domingo, 30 de agosto de 2015

LOS OTROS CAMINOS



Automovilismo, vialidad y modernización 
(y Estado de Excepción)

Luis Barragán

Gracias a una formidable alianza de la Academia Nacional de la Historia y la Fundación del Banco del Caribe, tenemos títulos como el de José Alberto Olivar: "Automovilismo, vialidad y modernización" de José Alberto Olivar (Caracas, 2014), ganador del Premio de Historia Rafael María Baralt. Por cierto, iniciativa que no debe pasar inadvertida en un país tan urgido de memoria, susceptible de cualesquiera emboscadas de confusión y olvido con caras consecuencias – precisamente – históricas.

El autor considera la creación de la Comisión y del Plan Nacional de Vialidad que contextualizó,  ordenó e impulsó obras de una enorme relevancia, inscrita en una preocupación constante desde que el Estado Nacional se hizo tal, con Juan Vicente Gómez,  hallando continuidad en los sucesivos gobiernos que echaron las bases de la otra Venezuela insospechada a la luz (o la sombra) de las incontables guerras y escaramuzas civiles de un siglo aún más lejano. Todavía, los venezolanos no logramos imaginar cuán incomunicado estaba nuestro territorio hasta que, a principios y mediados del XX, fue asumida una responsabilidad varias veces postergada, con precursoras carreteras y líneas férreas que obligaron a toda una red vial apuntalada por la renta petrolera.

En líneas generales, la obra versa sobre la inversión pública – incluso – como una panacea del desarrollo, al finalizar y principiar las décadas de los ’40 y ’50, ponderando su real incidencia económica. Concreta sus observaciones con la expansión de la red en la dictadura perezjimenista, ejemplificada por la autopista Caracas-La Guaira, la Carretera Panamericana, el sistema vial de Caracas y del centro del país, el puente sobre el Lago de Maracaibo, el plan ferroviario nacional.

Un título que rompe con el acostumbrado temario político y, a la vez, con nuestro tedio lector, nos permite apuntar a las generaciones venezolanas que, por un lado,  creen que la infraestructura vial es de una muy remota data, y, por el otro, las más recientes, no adivinan la calidad de vida que alcanzamos, ya habituadas a un deterioro que suponen secular. Por lo demás, rindiéndole los dividendos políticos del caso, hay quienes juran que todo el país urbano lo concibió y levantó enteramente Pérez Jiménez, aunque – por ejemplo -   la Ciudad Universitaria de Caracas fue concebida y planificada desde los tiempos de Medina Angarita, principiando con toda la complejidad técnica y administrativa del proyecto, o  la autopista Caracas-La Guaira fue anunciada en el primer mensaje presidencial de Gallegos. Por lo demás, téngase en cuenta que el Estado luego atendía e invertía en otras áreas (educación, salud, etc.), igualmente condicionado por la discusión, a veces acalorada, que iba más allá del parlamento: ésta sola circunstancia nos enseña las facilidades con las que contó un dictador que decidía inconsultamente sus inversiones.

Todavía joven, Olivar es un calificado historiador que promete una obra seguramente decisiva para los venideros años. Por lo menos, tenemos la fortuna de leerlo – digamos – tempranamente.

Estado de Excepción

Una masiva perturbación y dislocación ha provocado el decreto – por ahora – fronterizo. Inútil tarea, pues son otras las causas decisivas de una crisis enteramente nacional. Digan lo que digan, es necesario disculparse con los colombianos, porque no merecían semejantes atropellos de los que ya vivimos en carne propia los venezolanos.

Fuente:
http://www.diariocontraste.com/automovilismo-vialidad-y-modernizacion-y-estado-de-excepcion-por-luis-barragan-luisbarraganj/ 

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