La verdad por dentro
Nicomedes Febres
* La reforma constitucional de CAP con la elección de gobernadores, alcaldes y diputados mediante el voto popular trastocó por completo a todo el sistema político venezolano tradicional. Acabó con el añejo centralismo estalinista de nuestro sistema político, pues antes, el presidente electo designaba a los gobernadores y para ser designado candidato a diputado tenía que tener el visto bueno del cogollo político de turno, mientras que después de la reforma, cada diputado debe construir ahora su propio liderazgo personal para imponer su candidatura al cogollo. Este nuevo federalismo ha resultado provechoso para el país, pese a todos los signos en contrario y pese a que el difunto, como ejercía el poder omnímodo dentro de su malandraje, decidía quien iba a qué y quién no, a cada cargo. Pero es que vivimos tiempos excepcionales y no democráticos. Tanto el centralismo como el federalismo tiene cosas buenas y malas, pero lo cierto es que le ha sido útil al país desde su implantación. En lo personal reconozco tenerle aversión al poder legislativo, pues allí siempre se han alojado, junto a gente meritoria, muchos improvisados cuyo único mérito es cargarle el maletín al jefe y se reconocen porque aparecen en la tercera fila de la foto y nunca hablan en el congreso. Preferiría un poder legislativo por concurso y no por elección. Así los mejores llegarían a mandar. Pero esa no es la discusión ahora. Lo que sí es mandatorio es que cada diputado se instale en su circuito, viviendo las 24 horas del día dedicado a visitar puerta a puerta a sus electores, pulsar sus necesidades y supervisar el trabajo organizativo. Ese es su deber y no estar en Caracas opinando de cosas que no sabe para salir en prensa, pantalleando, y tratando que los jefes lo vean. Nadie dirige una campaña mejor que uno mismo. La gente que opina sin saber, ni se imagina la complejidad de la organización de una campaña política electoral de cualquier género, organizar desde la presencia de testigos, el cómo llegan allí, cómo se comunican, qué comen y hasta donde hacen pipí; el equipo de apoyo, la trasmisión de la data y la información, las encuestas a boca de urna, la seguridad, las opciones de trampa y muchas otras cosas. Por otro lado están las personas dedicadas a la valoración política del día electoral minuto a minuto, pues siempre se presentan contingencias de última hora y construir una infraestructura gigantesca que cuesta dinero, por lo que se necesita financiamiento. Conozco figuras políticas que siempre se apuntan como candidatos en base a que hablan bien, dicen lo que la gente quiere oír, encorbataditos, son encantadores y les gusta despotricar de los partidos políticos si no los toman en cuenta. Pero a la hora de pegar el rabo a la silla y trabajar de verdad, o dejarse amapuchar por viejas borrachas o tomar café en tapara sin saber su origen, que es la cotidianidad de una gira, salen corriendo. Betancourt por ejemplo era un monstruo a la hora de trabajar y recorrió casa por casa a la Venezuela de 1940, de allí la fortaleza de A.D. en su época; igual era Caldera, que la mitad de los mitines antes de 1958 tuvo que hacerlos bajo una lluvia de piedras, y pese a eso, recorrió Venezuela palmo a palmo. Por eso llegaron a donde llegaron. Villalba, el mejor orador y más conocido de todos, como no era hombre laborioso, ni preocupado por la organización, nunca llegó al poder. Las campañas electorales no tienen comparación como actividad extenuante. A mucha gente le encanta opinar y descalificar sin saber, les gusta ser informados de todo y todo lo objetan con un “deberíamos mejor …” sin haberse mojado nunca el rabo en un trabajo tan arduo como ese. La mejor frase que expresa esto es aquella de Kennedy: “Nunca te preguntes que hará por ti tu país, pregúntate que harás tú por tu país”. Es fácil pedir, lo raro es ofrecer. La pregunta real es: que le va a dar usted a la MUD para ayudar a salvar a Venezuela?
* La foto del día es la votación de 1963, cuando en medio de las amenazas terroristas de la lucha armada, la gente salió a votar para derrotar la violencia. Ahora sabemos el valor de la democracia.
Fuente: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10206809712102130&set=a.2324650196458.132741.1255727869&type=1&theater
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