De la Guerra Fría
(y Estado de Excepción)
Luis Barragán
Días atrás, Nicolás Maduro señaló
que Álvaro Uribe se quedó pegado a la Guerra Fría de 1715 (https://www.youtube.com/watch?v=E_JKBxgeNpk),
evidentemente equivocado. Sin embargo, frente a aquellos que arguyen el
deliberado yerro presidencial que cumple frecuentemente con el objetivo de una
masiva confusión, es tiempo de asegurar que padecemos de la olímpica ignorancia
de gobernantes que, así, se burlan de los gobernados.
La alusión fue propicia para
retomar y completar una compilación publicada a fines de 2014, presta para la
coincidencia y la discrepancia: “Venezuela y la Guerra Fría”, dirigida por
Alejandro Cardozo Uzcátegui (Nuevos Aires – Universidad Simón Bolívar –
Consorcio Geo, Caracas). Concursando Catalina Bank, Juan Acuña, José Alberto
Olivar, Domingo Irwin, Luis Alberto Buttó, Otoniel Morales, Claudio Alberto
Briceño Monzón y Carlos E. Hernández Gonzalez,
la Guerra Fría brilla en el siglo pasado, particularizándola a través del
petróleo, la Doctrina de Seguridad Nacional, la cultura, sucesos como El
Porteñazo, Estados Unidos, Unión Soviética, la geopolítica latinoamericana, el
equipamiento militar.
Por fortuna, la academia está respondiendo
en torno a aquellos asuntos que urgen de la claridad actualizadora, evitándonos
caer en las habituales emboscadas de un régimen que irresponsablemente versiona
el pasado común. Sin embargo, por lo
pronto, deseamos acotar un par de observaciones muy particulares que la obra en
cuestión suscita.
Por una parte, luce oportuna la
referencia que Briceño Monzón hace, en el contexto de la geopolítica
latinoamericana durante la Guerra Fría,
sobre Forbes Burnham, mandatario guyanés del que escasamente sabía
Chávez Frías. En los ochenta del XX, Venezuela gozaba de la credibilidad que le
concedía su política caribeña y el impulso dado al Nuevo Orden Económico
Internacional, por lo que no bastaba el
esfuerzo de victimización del vecino país, cuya crisis hallaba en el diferendo
territorial una magnífica válvula de escape (245 ss.).
La sola circunstancia apuntada,
contrasta con el desconocimiento exhibido por el grueso de los parlamentarios
oficialistas que, con motivo del único debate que se ha dado sobre el
Esequibo, divagaron apelando al libreto
que literalmente empuñaron para la inevitable derrota que los argumentos de la
oposición les propinaron. Desde el más alto nivel del gobierno, no permea una
información más sobria y consistente, porque – empezando por el ocupante de
Miraflores – le da igual disertar en torno a la guerra friolenta en el
paleolítico, cuyo mejor perfomance es
la improvisación.
Por otra, Irwin escruta El
Porteñazo ofreciendo una tesis tan innovadora como documentalmente fundada,
reparando en la ausencia de civiles especializados y de alta calificación en el
área de de defensa y seguridad, no sólo en el otrora ministerio de la Defensa,
sino en las comisiones afines del ya extinto Congreso Nacional (117 ss.). Indispensable a los efectos del control
civil, no disponemos de información actualizada al respecto: ni siquiera de la propia Asamblea Nacional y
de su elenco de asesores, aunque por la calidad de las intervenciones
oficialistas en la cámara dudamos que cuenten con un personal suficientemente
adecuado, por lo menos, para orientarlos en el propio lenguaje empleado.
La demanda sigue en pie, habida
cuenta de la transición democrática pendiente. Se dirá, por lo menos, que en
tiempos pasados la prensa independiente exhibía la opinión de algunos
especialistas en seguridad y defensa, más o menos asiduos como los expertos
petroleros, criminólogos, geógrafos, juristas o médicos que solían dar una
cierta e indispensable orientación, pero ahora – en la era de la censura y el
bloqueo informativo – los medios impresos y digitales exponen a muy pocos voceros de una vocación
pública que no entorpece el desempeño privado.
Estado de Excepción
El Estado de Excepción no es otra
cosa que eso: la excepción. No obstante, apenas se decretó en la zona fronteriza,
no pocos diputados del oficialismo lo reclamaron para todo el territorio
nacional, como un gesto de solidaridad automática con Nicolás Maduro para
evitar cualquier duda o ambigüedad en el pesado y feroz juego interno del
partido, a veces razonado débilmente como parte de una cierta proeza de
liberación en lo que suponen toda una epopeya: la ya tristemente célebre OLP.
Fuente:
http://opinionynoticias.com/opinionnacional/23570-de-la-guerra-fria-y-estado-de-excepcion
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http://opinionynoticias.com/opinionnacional/23570-de-la-guerra-fria-y-estado-de-excepcion
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