Automovilismo, vialidad y
modernización
(y Estado de Excepción)
Luis Barragán
Gracias a una formidable alianza
de la Academia Nacional de la Historia y la Fundación del Banco del Caribe,
tenemos títulos como el de José Alberto Olivar: "Automovilismo, vialidad y
modernización" de José Alberto Olivar (Caracas, 2014), ganador del Premio
de Historia Rafael María Baralt. Por cierto, iniciativa que no debe pasar
inadvertida en un país tan urgido de memoria, susceptible de cualesquiera
emboscadas de confusión y olvido con caras consecuencias – precisamente –
históricas.
El autor considera la creación de
la Comisión y del Plan Nacional de Vialidad que contextualizó, ordenó e impulsó obras de una enorme
relevancia, inscrita en una preocupación constante desde que el Estado Nacional
se hizo tal, con Juan Vicente Gómez,
hallando continuidad en los sucesivos gobiernos que echaron las bases de
la otra Venezuela insospechada a la luz (o la sombra) de las incontables
guerras y escaramuzas civiles de un siglo aún más lejano. Todavía, los
venezolanos no logramos imaginar cuán incomunicado estaba nuestro territorio
hasta que, a principios y mediados del XX, fue asumida una responsabilidad
varias veces postergada, con precursoras carreteras y líneas férreas que
obligaron a toda una red vial apuntalada por la renta petrolera.
En líneas generales, la obra versa
sobre la inversión pública – incluso – como una panacea del desarrollo, al
finalizar y principiar las décadas de los ’40 y ’50, ponderando su real
incidencia económica. Concreta sus observaciones con la expansión de la red en
la dictadura perezjimenista, ejemplificada por la autopista Caracas-La Guaira,
la Carretera Panamericana, el sistema vial de Caracas y del centro del país, el
puente sobre el Lago de Maracaibo, el plan ferroviario nacional.
Un título que rompe con el
acostumbrado temario político y, a la vez, con nuestro tedio lector, nos
permite apuntar a las generaciones venezolanas que, por un lado, creen que la infraestructura vial es de una
muy remota data, y, por el otro, las más recientes, no adivinan la calidad de
vida que alcanzamos, ya habituadas a un deterioro que suponen secular. Por lo
demás, rindiéndole los dividendos políticos del caso, hay quienes juran que
todo el país urbano lo concibió y levantó enteramente Pérez Jiménez, aunque –
por ejemplo - la Ciudad Universitaria de Caracas fue
concebida y planificada desde los tiempos de Medina Angarita, principiando con
toda la complejidad técnica y administrativa del proyecto, o la autopista Caracas-La Guaira fue anunciada
en el primer mensaje presidencial de Gallegos. Por lo demás, téngase en cuenta
que el Estado luego atendía e invertía en otras áreas (educación, salud, etc.),
igualmente condicionado por la discusión, a veces acalorada, que iba más allá
del parlamento: ésta sola circunstancia nos enseña las facilidades con las que
contó un dictador que decidía inconsultamente sus inversiones.
Todavía joven, Olivar es un
calificado historiador que promete una obra seguramente decisiva para los
venideros años. Por lo menos, tenemos la fortuna de leerlo – digamos –
tempranamente.
Estado de Excepción
Una masiva perturbación y
dislocación ha provocado el decreto – por ahora – fronterizo. Inútil tarea,
pues son otras las causas decisivas de una crisis enteramente nacional. Digan
lo que digan, es necesario disculparse con los colombianos, porque no merecían
semejantes atropellos de los que ya vivimos en carne propia los venezolanos.
Fuente:
http://www.diariocontraste.com/automovilismo-vialidad-y-modernizacion-y-estado-de-excepcion-por-luis-barragan-luisbarraganj/
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http://www.diariocontraste.com/automovilismo-vialidad-y-modernizacion-y-estado-de-excepcion-por-luis-barragan-luisbarraganj/
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