Luis
Barragán
Diputado
Sub-jefe de la Fracción de Independientes (Vente Venezuela) en la Asamblea
Nacional
Respuestas a Enrique Meléndez
1) ¿Qué opinión le merece a usted
la forma como el gobierno venezolano está resolviendo el problema del diferendo
con Guyana por el Esequibo?
Lejos de
solventarlo, lo está complicando innecesariamente. Faltando las libertades
públicas indispensables, desabastecidos de alimentos y medicamentos, reinando
el hampa, mediatizados por la dictadura cubana, el colmo es que también
entreguemos el territorio nacional y los venezolanos debamos masivamente salir del país para sobrevivir. Sufrimos
injustamente las consecuencias de los yerros voluntarios e involuntarios en los
que incurrió e incurre un mismo gobierno de casi 17 años respecto a Guyana.
El régimen no repara en un dato fundamental: el diferendo territorial merece una Política de Estado que suscite el concurso de todos los sectores políticos y corrientes sociales, capaz de darle claridad, sobriedad, coherencia, sentido de oportunidad, profundidad y eficacia para reforzar y perfeccionar la continuidad histórica de una reclamación territorial justa y legítima. No olvidemos que, por más de medio siglo, privilegiamos los más altos intereses del país con independencia del tinte político e ideológico de los circunstanciales conductores del Estado, pues, subrayemos, la transitoriedad y alternancia del poder no obstaculizó ni disminuyó la certeza y vehemencia de nuestras posturas. Luego de evadir sistemáticamente el problema, consabidas las declaraciones de Chávez Frías que asombrosamente lo apartó de las relaciones bilaterales, favorecida Guyana por el viraje doctrinario, a mediados de la década pasada, fue inevitable que las exitosas exploraciones de este año y en nuestro espacio marítimo, propulsaran el diferendo con más fuerza que la misma promesa petrolera que ahora deslumbra a los vecinos.
Prisionero
de sus maniqueísmos, urgido por la crisis económica y social que ha generado,
apelando al discurso de múltiples usos como el anti-imperialismo, el oficialismo
todavía intenta integrar el problema territorial a una irresponsable agenda interna que es la
de su propia supervivencia política. Oscureciéndolo, dice monopolizar el
patriotismo que luce más evidente y sensato entre sus opositores;
improvisándolo, transmite el nerviosismo y la ansiedad por una bandera que
procure el apoyo popular irremediablemente perdido; incongruente, toleró sin
chistar las concesiones otorgadas en la fachada atlántica; oportunista, quiere forzar y decretar una
unidad nacional a la que ha traicionado miles de veces; ineficiente, la
cancillería tan desprofesionalizada envía una nota de protesta a la Exxon,
dándole jerarquía de Estado y creyéndola signataria del Acuerdo de Ginebra,
solicitando muy tardíamente el reemplazo del buen oficiante Norman Girvan, ya
fallecido. Quien hoy ejerce la jefatura del Estado en Venezuela, desempeñó por
varios años la cancillería, demostrando que no adquirió las destrezas
necesarias, por lo que, lejos de contrarrestar las imprudencias y agresiones de
su homólogo guyanés, le aporta nuevos elementos inflamables incorporándolo a
esa suerte de conspiración continental de la que también se dice víctima,
ampliando el conflicto con Colombia. A la postre, banaliza el diferendo
territorial, convirtiéndolo en pretexto para la prolongación del régimen.
2) A raíz de la decisión de la
oposición de apoyar el comunicado de apoyo a las posiciones, que ha adoptado el
presidente Nicolás Maduro, frente al gobierno de Guyana, que se niega a
reconocer lo establecido en el Acuerdo de Ginebra, y comunicado que fue
aprobado en la AN en forma unánime, Diosdado Cabello consideró que eso formaba
parte de una posición electoralista por parte de ustedes. ¿Qué responde usted?
La
bancada democrática de la oposición no cayó en la trampa tendida, reiterando el
apoyo a nuestra justa y legítima reclamación, sin una pizca del populismo
chauvinista de quienes – al mismo tiempo – entregan nuestra soberanía a los
cubanos y crean, fortaleciéndola, la grosera dependencia con China. La maquinaria
propagandística del régimen estaba bien aceitada en el caso de una negación del
reclamo para difamarnos. Lo cierto es que, en el debate parlamentario
correspondiente, entre doce propuestas infructuosamente formuladas, solicitamos la corrección del proyecto de
acuerdo, superando la vulgar zancadilla que la historia reconocerá como
tal. Fracasada la emboscada,
partidizándolo, luce irrefutable el
propósito de convertir el Esequibo en una tabla de salvación para el oficialismo en los
venideros comicios parlamentarios. Cada vez es más poderosa la intuición
popular: a falta de una abierta guerra civil con la que el régimen nos ha
amenazado en década y media, se abre la posibilidad de chantajearnos mediante
un conflicto armado con el vecino país, a objeto de prolongarse
indefinidamente. Además, no en vano advertimos que los demonios pueden
desatarse, en una modesta intervención en la sesión plenaria que nos permitió
alertar sobre la tentación de un “malvinazo”.
3) Tomando en cuenta que el
presidente Maduro tuvo que modificar el decreto 1.787, que le permitía a las
fuerzas armadas tener acceso a la zona en reclamación, ¿usted piensa que en
esta oportunidad el gobierno actuó en una forma improvisada y atropellada?
A
confesión de parte, relevo de pruebas: tratándose de una materia tan grave y
delicada, en la sesión especial de la Asamblea Nacional reconoció y ventiló
públicamente las observaciones recibidas al respecto. La verborrea
presidencial, continua y temeraria, agiganta la preocupación que el tema
esequibano y su tratamiento naturalmente provoca, destacando las orientaciones
y advertencias que los especialistas hacen y los mismos esfuerzos que la
institución armada realiza para resguardar nuestra integridad territorial. Sin
dudas, recobraremos el rumbo de la recuperación de nuestro territorio, cuando
el señor Maduro renuncie, en los
términos previstos en la vigente Constitución de la República, sobre todo
después que sea derrotado por las grandes mayorías en las elecciones
parlamentarias decididas a actuar como tales.
Valga la
oportunidad, son varios los aportes que la oposición democrática ha hecho en
prevención de las incapacidades del gobierno para atender diligentemente el
asunto. Enunciemos algunos, como el Proyecto de Ley de Promoción y Defensa de
la Fachada Atlántica, debidamente consignado en secretaría (Asamblea Nacional)
por 2013, el cual gozó del desplante, la indiferencia irresponsable del
oficialismo; la ampliación del Consejo de Defensa de la Nación para darle
cabida a las contribuciones de la oposición y de las organizaciones no gubernamentales
especializadas, realizando el principio constitucional de corresponsabilidad
del Estado y de la sociedad civil en materia de seguridad y defensa asumida como
política política pública; o el recientemente planteado Proyecto de Ley
Especial del Estado Esequivo (SIC), entre otras iniciativas negadas por el
oficialismo. Más de treinta diputados de la oposición nos hemos dirigido a la
Comisión Permanente de Política Exterior, solicitando la palabra a objeto de
canalizar una discusión que la plenaria no desea precisar. No hay respuesta
oficial. Hay autoridad moral de este
lado: por ejemplo, solo en 2013 visitamos personalmente el Esequibo,
presentamos el Proyecto de Ley de la Fachada y exigimos por escrito resolver el
problema de la representación venezolana ante el Buen Oficiante.
Por la
necesidad de superar el verbalismo y el inmovilismo o poquedad gubernamental,
ofreciendo soluciones perfectibles, viables y sensatamente patrióticas, en
correspondencia con una Política de Estado deseable, los diputados Andrés
Velásquez, Freddy Marcano, Américo de Grazzia, José Manuel González, Juan Pablo
García, Omar González, Leomagno Flores, José Contreras y el suscrito,
consignamos el Proyecto de Ley Especial del Estado Esequivo (SIC),
rigurosamente avalado por su Exposición de Motivos y Estudio Económico, en
fecha reciente. Quedó – digamos – protocolizado el aporte, originalmente
concebido y redactado por el Dr. Sergio Urdaneta, en la propia sesión plenaria de la Asamblea
Nacional que supo del único debate que se ha dado sobre el territorio en
reclamación. Partiendo del municipio Sifontes, cuyo nombre tiene un innegable
significado y timbre histórico, la nueva entidad federal no acarreará un
elevado costo económico, adscribirá el territorio en reclamación en espera de
su materialización y, lo más importante,
reforzará los argumentos jurídicos en las negociaciones, dando la posibilidad
de idear otras estrategias complementarias. Por lo pronto, ojalá suscite las
adhesiones de propios y extraños, interesándose en su efectiva discusión,
porque consolida nuestros alegatos, y nos pone en el camino de la necesarísima
imaginación política para avanzar en la solución del problema. Por cierto, no podrán decir que no conocen el proyecto en
cuestión, pues, consignamos esta semana copia en Miraflores y otros altos
despachos, porque – lo comprobamos con el Proyecto de Ley de la Fachada – no
basta la Secretaría de la Asamblea Nacional como garantía de publicidad o
difusión.
5) ¿Es cierto que estuvo lleno de
peripecias el hecho de haber introducido esa ley, para su discusión en la
plenaria de la AN? ¿Usted piensa que será, finalmente, aprobada en forma
unánime, como el acuerdo de apoyo a Maduro?
Hay
anécdotas sobre la legítima iniciativa parlamentaria, por los momentos irrelevantes, en medio de lo que fue una
tempestuosa sesión. Ojalá cuente con el interés y apoyo de todos los
venezolanos en respaldo inequívoco a la reclamación territorial que jamás podemos confundir con el señor
Maduro, pues, él ya tiene bastante con buscar el apoyo que le negarán – sobre
todo los sectores populares y medios que lo sufren – en las venideras
elecciones.
6) ¿Estaría usted de acuerdo con
llevar a cabo una explotación binacional de los recursos de la zona del
Esequibo con Guyana, tal como lo han propuesto algunos expertos en el tema del
diferendo?
Cumpliendo
fielmente con lo establecido en el Acuerdo de Ginebra, reconocida nuestra
titularidad y ejercicio soberano sobre el Esequibo, no antes, lucen realistas y
viables sendos acuerdos y fórmulas para el mejor aprovechamiento conjunto del área. Puede aseverarse que, al solucionar el
diferendo, el mundo no se acabará – sino
comenzará – con el Esequibo venezolano para la propia Guyana. Valga acotar,
nadie – en su sano juicio – pretende la pulverización o liquidación del vecino
país y, en el marco de la integración regional, podemos contribuir a su
desarrollo, a sabiendas de los agudos problemas económicos y sociales que
internamente padece el vecino país, cuya dirigencia política está generando una
cierta ilusión y emoción petrolera. Valdría preguntarse también si Venezuela
está adecuadamente preparada para un reto de tamaña dimensión, pues hay que
recuperar a PDVSA que no es la misma empresa transnacional eficiente y
competitiva de antes, sobrando las conjeturas sobre la misma labor exploratoria
que no puede hacer en la citada fachada. O si el par de satélites artificiales
venezolanos tienen inventariada la zona, por lo menos, ya que no garantizan ni
las telecomunicaciones. Por lo demás, se requiere de habilidades diplomáticas
superiores – anteriormente rutinarias – a objeto de lograr fórmulas innovadoras
de entendimiento binacional. Las que, por cierto, desafortunadamente, ahora
faltan: la próxima reunión en Caracas de los No Alineados (sin fecha) no parece
muy halagadora en esta otra era madurista de la cancillería. La
internacionalización del diferendo no es el camino acertado.
7) ¿Acaso algunos de los
parlamentarios del oficialismo se han hecho presente en la zona? ¿Están ellos
al corriente de la situación económica, social y política que se vive en esta
zona?
De
haberlo hecho, la estridencia no tendría límites, aunque su patrioterismo es
urbano y confortable, mientras que la
boliburguesía tiene la vista puesta en los recursos del rico territorio
y, si no estuviésemos tan impedidos de indagar en los registros mercantiles y
notarías, a pesar de haberlo intentado, saldría a la luz pública el tejido de
empresas creadas o reorientadas para su explotación, de acuerdo a fuentes
confiables.
Los
parlamentarios y dirigentes políticos de la oposición que tuvimos la ocasión de
ir más allá del Coyuní y respirar el aire venezolano en el Esequibo, iniciativa
motorizada por la colega diputada María
Corina Machado, año y medio atrás, constatamos las realidades de una población
que merece mejores condiciones de vida, libertad, respeto, solidaridad. Viven
una situación difícil que requiere de sensibilidad y respuestas urgentes,
dándole la más humana y necesaria dimensión al diferendo territorial.
Insistimos en una Política de Estado para la recuperación del Esequibo.
Cfr.
http://www.larazon.net/2015/08/24/luis-barragan-el-diferendo-merece-una-politica-de-estado/
Por cierto, algo extraño, orbitaron la transcripción del debate esequibano. No aparecen nuestras correcciones: por ejemplo, ¿para qué dar las "buenas tardes" o saludar a la junta directiva?, pues no lo estilamos como tampoco referirnos a un ministerio o ministro como del "poder popular". La sesión ha arrancado, se está en medio del debate, aunque se impone el "corrector" automático de la pc: http://www.larazon.net/2015/08/24/luis-barragan-el-diferendo-merece-una-politica-de-estado/
Cfr.
http://www.larazon.net/2015/08/24/luis-barragan-el-diferendo-merece-una-politica-de-estado/
Por cierto, algo extraño, orbitaron la transcripción del debate esequibano. No aparecen nuestras correcciones: por ejemplo, ¿para qué dar las "buenas tardes" o saludar a la junta directiva?, pues no lo estilamos como tampoco referirnos a un ministerio o ministro como del "poder popular". La sesión ha arrancado, se está en medio del debate, aunque se impone el "corrector" automático de la pc: http://www.larazon.net/2015/08/24/luis-barragan-el-diferendo-merece-una-politica-de-estado/
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