierto, orbitó un apreciado amigo e historiador muy serio. El portal en cuestión versó sobre la presunta simulación de los consabidos hechos del 11-S en Estados Unidos, revelación dizque afianzada por un informe de la Sociedad Europea de Física.

Entendida la reseña como una mera provocación del amigo, hicimos lo propio para suscitar varios comentarios de los relacionados que, además, pareció sorprenderles nuestra colocación. Entre ellos, nos llamó la atención uno que vinculó la miscelánea noticiosa con la teoría universal de la conspiración, la misma que reclama un reconocimiento oficial de la existencia de los ovnis (u ovnies), alegando sendas y pretendidas pruebas.

Tesis a la que nos hemos referido en viejos artículos, el régimen impuesto en Venezuela por lo que va del presente siglo, jamás ha dado explicación alguna de sus fracasos excepto se trate de la malévola, injusta y gigantesca intriga de enemigos también abstractos, preferiblemente localizados en el imperio y sus muy nativos lacayos. Sin embargo, a esta concepción conspiratorial de la historia, semejante a la que anima a los devotos de series televisivas como “Expediente X”, está acompañada de efímeros gestos de envalentonamiento que tampoco obligan  o dicen obligar a una respuesta por las medidas gubernamentales prometidas o efectivamente adoptadas, negándonos un mínimo de racionalidad en el juego político.

Maduro Moros, a guisa de ilustración, como en miles de ocasiones, recogida y mejorada la herencia del antecesor, hace poco enfatizó que sacudirá al gobierno cueste lo que cueste,  como si hubiese una resistencia tenaz de sus supervivientes y temerosos ministros y colaboradores que lo fuerza a un magno gesto heroico. Recordemos, una vez hizo de sus anuncios un hecho que partiría prácticamente nuestra historia republicana, revolucionando al propio gobierno,  aunque – como señaló otro amigo cercano – ni siquiera llegó a “sacudida de miaú”, pasando como una “güapetonada” más de las que tanto lo desacreditan.

Esa concepción conspirativa de las personas, el mundo y las cosas, unida a la iracundia de circunstancia, apenas le ofrece una armadura aparentemente impenetrable y ciertamente atractiva, pero de … yeso, moldeable ante determinadas coyunturas, que no suele generar comentarios porque se cree demasiado obvia. No está demás aludirla con frecuencia, constatar su existencia, porque – acotemos con una trillada cita de Sartre – el hombre hace lo que hicieron de él.


Reproducción: Ville de Neuchâtel / Bibliothèques et Musées / 1985. Al respecto, cfr. Nota LB: http://lbarragan.blogspot.com/2016/10/reducida-y-enroscada.html


10/10/2016:
http://www.opinionynoticias.com/opinionnacional/27783-de-la-armadura-de-yeso

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