domingo, 30 de octubre de 2016

EL RÉGIMEN DE 1978

La investidura
Luis Barragán


Pudimos combatir el insomnio de una de estas noches, atentos al debate suscitado por la investidura de Mariano Rajoy. En realidad, un careo entre el entonces aspirante a presidir el gobierno y sus adversarios, afortunadamente, ventilado por las redes sociales.

Naturalmente, hay diferencias entre la oratoria parlamentaria española y la nuestra. Allá hay más de espontánea conversación, colándose  - a veces – un agudo sentido del humor, mientras que, acá, a pesar del reducido tiempo disponible, la viva tentación es la del gesto grandilocuente, la palabra exaltada, carcomida la profundidad frecuentemente por la banalidad de las consignas: solemos pecar al respecto, aunque – es necesario reconocerlo – por varios lustros la normalidad se ha declarado en fuga en el Capitolio Federal.

Inexpertos en la materia, no pretendemos un análisis pormenorizado y vanidoso de la política española. Empero, luce evidente la existencia de una democracia ibérica que, al menor descuido, pueden perder.

Las intervenciones de Pablo Iglesias apuntan a la aparentemente inocente demanda de justicia social que, siendo razonable, en sus manos constituye una segura promesa de lo que acá realizaron sus financistas hasta llegar a una – antes – inimaginable crisis humanitaria, con un inaguantable saldo de muertes violentas al año. La huelga general es una oferta que dice ponerlo en solfa con una tradición de izquierda, por cierto, tan noble como villana, propia de toda tradición que se respete, confiscando un lenguaje que ya contamina, con provecho de los sentimientos autonómicos: recordemos, Chávez Frías era el campeón de los derechos humanos, civiles, laborales, ambientales, estéticos, deportivos y, en fin, hoy el costo de reivindicarlos se traduce en persecución y represión.

Inevitable referirse, por una parte, a la quiebra del PSOE, el mismo del otro Iglesias, Largo Caballero, Indalecio Prieto y Felipe González, sumergido en una crisis a la que, entre otros, Rodríguez Zapatero aportó y remató. Y, por otra, el despliegue feroz de la antipolítica que también desea hacer añicos al régimen de 1978, como le llaman, sin reconocerle un ápice de virtud.
31/10/2016:
http://www.radiowebinformativa.com/opinion/la-investidura-luis-barragan

1 comentario:

  1. Sobre la política española no hay forma de acordar un análisis en virtud de la enorme división espiritual existente en ese país. Obviamente Podemos es el que está más a la vista dentro de esa brecha, pero también el Partido Popular la ahonda cada vez más, manipulando la información, presionando al poder judicial hasta límites impensables en el resto de Europa -salvo Italia y Grecia-, y teniendo un permanente doble discurso, a conveniencia. Incluso el hasta ahora Ministro del Interior declaró hace algunos meses que la izquierda aún no se había percatado de que había perdido la Guerra Civil(!). Y eso fue en 1939(!). Ese mismo ministro, por supuesto con el apoyo pleno de Rajoy, fue quien impulsó la llamada Ley Mordaza, que entre otras cosas, si bien no prohíbe propiamente colocar fotografías de la polícia en acción, el texto es sujeto a interpretación -como nuestro TSJ, pues(!)-, y una de ellas es la vulneración del honor de los agentes del orden...suficiente para condenar al temerario fotógrafo, como pasó con uno que fotografió un vehículo policial estacionado en zona de minusválidos a cuenta de un supuesto operativo. Los policías apelaron a su honor, y al infeliz lo condenaron.
    Más aún, el PP se niega a quitar símbolos franquistas de las ciudades, así como los nombres de calles con el de generales algo genocidas, a cuenta de que eso es parte de la historia. O peor, se niega a la investigación del lugar donde están decenas de fosas comunes con miles de fusilados para que sus familiares puedan darle entierro digno, algo sobre lo que la Iglesia de ese país simplemente calla, en cotradicción con su nueva postura sobre lo del “suelo sagrado” para enterrar a los muertos…para el PP entonces, lo de las fosas comunes entonces no es “historia”.
    Ese mirarse el ombligo todo el tiempo es lo que le impide comprender que ese país es muy distinto al de hace medio siglo, y por tanto su abordaje a los independentistas vascos y catalanes es torpe, y con resultados muy inciertos a futuro.
    Tienes razón en lo de que la democracia de ese país es frágil, y lo será más aún en la medida en que los ajustes neoliberales apreten más. Los datos de recuperación y empleo son muy engañosos, puesto que el trabajo es muy precario, los salarios muy contenidos, y la franja de jóvenes y de cincuentones para arriba ya ni busca trabajo –y por tanto no aparecen como desempleados, maquillando así el índice de desempleo.
    Esa pobreza real es el caldo de cultivo de Podemos, y será la ruina española si la derecha no se percata de que hay que ser sensatos. No lo son, como no lo son en Italia tampoco, puesto que no gobiernan para su pueblo sino para sus amiguetes, cosa que delató la amnistía fiscal para quienes tenían dinero escondido fuera del país, a quienes por repatriarlo apenas le pecharon un porcentaje ridículo.
    Si realmente cobraran impuestos en función de la renta, y si realmente se propusiesen combatir la corrupción, aunque sea con una eficacia del 50%, aparecerían por lo menos unos 50 mil millones de euros al año, cifra suficiente para resolver todos los problemas españoles –e italianos.
    Como ésta no es nuestra gente, pues a uno le resbala lo que allí sucede, aunque quienes sin ser españoles ni mucho menos, tenemos relación directa con España palpamos la real importancia de ese país como referencia latinoamericana, algo que ni los españoles mismos comprenden, y ello nos incrementa la inquietud sobre el futuro del PSOE:
    Tal vez sea hora de que en ese partido cada uno tome su propio camino, como ha ocurrido en todos los partidos socialdemócratas de cierto peso, comenzando los latinoamericanos. Al final, y como siempre, será una parte la que termine imponiéndose, volviendo a crecer y a ganar, mientras la otra se extinguirá. Cuestión de resolver el asunto lo más rápido posible, para ganar tiempo, porque total, el PP gobernará de todas maneras por unos años, lapso durante el cual en vez de seguir peleándose, bien podrían ir haciendo su respectivo trabajo de reconquistar, cada uno a su manera, esa izquierda perdida.

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